En la región de Galicia, en el noroeste de España, la tierra ha vuelto a darnos una joya geológica sin precedentes: la ermeloíta. Este nuevo mineral, un fosfato de aluminio con agua en su estructura, se ha convertido en el tercer mineral gallego oficialmente reconocido, tras el descubrimiento de la morenosita y la cervantita en el siglo XIX.
Un hallazgo atípico
Cabe destacar que este descubrimiento es un ejemplo atípico entre los descubrimientos científicos. Todo el mundo tiene en su cabeza la imagen del científico de laboratorio, rodeado de cacharros y “pócimas mágicas” buscando el conocimiento, pero muy pocos se imaginan a un grupo de amigos aficionados a los minerales, eso sí, buenos conocedores de la mineralogía local, dada su gran experiencia, que en una de sus múltiples búsquedas se encuentran un fragmento de un mineral que con sus métodos tradicionales no son capaces de identificar. Lejos de dejarlo escondido en un cajón deciden recurrir a métodos más avanzados para tratar de determinar ¿qué es ese mineral que les ha llamado la atención y que no son capaces de identificar?, así empezó todo…
La ermeloíta fue descubierta en una pequeña veta de pegmatita, un tipo de roca intrusiva que se encuentra en la península de Morrazo, en la provincia de Pontevedra. Esta pegmatita, incrustada en un plutón de granodiorita (un tipo de roca similar al granito), ha proporcionado un entorno ideal para el desarrollo de este mineral.
Tanto el mineral como su nombre y símbolo (Erm) fueron aprobados por la Comisión de Nuevos Minerales, Nomenclatura y Clasificación de la Asociación Mineralógica Internacional (IMA). El nombre fue elegido en honor a la ubicación geográfica donde se encontró, específicamente en un lugar conocido como “As Chans de Ermelo” en Galicia, España, quedando así establecida su localidad tipo (localidad donde se encontró por primera vez).
El holotipo (ejemplar que se empleó para su descripción) de la ermeloíta se conserva en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Santiago de Compostela, para así asegurar su preservación y estudio para las generaciones futuras. Es en esta universidad donde se llevó a cabo la resolución de su estructura y principales analíticas. Junto a este ejemplar, existe una pequeña porción en el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) de Madrid, que fue empleada para la determinación de su composición en la Universidad Complutense de Madrid.
Características y estructura de la ermeloíta
La ermeloíta se presenta en cristales de color azul claro a blanco, con un brillo entre vítreo y perlado. A simple vista, sus cristales pueden parecer modestos, ya que no suelen superar los 0,05 milímetros de tamaño. Sin embargo, su importancia radica en la estructura interna y en la información que aporta sobre los fosfatos de aluminio.
La fórmula química de la ermeloíta es AlPO₄·H₂O, lo que significa que su estructura está compuesta por átomos de aluminio, fósforo y oxígeno, más una molécula de agua. Esto encuadra al muevo mineral dentro del grupo de los fosfatos, según la clasificación de Strunz (basada en la composición química).
Un mineral de tipo kieserita
A través de estudios de difracción de rayos X, se determinó su estructura cristalina, es decir, como están ordenados los átomos en el interior del mineral. En ella se pueden ver los átomos de aluminio rodeados de seis oxígenos formando octaedros, estos átomos de oxígeno pertenecen tanto a grupos fosfato tetraédricos (PO4) como a moléculas de agua (H2O) vecinas. Estos octaedros forman cadenas alargadas unidas entre sí por las moléculas de aguas y a su vez, estas cadenas se unen a otras a través de los grupos fosfato. Este tipo de estructura es similar al de la kieserita, un mineral perteneciente al grupo de los sulfatos, lo que permite ampliar el conocimiento sobre la familia de minerales que pueden adoptar esta estructura. La disposición estructural de la ermeloíta es notablemente estable gracias a enlaces de hidrógeno entre sus átomos de oxígeno y agua, lo cual juega un papel importante en cuanto a su formación y conservación.
Técnicas avanzadas para un mineral diminuto
Para caracterizar la ermeloíta, el equipo de investigación utilizó varias técnicas analíticas avanzadas. Una de ellas fue la espectroscopía Raman, que permite estudiar la estructura molecular a través de la dispersión de la luz, empleando una fuente de luz laser. Los resultados obtenidos ayudaron a confirmar las bandas de vibración del agua y los enlaces del fosfato, esenciales para entender cómo se organiza el mineral a nivel molecular.
Otro paso crucial fue el uso de difracción de rayos X, en primer lugar, se empleó la técnica basada en muestras en polvo, que permite obtener el patrón característico (su huella dactilar) para comparar con los minerales ya conocidos, siendo negativa su identificación y teniendo que recurrir a la variante en cristal único, la cual permitió determinar la disposición tridimensional de los átomos en el mineral obteniéndose datos precisos sobre las distancias y ángulos entre los enlaces. Finalmente se realizaron análisis químicos detallados utilizando una microsonda electrónica, que permitió determinar la composición exacta de la ermeloíta.
Importancia del descubrimiento en la geología de Galicia
Más allá de su rareza, la ermeloíta es un símbolo de la riqueza geológica de Galicia, una región conocida por su diversidad de rocas y minerales. El descubrimiento de este mineral aporta un conocimiento adicional sobre los procesos de formación de minerales en pegmatitas, y destaca el papel de Galicia como una región de interés en la mineralogía mundial.
Este hallazgo es también una oportunidad para explorar el desarrollo de otros minerales en la región, especialmente aquellos que puedan estar relacionados con la actividad hidrotermal, un fenómeno que facilita la formación de nuevos minerales a través de la interacción entre el agua caliente y las rocas. La ermeloíta, con su estructura única y sus características poco comunes, podría ser la punta del iceberg de otros hallazgos en la región.
Un aporte al conocimiento global de los fosfatos
La ermeloíta no solo enriquece el patrimonio mineral de Galicia, sino que también contribuye al conocimiento global sobre los fosfatos y sus variaciones estructurales. Este mineral permite a los científicos comprender mejor cómo se comportan los fosfatos en diferentes entornos y cómo se relacionan con otros compuestos estructuralmente similares, como los sulfatos.
Los estudios de ermeloíta podrían abrir la puerta a investigaciones sobre materiales similares en otros lugares del mundo, contribuyendo a desarrollar aplicaciones prácticas en campos como la geología, la química de materiales y la tecnología de minerales.
Referencias
- Vérez GZ, Vázquez CJR, Mariño BD, et al. Ermeloite, AlPO4⋅H2O a new phosphate mineral with kieserite-type structure from Galicia, Spain. Mineralogical Magazine. 2024;88(4):412-420. doi:10.1180/mgm.2024.33
Cortesía de Muy Interesante
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