De salón local a franquicias internacional: d-uñas la marca que profesionaliza la belleza

Buscar un momento de relajación o para consentirse se convierte en una visita al salón de belleza, en el que las uñas, cejas y hasta las pestañas reciben un tratamiento adecuado, de hecho, ha sido tanto el interés de los consumidores en la industria de la belleza que han surgido franquicias en torno a este sector. 

Sandra Benzaquen y Mery Oaknin, fundadoras de la franquicia d-uñas, comprendieron la oportunidad de negocio, ya que muchas personas no confían en ir a un establecimiento nuevo para realizarse un servicio de belleza, por temor a que no quede igual que a su sitio de confianza, por lo que se aventuraron a crear un negocio de uñas.

Te puede interesar

“Mis primas venían de Venezuela a visitarnos a España y decían que necesitaban manicuras, pero todo esto estaba poco profesionalizado. Empezamos a investigar, nos apuntamos a un curso de manicura, viajamos a Londres, Nueva York y en seis meses abrimos nuestro primer salón”, comenta Sandra Benzaquen.

En tanto, de las 1,500 marcas registradas en México, las categorías más populares son alimentos y bebidas, así como salud y belleza, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF).

Del negocio a la franquicia

La inauguración del primer salón en 2006 fue un éxito en España, por lo que ambas fundadoras se enfocaron en profesionalizar el proceso de colocación y cuidado de uñas y ofrecer una experiencia al cliente en la que se sintiera lo más cómodo y relajado posible. 

Al poco tiempo abrieron una segunda sucursal, pero llegó un punto en el que les preguntaban si podían adquirir una tienda, ya que veían que era un modelo seguro de negocio. Este interés de las personas por adquirir una unidad las llevó a dar el salto y apostar por convertir el negocio en franquicia.

Posteriormente apostaron por la internacionalización, que se dio en 2008, y México fue el primer país al que llegaron. “Cuando llegó la crisis del 2008, nosotros teníamos nuestra estructura ya creada y nos llegaban peticiones de México. Me acuerdo que compramos un stand en la feria de las franquicias y nos embarcamos. En ese entonces tenía 28 años”, recuerda Sandra Benzaquen.

Actualmente la franquicia está presente en nueve países, como México, Argentina, Guatemala, Chile, entre otros y en sus planes de expansión consideran ingresar a Estados Unidos.

Andrea Salvador.

Diferenciarse ante la competencia

d-uñas cuenta con 200 franquicias, de las cuales 33 están en México, por lo que se ha convertido en una opción para quienes buscan incursionar en el sector de la belleza. 

En este contexto, Santiago Potes, cansado de la rutina y los corporativos, decidió invertir en una franquicia, pero resalta que tuvo que hacer un análisis de las tendencias de los sectores y notó que la salud y belleza estaba en auge.

A causa de esto, adquirió una de las unidades hace seis meses en la zona sur de la Ciudad de México.

Hay muchos salones con pocos diferenciadores. El producto sigue siendo el mismo, pero te diferencia más la experiencia, entonces, aquí se diferencia con el tema de ecobeauty, pero el reto fue entender la dinámica del negocio”.

En este sentido, para adquirir una sucursal, el monto de inversión es a partir de 400,000 pesos, los cuales van desde una isla hasta un local.

Aunado a que el retorno de inversión comienza a partir de los 24 meses, pero Santiago explica que puede ir desde los 18 meses, siempre y cuando el primer año sea para fidelizar clientes.

Asimismo, d-uñas también ha invertido en crear sus propios productos, ya que los que conseguía no eran amigables con la piel, por lo que esta diferenciación les permitió tener un espacio para quienes buscan opciones que no dañen las uñas.

En tanto, Sandra relata que México cuenta con un buen mercado para la industria de la belleza, por lo que las proyecciones para los próximos dos años es llegar a las 100 sucursales en el país.

También ofrecen capacitaciones constantes al personal, tanto presencial como en línea. Aunado a que en el futuro consideran implementar cursos de pilates para que las colaboradoras no sufran de dolores de espalda.

Cortesía de El Economista



Dejanos un comentario: