Ciberseguridad y regulación frenan la modernización de los pagos a nivel global

La modernización de los pagos enfrenta hoy una doble barrera que frena su avance en todo el mundo, el fraude y los riesgos de ciberseguridad.

De acuerdo con un estudio global elaborado por la firma de tecnología de pagos ACI Worldwide, estos factores se han convertido en el principal obstáculo para innovar y representan una amenaza directa a la competitividad del sector. Para 77% de los ejecutivos consultados, la sofisticación creciente de los estafadores es ya el mayor freno para la transformación del ecosistema.

A este panorama se suma la presión regulatoria, 63% de los encuestados considera que los requisitos normativos son una barrera importante, pues obligan a las instituciones a navegar un complejo entramado de reglas locales, regionales e internacionales. Cumplir con ellas consume tiempo y recursos que podrían destinarse a innovación; sin embargo, restarles prioridad no es una opción.

Al mismo tiempo, 61% reconoce que estas mismas regulaciones pueden actuar como motores de desarrollo. Mandatos como la ISO 20022, un estándar global para el intercambio estructurado y más eficiente de mensajes financieros, junto con la banca abierta y los esquemas de pagos en tiempo real, establecen nuevos parámetros de interoperabilidad, velocidad y transparencia, elevando el nivel que todos los participantes del mercado deben cumplir.

“La seguridad debe considerarse una prioridad colectiva: renovación continua de las defensas, medidas preventivas contra riesgos emergentes y colaboración en todo el ecosistema, todo ello sin añadir fricción a los clientes. Además, la gestión de riesgos debe considerarse transversalmente y abordarse de forma más integral”, señala el estudio.

El informe basado en encuestas a 500 ejecutivos de Norteamérica, Europa, Latinoamérica, Asia Pacífico, Medio Oriente y África, revela otro elemento clave, 55% de los directivos, reconoce no aprovechar completamente la tecnología que ya tienen a su alcance.

Aunque la mayoría de los líderes se muestran confiados en el ritmo de innovación en pagos, únicamente 12% cree ir detrás de otros sectores, esa percepción contrasta con su propia admisión de que no están utilizando todo el potencial tecnológico disponible. Menos de la mitad, 44%, afirma con plena convicción que la innovación es una prioridad para la alta dirección.

Otros obstáculos

Además de los retos señalados, el estudio subraya que 44% de los ejecutivos identifica a los sistemas heredados como una barrera crítica para la innovación.

Estos sistemas, infraestructuras tecnológicas antiguas y difíciles de actualizar limitan la agilidad operativa, elevan los costos de mantenimiento y retrasan la puesta en marcha de nuevos servicios.

Frente a ello, las soluciones modernas, como las plataformas modulares basadas en interfaces que permiten que diferentes sistemas se “conecten” y compartan información de forma ágil, los centros de pago inteligentes y la orquestación de fraude con Inteligencia Artificial, ofrecen la flexibilidad que exigen los clientes actuales. La brecha entre ambos modelos vuelve a las plataformas tradicionales un freno cada vez más urgente de atender. A este desafío tecnológico se suma uno interno: 53% de los encuestados señala la resistencia organizacional como un impedimento relevante.

Por otra parte, aunque algunos actores tradicionales perciben a las fintech y a las grandes tecnológicas como una amenaza, la mayoría de los ejecutivos, 58%, considera que la competencia, lejos de frenar, impulsa al sector. En la visión general, las startups fintech son vistas como quienes marcan el ritmo de la innovación; sin embargo, este panorama varía según el tipo de empresa.

Cortesía de El Economista



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