Tri Femenil: avanzar de sorpresa a constancia

En los últimos siete años, la Selección Mexicana Femenil ha firmado los dos mejores resultados de su historia en Mundiales Juveniles: un subcampeonato (Uruguay 2018) y un tercer lugar (Marruecos 2025), ambos en categoría sub 17.

Coinciden con el tiempo de vida de la Liga MX Femenil, que nació en 2017 y dio a las niñas un incentivo para tomar al futbol como opción de profesión.

Los primeros pasos ya se concretaron: profesionalizar al futbol femenil y alcanzar podios en Mundiales. Ahora el desafío es que las selecciones juveniles sean constantes y tengan una estructura todavía más profunda en cantidad y calidad.

“Podemos seguir trabajando más y hablo mucho de estructurar hacia abajo”, destacó Andrea Rodebaugh, directora de Selecciones Nacionales Femeniles, después del tercer lugar en el reciente Mundial de Marruecos, en el que México superó a selecciones como Países Bajos, Italia y Brasil.

“Lo que se busca es seguir creciendo (…) De parte de cuerpo técnico y staff, seguir fortaleciendo el camino de las jugadoras, que tengan oportunidad desde edades tempranas para ser detectadas e ir trabajando en alto rendimiento en selección para este tipo de eventos, para que cuando jueguen una eliminatoria o Mundial no sea su primera experiencia internacional”.

Te puede interesar

Seguimiento

México irrumpió en 2018 y 2025, avanzando sin tantos reflectores. Llegó al podio en ambos Mundiales e incluso con distinciones individuales: Nicole Pérez ganó el Balón de Plata en Uruguay y Valentina Murrieta el Guante de Oro en Marruecos.

La duda ahora está en el seguimiento para las jugadoras. De las 21 convocadas al Mundial 2025, 14 tienen o cumplirán 17 años entre noviembre y diciembre; las siete restantes son de 16 e incluso hubo una que llegó al torneo con 15.

Por otra parte, 15 están registradas en clubes de Liga MX Femenil y de las seis restantes, cinco juegan en equipos semiprofesionales de Estados Unidos y una pertenece a la liga colegial de ese país.

En retrospectiva en 2018, de las 21 seleccionadas, sólo cuatro ya no juegan como profesionales. Algunas de esa camada, por el contrario, ya están consolidadas, como Alison González, Natalia Mauleón, Aylín Avilez y Nicole Pérez.

“Creo que federar fuerzas básicas femeniles entre sub 13 y sub 17 es necesario ya para que las niñas tengan más oportunidades y fogueo, más y mejor preparación, que tengan a la mano todos los servicios de nutrición, medicina y entrenamiento. Eso es lo que se necesita, empezar a trabajar en fuerzas básicas femeniles para que tengan escalado de posiciones, que no lleguen directamente y luego desaparezcan”, opina para El Economista, Gabriela Batocletti, entrenadora avalada por la Federación Mexicana de Futbol (FMF) y actualmente al frente de Persas FC en Kings League Americas.

“En lo futbolístico, debería habilitarse la categoría sub 17 de manera federada para seguir en proceso. La mayoría de jugadoras ya están firmadas en algún club, pero algunas todavía no y también tienen talento muy grande. Sería bueno que tuvieran en dónde jugar cada fin de semana de manera competitiva”.

Te puede interesar

Para Ileana Dávila, directora técnica del primer equipo de Pumas Femenil de 2017 a 2021, el reto de las jugadoras inicia después de un Mundial de categoría menor.

“El verdadero desafío para las jugadoras comienza justo ahora. El proceso que deben seguir física, técnica y mentalmente es la clave para que no se queden solamente en promesas y que logren consolidarse como futbolistas de alto rendimiento”.

Dávila observa tres áreas fundamentales en su desarrollo: “En lo mental, a esa edad están en una etapa difícil, por lo que se debe trabajar en la estabilidad emocional, motivación a largo plazo y mentalidad competitiva. En lo físico, las diferencias aún son notables, por lo que el trabajo debe ser progresivo y personalizado, sin dejar de lado la alimentación guiada por un nutriólogo del deporte. En lo técnico-táctico, se debe buscar su continuidad formativa para que logren consolidarse en el primer equipo de las ligas donde juegan y así seguir formando parte de la selección en otras categorías”.

Proceso veloz

El Mundial Femenil Sub 17 se disputó por primera vez en 2008 con secuencia cada dos años. A partir de 2025, será un evento anual, igual que en la categoría varonil.

Sólo los Mundiales Sub 20 seguirán celebrándose cada dos años, siendo los únicos dos avalados por FIFA en cuanto a límites de edad.

Eso exige un reto a máxima velocidad para el desarrollo de talentos desde la FMF y Liga MX Femenil, como señaló Andrea Rodebaugh: “En realidad no hay tiempo de empezar a buscar, sino que de hecho ya existe una categoría sub 16 que se está preparando para empezar a darle seguimiento a un grupo”.

En la actualidad, la Liga MX Femenil cuenta con una competencia sub 19 en la que participan los 18 equipos. En años recientes también ha habido torneos sub 17 y sub 18.

“Algo que creo que es fundamental es que la liga femenil ha crecido mucho y que esto ha hecho que los clubes trabajen en sus fuerzas básicas, lo cual les da a las jugadoras una formación diferente en todos los aspectos a una temprana edad”, señala al respecto, Ileana Dávila.

“Se está haciendo un buen trabajo en fuerzas básicas y en los clubes. No es casualidad, sino una señal clara de madurez estructural, ya que la liga es el semillero para la selección y ofrece algo que antes no existía: entrenamientos profesionales, cuerpos técnicos certificados y presión competitiva. Ahora el talento mexicano tiene un lugar donde crecer, las jugadoras desde pequeñas tienen una mejor preparación y cultura deportiva enfocada al alto rendimiento, lo que hace que compitan de mejor manera”.

Y se espera que toda estructura desemboque en los Mundiales de categoría mayor: 2027 (en Brasil) y 2031 (con sede por definir; México está en la candidatura junto a Estados Unidos, Costa Rica y Jamaica).

México lleva dos eliminatorias sin calificar al Mundial Femenil de categoría mayor (2019 y 2023), por lo que esa sería la cima de resultados para las generaciones que están brillando a nivel juvenil.

Cortesía de El Economista



Dejanos un comentario: