Avatar: cómo fue la premiere mundial a todo lujo en Hollywood, con James Cameron, Miley Cyrus y Billie Eilish

Es uno de los acontecimientos de fin de año, en materia cinematográfica aquí en Hollywood, y tendrá repercusiones inmediatas en el resto del mundo del espectáculo. Y fue a todo lujo. Anoche fue la premiere internacional de Avatar: Fuego y cenizas, de James Cameron, y no faltó nadie, entre famosos del elenco del filme y ajenos a la producción de Disney, ni tampoco las ovaciones de pie al comenzar y al terminar la primera proyección pública, a la que fue invitado Clarín.

Fue en el Dolby Theatre, en pleno corazón de Hollywood, donde año tras año se entregan los premios Oscar a los que, muy probablemente, el filme con Sam Worthington, Zoe Saldaña y Sigourney Weaver tenga varias candidaturas el año que viene.

En diálogo con el enviado de Clarín, James Cameron se refirió a la necesidad imperiosa de que Avatar: Fuego y cenizas tenga un éxito similar a las dos películas anteriores que transcurren también en Pandora, y que se ubican primera y tercera en recaudación mundial en la historia: Avatar, con US$ 2.923.710.708 y Avatar: El camino del agua, con US$ 2.343.096.253, respectivamente.

“Si no logramos una gran recaudación, será muy difícil que realicemos Avatar 4 y Avatar 5, como tenemos previsto. La inversión es enorme. Esto es a todo o nada. No quiero hacer una versión light de la saga de Avatar” fue su respuesta contundente a la pregunta de Clarín.

No fue una alfombra azul, como la de Londres de Avatar: El camino del agua, sino roja. Desde temprano el Hollywood Boulevard estuvo cortado desde su cruce con Highland Avenue para el evento.

Una enorme A de Avatar estaba prendida fuego eternamente, recibiendo a los invitados, en medio de la alfombra roja y casi frente al cine El Capitán, propiedad de Disney, que distribuye Avatar: Fuego y cenizas. y en diagonal al famoso Teatro Chino.

El público en general, los fanáticos que esperaban desde hacía horas, estaba tras las vallas a la izquierda. Y a la derecha de la red carpet había un corralito donde influencers, ataviados como Na’vis, personajes de la saga, pugnaban porque las estrellas se acercaran a ellos para conseguir fotos o declaraciones.

James Cameron, acompañado de su quinta esposa, Suzy Amis, fue de los primeros en arribar a la premiere, una hora antes. Luego fue Miley Cyrus, quien coescribió y canta el tema principal de Avatar: Fuego y cenizas, titulado Dream As One -que ya suena para el Oscar-, quien se abrazó al director antes de ingresar al Dolby Theatre.

Y casi de inmediato llegarían Sam Worthington (Jake Sully, el protagonista), Sigourney Weaver (amiga de Cameron desde que filmaron Aliens, y que ahora interpreta mediante captura de movimientos a Kiri, una adolescente de 15 años), Zoe Saldaña (Naytiri, la coprotagonista) y Oona Chaplin, nieta de Charles y que encarna a Varang, la nueva malvada que se suma al bando de los malos junto al avatar del coronel Miles Quaritch (Stephen Lang).

Pero no solo asistieron miembros del elenco. Clarín también vio a Billie Eilish y su hermano Finneas O’Connell, a Dolph Lundgren (Ivan Drago en Rocky IV), que llegó junto a su hija, más Maria Shriver y Christopher Schwarzenegger, exesposa e hijo de Arnold.

Fue una avant premiere bien pochoclera: había latas de Coca Cola, Sprite, agua mineral y sí, un baldecito de pochoclo.

También pantallas frente a las que uno podía pararse, y en segundos se convertía en un Na’vi. O sacarse una foto volando por los aires de Pandora.

La música de Avatar estaba hasta en los toiletes del Dolby Theatre. Ya en la sala, que tiene capacidad para 3.300 espectadores, un DJ amenizaba la espera pasando música desde uno de los palcos bajos, hasta que presentó a James Cameron, ovacionado como era de esperar.

Ya en el escenario, Cameron presentó, uno por uno, a los intérpretes que lo acompañaron en la premiere mundial, un equipo de 11 actores -no estaba Kate Winslet, que es Ronal-, dejando para el final, en este orden, a la neoyorquina Sigourney Weaver, al australiano Sam Worthington, a Zoe Saldaña, de ascendencia dominicana y… a Miley Cyrus.

A ninguno Cameron le dio el micrófono, y sí recordó a su productor y amigo, Jon Landau, que supo ser manager de Bruce Springsteen, fallecido el año pasado.

Sin más presentaciones, todos bajaron del escenario, se sentaron en sus butacas asignadas y, 30 minutos después de lo previsto, comenzó la proyección de la película.

El público la siguió como en misa, pero estalló en aplausos en determinados momentos de la trama, que no estamos autorizados a relatar, pero bueno, que tienen que ver con actitudes y frases de ciertos personajes que encaminan todo hacia la acción desmedida.

Terminada la película, en los créditos finales las ovaciones fueron subiendo el volumen a medida que aparecían los nombres de Cameron, Saldaña y Weaver, y en especial, Jon Landau, a quien se dedica el filme.

Después, arrancó la fiesta en los amplios pasillos del Dolby Theatre, con comida caliente y dulces, bebidas alcohólicas y largas filas para servirse, ya que no había mesas con sillas.

Previo a la premiere, Disney invitó a la prensa que viajó especialmente a cubrir el evento a adentrarse en el mundo de Pandora en una exhibición inmersiva inspirada en las películas Avatar, de Cameron.

Fue en el Stage 1 del Walt Disney Studios, o sea que Disney cerró especialmente ese set de rodaje para realizar esta exhibición. Y así recorrimos selvas bioluminiscentes e imponentes formaciones rocosas que intentan capturar la magia y el espíritu de Pandora. Había vestuarios y accesorios que utilizan los personajes, creados por la ganadora del Oscar, Deborah L. Scott, una selección de utilería original de la nueva película, maquetas, videos que explican cómo se realiza la actuación con captación de movimiento y más.

Y por allí pasaron James Cameron y todo el elenco y las cabezas de equipo de la película días antes que la prensa. Y, seguramente, terminaron todos juntos este mini tour igual que nosotros, dirigiéndose a unos cien metros de allí, al Main Theatre o el Cine principal de los Estudios Disney, donde este fin de semana se proyectó la película en exclusiva a la prensa especializada.

Y no, no podemos adelantar nada, porque el embargo para la crítica rige firme hasta dentro de dos semanas, el martes 16 de diciembre, dos días antes del estreno en la Argentina, el jueves 18, que será un día antes que aquí, en los mismísimos Estados Unidos.