Imaginen lo siguiente: son los años ’90, tienen menos de 10 años, y están a punto de salir a la ruta en familia. Mamá, sentada en el asiento del conductor, tiene la genial idea de poner en la casetera del auto esa cinta premezclada con los éxitos que marcaron su juventud. De pronto, después de un beat pegadizo y un bajo vibrante, una voz dulce y juguetona empieza a sonar. Ella canta y, machacando la letra con un inglés terrible, tú lo haces a dúo. Sin saberlo, esa fue tu primera introducción a Madonna. La primera vez que escuchaste “Like a Virgin” y conociste a la “Reina del Pop”.
El terremoto pop en la era del rock y heavy metal
El 12 de noviembre de 1984, el mundo de la música estaba dominado por gigantes de la guitarra eléctrica, bateristas implacables, bajistas con “groove” y voces potentes. Bandas como Van Halen, Scorpions, la explosión de U2, el reinado de Michael Jackson y el avance indetenible de íconos del heavy metal como Iron Maiden, Metallica y Judas Priest marcaban el ritmo de la década. Era un viaje plagado de riffs pesados y sonidos frenéticos.
En medio de ese huracán de rock duro y estadios, una joven de Míchigan, que ya había llamado la atención con su debut homónimo, se preparaba para dar el salto que la convertiría en un fenómeno global: Madonna Louise Ciccone lanzaba su segundo álbum, titulado precisamente, “Like a Virgin”.
Cuando el álbum “Like a Virgin” llegó a las bateas un día como hoy de 1984, no fue solo un lanzamiento; fue una declaración de guerra cultural. La canción homónima, lanzada como sencillo meses antes, ya había generado un revuelo sin precedentes. La portada del disco, con Madonna en un vestido de novia punk, y su actuación en los MTV Video Music Awards de ese año, donde se contoneó vestida de novia y se revolcó en el suelo mientras cantaba el tema, fueron la chispa que encendió la revolución.
En un momento donde los riffs de Def Leppard y las letras épicas de Bruce Springsteen lideraban las ventas, Madonna se enfocaba en el pop bailable, la provocación estética y una sexualidad desinhibida que resultaba completamente ajena al mainstream dominado por hombres. El álbum fue un éxito rotundo e inmediato, cimentando la transición de Madonna de ser una estrella dance a una superestrella mundial.
“Like a Virgin”, la canción que no iba dirigida a la “Reina del Pop”
Pero la verdadera ironía de este éxito masivo reside en la génesis de su canción insignia. “Like a Virgin” no fue escrita pensando en Madonna.
La poderosa dupla de compositores Tom Kelly y Billy Steinberg (responsables de éxitos como “True Colors” de Cyndi Lauper y “Eternal Flame” de The Bangles) fueron quienes crearon la canción. La letra, que describe la sensación de encontrar un amor tan puro y nuevo que te hace sentir “como una virgen” por primera vez, tenía un significado profundamente personal para Steinberg.
Según ha revelado el propio compositor, la canción nació de una experiencia de vida:
“La escribí sobre mí mismo. Había salido de una relación realmente difícil, de la que no tenía esperanzas. Me enamoré de otra persona. No se trataba de sexo, se trataba de que mi vida emocional se renovó. Era la alegría de una relación que me hacía sentir como si nunca hubiera estado en una antes. Se la ofrecimos a una serie de artistas sin éxito”, explicó Steinberg.
La jugada maestra de Seymour Stein
El tema fue rechazado por varios músicos. Fue Michael Ostin, un ejecutivo de Warner Bros., quien finalmente se la ofreció a Seymour Stein, el jefe del sello Sire Records (hogar de Madonna en ese entonces). Stein la escuchó y supo de inmediato que había encontrado el sencillo perfecto para catapultar a su joven artista.
A pesar de las dudas iniciales de Madonna sobre si la letra era “demasiado cursi”, el productor Nile Rodgers (de la banda Chic, que produjo el disco) la convenció de grabarla, apostando por la genialidad del estribillo y la carga provocadora que el título le daría en boca de la joven cantante.
Madonna durante una sesión de fotos en Nueva York en 1984. Foto: Michael PutlandAsí, una canción nacida de la melancolía y la esperanza masculina fue reinventada por una mujer que, con su actitud desafiante y su visión de la imagen, la transformó en un himno de empoderamiento sexual y liberación pop.
El legado de “Like a Virgin”: más allá de la casetera familiar
Gracias a la audacia de Madonna y la visión de sus productores, “Like a Virgin” no solo vendió más de 25 millones de copias, sino que también rompió barreras de género en las listas de éxitos, demostrando que había espacio para una reina en medio del reinado del rock. El álbum y single se convirtieron en el punto de inflexión que definió los sonidos, la estética y la controversia del pop de los ’80.
Es la verdadera historia de cómo una canción escrita para expresar la renovación emocional de un hombre, terminó siendo el vehículo que condujo a una mujer a la cima de la industria, cambiando la historia de la música pop para siempre.
Cortesía de Clarín
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