100 años de Maria Assumpció Català i Poch, la astrónoma barcelonesa que dejó su nombre en las estrellas

Hace exactamente un siglo, en un momento en que la sociedad asfixiaba las aspiraciones de las mujeres y ponía trabas a su desarrollo tanto vital como profesional, la astrónoma catalana Maria Assumpció Català i Poch (1925-2009) apuntó su mirada al cielo y, contra todo pronóstico, consiguió cosechar una próspera carrera académica y convertirse en una referente en la astronomía en España. Este jueves, l’Institut Català de les Dones ha celebrado un evento para inaugurar un ciclo anual de actividades para conmemorar el legado de esta científica catalana que, además, fue la primera doctora en la Facultad de Matemáticas de la Universitat de Barcelona y un nombre de referencia en el campo de la evolución estelar. Su historia, explican sus discípulos, es un ejemplo de valentía y un referente para la ciencia española.

Maria Assumpció Català i Poch nació en Barcelona en 1925. Su infancia transcurrió entre Montblanc, donde trabajaba su padre, y Barcelona, donde primero asistió a una escuela de monjas y después cursó el bachillerato en el Institut Maragall. Ya desde pequeña, su amor por la ciencia la empujó a interesarse por los números y, sobre todo, por las estrellas. En 1947 inició sus estudios en Ciencias Matemáticas en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Barcelona y fue ahí donde su pasión por el universo empezó a tomar forma y la llevó a iniciar un doctorado sobre la materia. Mientras, también comenzó como ayudante en la Sección de Astronomía del Seminario Matemático de Barcelona, trabajó en el Instituto Henri Poincaré y colaboró con el Laboratorio de Dinámica y Estadística Estelar y con la cátedra especial de Tecnologías del Espacio de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).

Maria Assumpció Català i Poch fue la primera doctora en matemáticas de la UB y la representante de España en la Unión Astronómica Internacional durante más de 15 años

Según relatan sus biógrafos, en 1970 se convirtió en la primera mujer en obtener un doctorado en Matemáticas en la Universidad de Barcelona, con su tesis sobre el estudio de la dinámica de los sistemas estelares con simetría cilíndrica. Su investigación, de hecho, fue pionera en el estudio sobre la evolución de estrellas y sistemas planetarios y, además, también abarcó la observación y el análisis de datos astronómicos, contribuyendo a la mejora de los métodos de predicción tanto de efemérides como de trayectorias astronómicas. Entre sus logros más destacados están sus investigaciones sobre manchas solares, tarea que llevó a cabo de forma metódica durante más de treinta años y que la llevó a representar a España en la Unión Astronómica Internacional.

Un legado estelar

Más allá de sus logros estrictamente académicos, Català también es recordada por su labor docente ya que formó a varias generaciones de astrónomos y matemáticos de primer nivel en España. Sus alumnos la definían como una docente apasionada que basaba su enseñanza en el rigor y el pensamiento crítico. Su influencia trascendió las aulas y llegó hasta el ámbito de la divulgación, participando en diversas iniciativas para acercar la astronomía al público general y, sobre todo, para fomentar la participación de las mujeres en la ciencia en una academia que, aún hoy, sigue estando dominada por hombres.

Fue pionera en la investigación de sistemas planetarios y contribuyó a mejorar los métodos de predicción tanto de efemérides como de trayectorias astronómicas

A lo largo de su vida, Català recibió diversos reconocimientos por su trayectoria y su impacto en el mundo científico. El 21 de abril de 2009, unos meses antes de su fallecimiento, fue galardonada con la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya. En 2016, el Ayuntamiento de Barcelona decidió nombrar con su nombre el telescopio ubicado en el Parque Astronómico Montsec. En 2017, el consejo plenario del distrito del Eixample de Barcelona propuso nombrar un interior de isla en su honor y el 21 de abril de 2018 se inauguró la placa con su nombre. El Observatorio Astronómico de la Universidad de Valencia quiso rendirle homenaje dando su nombre a un asteroide, el 99179 Català, y así lograr que su legado permanezca por siempre en el cosmos. 

Cortesía de El Periodico



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