Estilo, sus dimensiones, su habitabilidad y su equipamiento como grandes bazas para marcar la diferencia en el reñido segmento de los compactos urbanos
Comparar varias generaciones de un mismo modelo es un excelente barómetro de la evolución del automóvil en las últimas décadas en aspectos como el diseño o los equipamientos de seguridad, que reflejan tanto los avances tecnológicos como los cambios en las expectativas de las personas. En el caso del Citroën C3, esta peculiar competición tiene un interés especial, dado que pertenece a una categoría, la de los turismos urbanos del segmento B, clave por su importancia comercial y su acceso a una clientela con necesidades muy diversas.
Basada en el concept-car C3 Lumière, presentado por la marca en el Salón del Automóvil de París de 1998 como el automóvil compacto del futuro, la primera generación del Citroën C3, fabricada en Madrid, rompió moldes por su estilo propio, caracterizado por sus formas redondeadas, su gran superficie acristalada, inaudita en aquellos tiempos, y su interior espacioso, lleno de luz y muy bien aprovechado.
En el apartado del equipamiento, el Citroën C3 de 2002 presentaba uno de los más completos de su categoría, con elementos que, hasta entonces, estaban reservados a modelos de segmentos superiores, como el limpiaparabrisas automático o el encendido de las luces de emergencia en caso de fuerte desaceleración. Un plus en materia de seguridad, al que había que sumar el sistema ABS con 4 captores y repartición electrónica y 6 airbags de serie, en el acabado Exclusive, y 4 en el resto. También incorporaba sistemas precursores de las funciones de ayuda a la conducción, como los sensores de estacionamiento delantero.
En 2009, Citroën presentó la segunda generación del C3, que mantuvo la esencia del modelo original mientras incorporaba un diseño más audaz y contemporáneo. Esta versión, bautizada como el “Visiodrive”, Su mayor innovación era el parabrisas Zenith. Gracias a su excepcional longitud, 1.350 mm, aumentaba el campo de visión superior de los pasajeros delanteros en 80 grados, con la eliminación del travesaño superior.
La tercera generación del Citroën C3, lanzada en 2016, llevó el concepto de individualidad y personalización a un nuevo nivel. Con un diseño exterior distintivo y una variedad de opciones de personalización, el C3 se convirtió en un verdadero reflejo de la personalidad de sus propietarios. Incorporó tecnologías avanzadas, como la conectividad Bluetooth y sistemas de asistencia al conductor, estableciendo un nuevo referente en su segmento.
Estéticamente, incorporaba un nuevo frontal, con un aire más deportivo y decidido y sus nuevos faros LED, que hacen brillar una firma luminosa única durante la noche. Además, estrenaba elementos estéticos que se han ido incorporando al patrimonio estilístico de la marca, como los Airbump que, además de proteger la carrocería de los pequeños roces del día a día, suponen una excusa para ir más allá en la personalización.
A principios de 2024, Citroën presentó la cuarta generación del C3, que combina un diseño contemporáneo y audaz con la última tecnología en materia de electrificación, con una versión eléctrica, el Citroën ë-C3, con un motor de 113 CV y 320 km de autonomía que brinda todo el placer de la conducción eléctrica a un precio asequible.
El nuevo Citroën C3 está lleno de innovaciones que hacen más fácil la vida diaria, como la Smartphone Station, el nuevo Head Up Display que permite acceder a la información esencial sin apartar los ojos de la carretera, o un amplio abanico de funciones a la ayuda a la conducción que permiten enfrentarse a cualquier trayecto con seguridad y tranquilidad.
A bordo del nuevo Citroën C3 llega C-Zen Lounge, un estándar de diseño interior revolucionario, marcado por el espacio y por un alto nivel de equipamiento. Este concepto novedoso no sólo tiene en cuenta la comodidad sino también elementos como disfrutar de una vista panorámica, hacia adelante y hacia los lados, optimizada por una gran altura libre al suelo y una posición de conducción elevada, que proporcionan una sensación de control y seguridad.
La suspensión Citroën Advanced Comfort, de serie en toda la gama, recurre a la tecnología de los amortiguares con topes hidráulicos progresivos exclusiva de la marca para ofrecer la sensación de viajar en una alfombra mágica en todas las circunstancias. En cada amortiguador dos topes hidráulicos, uno para la compresión y otro para la descompresión, trabajan con el resto de la unión al suelo para suavizar las sacudidas proporcionando un confort incomparable.
Cortesía de Muy Interesante
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