
El comercio entre Texas y México alcanza un valor de 300,000 millones de dólares al año, lo que representa aproximadamente una tercera parte del comercio total entre México y Estados Unidos.
A pesar de esta fuerte relación, representantes del sector privado destacaron la necesidad de seguir fortaleciendo esta integración económica y fomentar nuevas relaciones comerciales, académicas y culturales que impulsen el desarrollo en ambos lados de la frontera.
“Es necesario entender la integración de más de cuatro décadas entre los dos países, que ‘no tiene vuelta de hoja’”, dijo Larry Rubin, presidente de la American Society of México (AmSoc).
Durante su participación en el 9º Simposio Anual del Mission Foods Texas-Mexico Center, destacó que todos los días cruzan la frontera entre México y Texas alrededor de 10,000 tractocamiones, lo que refleja la dimensión de la relación comercial.
Lo anterior coincide con una investigación presentada por René Cabral, investigador de la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey sobre el flujo de mercancías y la seguridad en la frontera.
Entre 2015 y 2023, 6.4 millones de camiones de carga cruzaron la frontera de manera anual y cada minuto se trasladaron bienes por un valor superior a 1.67 millones de dólares.
En 2023, Laredo, Texas, se convirtió en el puerto de entrada más importante de Estados Unidos, superando a Los Ángeles, California, destacó René Cabral.
Para Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), México y Texas se complementan, sobe todo en sectores como el energético.
Consideró que dentro de la relación bilateral con Estados Unidos, Texas es “la pieza principal del rompecabezas”.
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En su intervención, Fernando Solís Cámara, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Gruma, habló de la conexión económica, social y cultural entre Texas y México, donde las comunidades comparten familia, industria y aspiraciones.
“En Gruma y Mission… creemos que el diálogo constructivo y la investigación aplicada son esenciales para un futuro próspero, tanto para Texas como para México”, opinó.
Entonces, explicó que la labor del Centro Texas-México es construir puentes, que unan a académicos, líderes empresariales, responsables de políticas públicas y organizaciones civiles, con el fin de generar soluciones basadas en evidencia.
En ello coincidió James Hollifield, director del Mission Foods Texas-México Center, al subrayar la importancia de impulsar esta integración bilateral.
Fundado en 2016 en la SMU, el Mission Foods Texas-México Center tiene como objetivo fortalecer los lazos entre ambos territorios a través de la investigación, el diálogo de alto nivel y la colaboración transfronteriza.
Cortesía de El Economista
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