En Ciudad de México llevar al perro suelto en el coche no solo luce tierno. También puede costar miles de pesos. El Reglamento de Tránsito permite una multa de entre diez y veinte veces la UMA por transportar a la mascota sin medidas de seguridad. En cifras actuales eso significa pagos que van de 1,130 pesos a 2,262 pesos por viaje mal resuelto.
A la sanción económica se suma el castigo en la licencia. La autoridad puede restar tres puntos al documento del conductor y un punto a la matrícula del vehículo. El paseo al parque deja de ser un plan relajado y se convierte en problema para el historial de manejo.
El origen de estas multas se encuentra en el artículo 38 del Reglamento de Tránsito capitalino. El texto prohíbe que la persona al volante sostenga, cargue o coloque animales entre brazos y piernas. La autoridad considera que esa posición limita movimientos y obstruye parte de la vista hacia el camino.
El riesgo no se limita a perros en regazo. Un perro suelto en asiento delantero puede saltar hacia la palanca, empujar el volante o cruzarse frente al tablero. Cada distracción reduce el margen de reacción ante frenadas repentinas y abre la puerta a choques que afectan a pasajeros y peatones.
La norma no prohíbe viajes con mascotas. Lo que castiga es el transporte sin control dentro del habitáculo. Un perro que se mueve por toda la cabina puede bloquear espejos, interferir con pedales o escapar por una ventana abierta. La escena se transforma en un situación de riesgo para todos.
La multa por llevar a tu perro en el auto sin seguridad va de 1,130 pesos a 2,262 pesos.
Esto puedes hacer para evitar multas si viajes con tu perro en el coche
Para evitar la multa resulta clave tratar al perro como pasajero vulnerable. Una transportadora del tamaño adecuado, bien sujeta con el cinturón en asientos traseros, mantiene al animal en punto fijo. Así disminuye la posibilidad de golpes dentro del coche y se mantiene a raya la tentación de saltar hacia el frente.
En perros de mayor tamaño el arnés especial se vuelve aliado. Este sistema se conecta al cinturón de seguridad y limita desplazamientos bruscos. La mascota conserva cierto espacio para acostarse o sentarse sin alcanzar la zona de pedales ni la parte frontal del vehículo.
El lugar más recomendable para cualquier perro es en la parte trasera del coche. Desde ahí la distracción para la persona que maneja resulta menor y las bolsas de aire frontales dejan de representar amenaza directa. En un impacto fuerte este mecanismo de seguridad puede lastimar de forma grave a un animal sin restricción.
El lugar más recomendable para cualquier perro es la parte trasera del coche.
El mensaje del reglamento queda claro. Viajes con perro sí, pero con control. Dejar al animal suelto en la cabina puede terminar en multa de hasta 2,262 pesos, puntos menos en la licencia y posibilidad real de accidente. Antes de encender el motor conviene revisar cómo viaja el compañero de cuatro patas.
Cortesía de Xataka
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