La alerta sísmica es uno de los sonidos que nadie quiere escuchar, pero que se encarga de salvar vidas. Con el 19 de septiembre cada vez más cerca, es momento de hablar un poco más de la alerta sísmica. Uno de los detalles que pocos conocen es quién está detrás de la voz que acompaña al sonido que advierte a las personas a salir de casa por un temblor.
La voz grave y contundente que resuena en los altavoces de la Ciudad de México y otros estados de la República Mexicana durante los terremotos pertenece a un reconocido actor de doblaje que comenzó su carrera en la década de los 60. Previo a la llegada del 19 de septiembre vamos a recordar un poco de su trayectoria y desde cuándo se convirtió en la voz de la alerta sísmica.
El actor que se encargó de acompañar con una voz a ese sonido capaz de salvar vidas, pero alterar a toda una ciudad es Manuel de la Llata García. El reconocido locutor forjó una exitosa carrera frente a los micrófonos y las cámaras, pero es gracias a la alerta sísmica que todos reconocen su voz en cualquier instante. Aquí te contamos sobre su carrera y cuándo fue que comenzó a darle vida al mensaje de evacuación en caso de temblores en la CDMX y otros estados del país.
¿Cuándo surge la alerta sísmica?
El Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES) llamó a Manuel de la Llata en 1993 para que fuera el encargado de darle vida a la voz de la alerta sísmica. Se dice que la elección de la voz de la grabación que suena en cada temblor en la CDMX fue directa, ya que buscaban un tono único, difícil de imitar y que transmitiera una sensación de urgencia y autoridad, que realmente alertara a la sociedad y la alentara a abandonar lo que hacen para colocarse en una zona segura.
La primera vez que sonó la alerta sísmica fue el 14 de septiembre de 1995. La grabación retumbó en los altavoces de la Ciudad de México gracias a un sismo de magnitud 7.3 con un epicentro en las costas de Guerrero. El sonido con la voz de Manuel de la Llata demostró su eficiencia y aunque con el paso del tiempo la alerta ha ido mejorando y expandiendo su cobertura, la voz del queretano se mantiene vigente.
¿Cómo llegó Manuel de la Llata a ser la voz de la alerta sísmica?
Manuel de la Llata García nació el 24 de enero de 1944 en Santiago de Querétaro, Querétaro. Fue hasta la década de los 60 que comenzó a despuntar en el mundo del entretenimiento. En 1965 se trasladó a la Ciudad de México para continuar con su formación como actor y locutor. Su voz fue uno de los puntos a su favor en el inicio de su carrera, ya que lo llevó a darle vida a grandes personajes en el mundo del doblaje.
Gracias a su voz y talento, colaboró con empresas como CINSA y SISSA en los 60. Para los años 70 también trabajó para Sonomex. A lo largo de su carrera se encargó de darle vida a personajes de renombre, siendo Clark Kent en Superman en 1978 y Superman II en 1980. Además de ser el Hombre de Acero, Manuel le dio voz a personajes como:
- Han Solo en la primera entrega de Star Wars.
- Sr. Oleson en la serie La Familia Ingalls.
- Dr. Cornelius en El Planeta de los Simios (1968).
- Charlie Townsend en la primera temporada de Los Ángeles de Charlie.
- General Steve Trevor en La Mujer Maravilla (1975).
De la Llata se retiró del mundo del doblaje en la década de los 80 y se centró en su carrera como locutor institucional y comercial. Se dice que siempre le gustó llevar un perfil bajo y estar lejos de los focos mediáticos. El 14 de junio de 2016, Manuel perdió la vida en su natal Querétaro, dejando un legado profesional digno de admirar, además de la voz que sigue sonando cada ocasión que las placas tectónicas se mueven.
La alerta sísmica salva vidas pero genera estrés postraumático
Septiembre, además de ser el mes en que se llevan a cabo celebraciones por el Día de la Independencia, es también una temporada en que se recuerdan los trágicos hechos que sucedieron en 1989 y posteriormente en 2017, pues el 19 de dicho mes, ocurrieron terremotos que devastaron a los mexicanos.
Por ello, en nuestro país se realizan de manera periódica simulacros que buscan alertar a la sociedad en caso de que un sismo de gran magnitud se llegue a presentar. Acompañando a estos ejercicios existe un sonido característico conocido como la alerta sísmica, la cual se activa cada vez que se realizan estos ensayos de prevención y también cada vez que ocurre un temblor de gran intensidad.
Este mecanismo comenzó a operar en 1991 en la Ciudad de México, tras el devastador terremoto de 1985. Fue desarrollado por el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES) y actualmente forma parte de la Red de Alerta Sísmica Mexicana (SASMEX). Su funcionamiento se basa en una red de sensores instalados en zonas sísmicas de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Puebla y Jalisco.
Aunque brinda segundos valiosos para resguardarse, su activación puede causar tensión, especialmente en zonas con antecedentes de sismos devastadores. Su sonido, inconfundible y estridente, provoca reacciones inmediatas de alerta, miedo y nerviosismo, reflejo de la experiencia colectiva del país.

Miguel Bustos Patiño, psicólogo del Consejo Ciudadano, advierte que para muchos mexicanos esta señal preventiva está asociada a experiencias traumáticas, lo que provoca un impacto emocional profundo que no debe minimizarse.
“El miedo que sentimos cuando escuchamos la alerta sísmica es completamente normal. Responde a un sistema de supervivencia, pero en algunos casos puede transformarse en una reacción desproporcionada que afecte nuestra vida diaria”, señaló Bustos Patiño en entrevista con El Heraldo de México.
Síntomas físicos y emocionales
El especialista detalla que, en buena medida, el miedo proviene de experiencias previas, tanto personales como históricas. Para quienes vivieron los sismos devastadores de 1985, 2017 o 2020, el sonido de la alerta despierta recuerdos vívidos de destrucción, pérdidas humanas y materiales, y momentos de desesperación.
No es lo mismo escuchar la alerta cuando eras niño y el temblor apenas se sintió, que haber estado en medio de un edificio colapsado o haber perdido a un ser querido. La memoria emocional queda marcada y nuestro cuerpo reacciona como si el peligro fuera inminente”, explica.
La reacción ante la alerta sísmica no solo es psicológica: también genera respuestas fisiológicas intensas. Entre los síntomas más comunes, Bustos Patiño menciona:
- Sudoración excesiva
- Temblor corporal y tartamudez
- Taquicardia e hiperventilación
- Confusión o pérdida momentánea de memoria
- Mareo y pérdida de apetito
- En casos extremos, pérdida del control de esfínteres
“Cuando nuestro cuerpo detecta una amenaza, real o imaginaria, activa el sistema de defensa. Por eso hay personas que se bloquean, se congelan o entran en pánico, aunque sepan que se trata de un simulacro”, señala.

Estrés postraumático y condicionamiento
El psicólogo advierte que la exposición repetida a este sonido puede generar un condicionamiento similar al estrés postraumático: “si alguien escucha la alerta y sufre ataques de ansiedad, sudoración o pánico por más de un mes, y esto interfiere con su vida diaria, es una señal clara para buscar ayuda psicológica”, enfatiza.
Este fenómeno no se limita a adultos, señala, pues los niños también desarrollan respuestas emocionales, aunque su percepción puede variar según el contexto: “en las escuelas, donde se realizan simulacros con regularidad, los menores suelen ver el protocolo como algo normal. En casa, la reacción es distinta porque los padres pueden transmitir su propio miedo”, explica.
Los adultos mayores, en cambio, tienden a controlar mejor sus emociones debido a una vida de experiencias previas, aunque el miedo sigue presente.
Para enfrentar estas reacciones, el psicólogo Miguel Bustos subraya la importancia de los primeros auxilios psicológicos:
- Escuchar activamente a la persona sin juzgarla.
- Permitir que exprese su miedo y emociones sin interrupciones.
- Ofrecer apoyo físico inmediato: agua, un paño húmedo, palabras de acompañamiento.
- Establecer redes de apoyo: familiares, amigos o profesionales.
“Lo fundamental es hacerle sentir a la persona que no está sola. El simple hecho de escuchar sin interrumpir ni minimizar su miedo puede marcar una diferencia enorme”, comenta.
El miedo como aliado
Aunque el miedo generado por la alerta sísmica puede ser paralizante; Miguel Bustos subraya que también tiene un lado positivo pues las reacciones que generamos por la activación de la alerta sísmica son mecanismos de supervivencia, pues ese sonido nos prepara para actuar y protegernos.
“Es importante que entendamos que es una situación que nos va a causar nervios, pero que podemos ir sacando emociones poco a poco”, concluye, enfatizando que en caso de que estas respuestas sean de mayor intensidad, es recomendable buscar ayuda especializada.
Cortesía de El Heraldo de México
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