“Es una comedia de acción deslumbrante”: la crítica de la BBC sobre la nueva película de Leonardo Di Caprio

Fuente de la imagen, Warner Bros. Pictures

    • Autor, Caryn James
    • Título del autor, BBC Culture*

*Esta crítica contiene detalles de la trama de “Una Batalla Tras Otra”.

Esta película “virtuosa” y con una fuerte carga política es “horripilante y a la vez ridículamente divertida”. Es raro ver un filme tan ambicioso funcionar con tanta fluidez.

Paul Thomas Anderson es la mente brillante y Leonardo DiCaprio el corazón emocional de este oportuno y audaz drama cómico de acción, “Una Batalla Tras Otra”.

En el papel de Bob, un exradical que ahora se conforma con beber y fumar todo el día, DiCaprio corre con una bata a cuadros y un gorro intentando rescatar a su hija adolescente secuestrada.

Es una actuación divertida, pero el amor y el miedo en sus ojos revelan lo importante que es para Bob. Ese es solo un elemento de la película, que también está llena de persecuciones de coches, milicias, organizaciones oscuras, lealtades y traiciones, todo ello fusionado en una historia que te atrapa de principio a fin y que resulta impactante por su inmediatez política.

Es raro ver una película tan ambiciosa funcionar con tanta fluidez, pero una de las señas de identidad de Anderson es su capacidad para controlar con serenidad historias estridentes y extensas.

La “voz clara” de Paul Thomas Anderson

Benicio del Toro, Chase Infiniti, Leonardo DiCaprio, Teyana Taylor y Sean Penn en la premier de Londres de la película

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A lo largo de su carrera, Anderson ha tenido una voz distintiva: nítida, clara, elegante y divertida. Y esas cualidades se manifiestan en una variedad de estilos, incluyendo la intensa There Will Be Blood (2007) y la elegante Phantom Thread (2017).

One Battle After Another reúne varias vertientes, en particular el humor alegre de Boogie Nights (1997) y la combinación de múltiples historias en Magnolia (1999).

También es su segunda película influenciada por una novela de Thomas Pynchon. Inherent Vice (2014) fue la primera, y “Una Batalla Tras Otra” se inspiró en la novela de Pynchon de 1990 Vineland, que trata sobre la vida de un hombre radicalizado en los años 60.

Anderson ha tomado prestado solo un pequeño fragmento de la trama, la ha actualizado al presente y ha creado personajes completamente nuevos, pero ha conservado el espíritu de la novela de Pynchon: hay indicios de ello en algunos nombres caricaturescos y en la comedia tradicional.

Pynchon se burlaba de organizaciones cuasi gubernamentales nefastas en sus novelas —como lo hace Anderson aquí con una finura cómica que a la vez es mortalmente seria— mucho antes de que las teorías conspirativas se popularizaran.

Las tensas escenas iniciales transcurren en un centro de detención para inmigrantes, donde guardias militares merodean tras vallas metálicas, en imágenes que claramente buscan imitar las que se ven en las noticias.

Un grupo ficticio llamado los 75 Franceses se infiltra en el lugar para anunciar la revolución. Entre sus miembros, Perfidia Beverly Hills (Teyana Taylor) es dura e inflexible. Bob es su experto en explosivos y su amante. La película tiene suficientes matices como para comprender los objetivos de los radicales, pero no justifica sus actos violentos.

Leonardo Di Caprio en la premier de One Battle After Another

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En el centro de inmigrantes, Perfidia se topa con el siniestro Capitán Steven Lockjaw, un personaje tan ambiguo como su nombre.

Sean Penn lo interpreta de forma convincente como un pervertido sexual que luego la intimida y chantajea, y que admite sentirse atraído por ella porque es negra. Perfidia pronto se esconde, abandonando a Bob y a su bebé, y basta decir aquí que su pérfido nombre sugiere duplicidad con razón.

Las secuencias iniciales son tensas, pero la película realmente despega y la comedia llega cuando la historia avanza 16 años y aterriza en la pequeña casa de Bob.

Como demostró en “Atrápame si puedes” (2002), DiCaprio tiene más talento para la comedia de lo que se le reconoce.

Hace que la torpeza y el caótico estilo de vida de Bob —bebiendo, fumando y viendo la película política “La batalla de Argel “(1966) en televisión— sean en sí mismos divertidos.

Pero DiCaprio también muestra el intenso amor de Bob por su hija Willa (una serena y segura de sí misma Chase Infiniti), con solo unos detalles. Se refleja en la dulzura con la que la llama “cariño” y la preocupación en su mirada, que Anderson capta en primer plano.

A pesar de todo su ingenio, Anderson puede ser un cineasta frío y cerebral, y la calidez emocional de DiCaprio en el papel lo equilibra.

Historias que se cruzan

Sean Penn en la premier de la película en Los Ángeles

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El drama y la comedia coexisten con una facilidad notable y virtuosa. Uno de los hilos argumentales que Anderson teje con gran maestría es el intento de Lockjaw de unirse al Club de Aventureros de Navidad, una sociedad secreta de supremacistas blancos, lo cual, dada su antigua obsesión con Perfidia, es la máxima hipocresía.

Anderson hábilmente crea una organización aterradora pero a la vez ridículamente divertida: un grupo de hombres blancos ricos (Tony Goldwyn interpreta a uno de sus líderes) que insisten en ser “seres humanos superiores”.

Su intento de unirse al grupo lleva a Lockjaw a enviar a una milicia a rondar el pueblo de Bob, Baktan Cross, acorralando a migrantes como pretexto para encontrar a Bob y Willa. Los enigmáticos militares no están identificados, ya que no llevan insignias oficiales en sus uniformes, un detalle que los hace aún más siniestros.

Lo absurdo y lo trágico también se mezclan cuando secuestran a Willa y Bob olvida la contraseña que necesita para obtener ayuda de su antiguo grupo radical, ahora clandestino.

DiCaprio brilla en su mejor momento cómico mientras Bob se esfuerza por sortear la pesadilla de encontrar a su hija, reclutando a su profesor de karate, llamado Sensei (Benicio del Toro). Sensei combina su ayuda a Bob con su lucha para salvar a migrantes de una redada de las tropas de Lockjaw. La redada, en realidad, encaja mejor con la actualidad que en la película, pero Anderson y los actores hacen que funcione.

Todo esto conduce a una persecución en coche cuesta arriba y cuesta abajo que te hace sentir como si estuvieras en una montaña rusa en un vasto y desolado paisaje desértico.

La película, rodada en formato panorámico VistaVision, tiene un aire épico de principio a fin, ya sea mostrando el aterrizaje de un gran helicóptero militar o una calle destartalada en Baktan Cross.

El escritor Salman Rushdie, al reseñar la novela Vineland de Thomas Pynchon hace 35 años, la calificó como “una importante novela política sobre lo que Estados Unidos se ha estado haciendo a sí mismo”.

Y en una sesión de preguntas y respuestas con Anderson hace varias semanas, Steven Spielberg elogió la película como “cada vez más relevante, incluso más ahora que cuando terminó el guion”.

La sociedad estadounidense, con todas sus virtudes y defectos, ha sido un tema central tanto para Pynchon como para Anderson, y fundamenta la deslumbrante película de Anderson, otorgándole una carga política enfática e inconfundible.

*Esta es una adaptación al español de una crítica publicada originalmente por BBC Culture. Si quieres leer la reseña original en inglés, haz clic aquí

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Cortesía de BBC Noticias



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