La ventana de oportunidad es cada vez más reducida pero, según constata un nuevo estudio publicado en la revista ‘Nature’, aún estamos a tiempo de frenar el avance del calentamiento global y cuanto antes lo hagamos menores serán los daños acumulados en el planeta. Un equipo internacional de científicos ha analizado varios escenarios sobre el aumento de las temperaturas en el globo y sobre qué consecuencias tendría, por ejemplo, sobrepasar el umbral de los 1,5ºC a corto, medio y largo plazo. Las conclusiones, afirman, no dejan lugar a duda. “Si superamos el umbral de calentamiento extremo, aunque sea de forma temporal, nos enfrentaríamos a consecuencias irreversibles para el planeta, desde la pérdida de biodiversidad hasta el aumento del nivel del mar“, advierten los autores, a la par que argumentan que el “único escenario seguro” es frenar cuanto antes el calentamiento global.
“Si superamos el umbral de calentamiento extremo, aunque sea de forma temporal, nos enfrentaríamos a consecuencias irreversibles”
En la última década, desde la cumbre del clima de París hasta la de Dubái, los gobiernos se han comprometido a buscar soluciones para evitar que la temperatura del planeta aumente por encima de los 1,5ºC de cara a finales de siglo. Pero según constatan los registros, a día de hoy el mundo ya ha vivido al menos un año entero por encima de este umbral y, de seguir así, esta cifra podría seguir aumentando en los próximos años. Justamente por eso, cada vez son más las voces que afirman que el escenario más realista es pensar que en los próximos años sobrepasaremos el umbral de los 1,5ºC (un fenómeno que técnicamente se denomina ‘overshoot’) y después volveremos a bajar por debajo de esta línea roja. ¿Pero qué pasaría, entonces, con el planeta?
Consecuencias irreversibles
Un análisis liderado por los investigadores Carl-Friedrich Schleussner y Joeri Rogeljm afirma que alcanzar un nivel de calentamiento extremo no solo sería devastador sino que, además, sería muy difícil de revertir. Sus cálculos apuntan a que, por ejemplo, sobrepasar el umbral de los 1,5ºC provocaría daños en el sistema terrestre, reduciría la abundancia de especies, pondría en jaque la biodiversidad de varios ecosistemas y hasta dañaría las reservas de carbono que, hasta ahora, están limitando (o mejor dicho, conteniendo) el aumento de las temperaturas globales. De la misma manera, si el planeta sobrepasa ciertos umbrales de calentamiento extremo se espera un aumento del nivel del mar que, después, sería muy complicado de revertir incluso si después se consiguiera normalizar las temperaturas.
Si el aumento global de las temperaturas sigue acelerando el deshielo de los polos y esto, a su vez, provoca un aumento de nivel del mar, este proceso no se podrá revertir y las consecuencias que se deriven de ello, como los daños en las zonas costeras, serán inevitables. Lo mismo pasa con la pérdida de especies, pues una vez desaparezcan ciertas piezas clave del ecosistema será muy complicado volver atrás.
Emisiones cero
“Los esfuerzos por frenar el aumento de la temperatura global cuanto antes tendrán más probabilidades de limitar los riesgos climáticos que los intentos de reducir las temperaturas después de sobrepasar el umbral de los 1,5ºC”, afirman los autores de este trabajo. En este sentido, los expertos también recuerdan que en estos momentos la humanidad aún no dispone de sistemas de captura de carbono lo suficientemente avanzados como para poder confiar en ellos de cara a luchar contra el aumento de las temperaturas. “Solo una reducción rápida de las emisiones será eficaz para limitar el avance del cambio climático”, concluye el análisis.
“Si tardamos demasiado en lograr un cero neto de emisiones, es posible que rebasemos algún umbral irreversible que amplificaría aún más el cambio climático”
El mensaje lanzado por este estudio hace énfasis en la urgencia de poner en marcha acciones para frenar cuanto antes el avance del cambio climático. “Se trata de un mensaje tan vital como difícil de entender, pues lo peor del cambio climático no son los efectos directos, como el aumento de la temperatura. Lo realmente grave son los impactos indirectos, como la subida del nivel del mar, el deshielo de los glaciares o la pérdida de las grandes superficies boscosas y de biodiversidad, porque si se llegan a dar será irreversibles”, afirma Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería Forestal y Cambio Global en la Universidad de Lleida. “Si tardamos demasiado en lograr un cero neto de emisiones, es posible que rebasemos algún umbral irreversible que amplificaría aún más el cambio climático”, añade el especialista en declaraciones al Science Media Center.
El estudio más exhaustivo elaborado hasta la fecha sobre el futuro del cambio climático calcula que para evitar un calentamiento global extremo la humanidad debe alcanzar su pico de emisiones en 2025, reducirlas a la mitad para 2030 y llegar a cero neto en 2050. El debate sobre cómo lograrlo se reanudará en las próximas semanas en la cumbre del clima de Bakú (COP29).
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Cortesía de El Periodico
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