Fuente de la imagen, Cortesía/Parque Zoobotânico Arruda Câmara/AFP
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- Autor, Josué Seixas
- Título del autor, BBC News Brasil
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Gerson de Melo Machado, de 19 años, murió el pasado 30 de noviembre luego de ser atacado por una leona al entrar en el recinto donde estaba el animal en el Parque Arruda Câmara, en la ciudad brasileña de João Pessoa.
Los videos grabados por los visitantes muestran al joven trepando por una estructura lateral, utilizando un árbol como apoyo y saltando rejas y barreras hasta llegar al interior del recinto de los animales.
La leona, que en ese momento estaba alejada, se acerca y lo observa bajar de un árbol. Los dos se detienen, pero Gerson decide seguir acercándose. En ese momento, la fiera lo ataca.
Gerson fue enterrado el lunes en una ceremonia a la que asistieron sus familiares y trabajadores sociales que habían tratado con el joven, quien padecía trastornos mentales.
Una de las asistentes era la consejera tutelar Verônica Oliveira, quien conocía a Gerson desde hacía nueve años.
Para ella, la muerte de Gerson simboliza un fracaso colectivo del Estado, de la sociedad y de la red de protección a la hora de garantizar lo mínimo a un joven con trastornos mentales.
“Era mucho más que ese video del parque. Era un niño abandonado, enfermo, descuidado por todo el sistema”, lamentó. “Lo que ocurrió el domingo fue la última etapa de una tragedia anunciada”.
Apenas el lunes se había dictado una resolución judicial para que Gerson fuera internado. En estos años, dice, se intentó que recibiera el tratamiento adecuado, pero la respuesta de las autoridades era que el joven tenía problemas de conducta.
“Pasó por todos los centros de acogida institucionales de João Pessoa. Todo el tiempo intentamos conseguir un informe. La psiquiatra del [Complejo Psiquiátrico] Juliano Moreira decía que no tenía nada, que el problema era de comportamiento”, aseguró la consejera tutelar.
“Todos tenemos problemas de comportamiento. Pero eso no significa que entremos en la jaula de un león o lancemos piedras a los coches de la policía. A Gerson no se lo cuidó. Primero en su derecho a tener una familia. Después, en el derecho a recibir tratamiento para su salud mental, porque no tenía informe”.
Fuente de la imagen, AFP
El tratamiento previo
Un informe de 2023 del psiquiatra Klecyus Cabral dos Reis, revisado por BBC Brasil, describe un “comportamiento disyuntivo”, “episodios de oscilación del estado de ánimo”, “labilidad [inestabilidad] afectiva” e “impulsividad”, por lo que recomendaba un tratamiento multidisciplinario integral.
Al ser consultada, la Secretaría Municipal de Salud de João Pessoa indicó que los Equipos de Salud Familiar son los que realizan las derivaciones necesarias “a los servicios adecuados para atender a cada individuo”.
“En relación con el informe, Gerson fue atendido por tres psiquiatras […] durante su infancia y adolescencia. Además, acudió a consultas privadas facilitadas por los servicios de asistencia social”, dicen las autoridades.
“Todos los profesionales apuntaron a la misma hipótesis diagnóstica, que no se corresponde con lo que se está mencionando actualmente”, añaden, por lo que el joven fue derivado a otro servicio.
La directora del Centro de Atención Psicosocial Caminhar, Janaina D’Emery, responsable de la atención a Gerson después de los 18 años, asegura que se le había hecho un seguimiento desde la infancia. Llegó a ese servicio en diciembre de 2024, dijo, pero tenía dificultades para adherirse al tratamiento.
“Para que se hagan una idea, estuvo aquí en diciembre y luego desapareció. Hicimos algunas búsquedas activas. Regresó en junio y luego volvió a desaparecer”, cuenta.
Fuente de la imagen, Vídeo/Reprodução
“Cuando fuimos a buscar información, estaba en un hospital psiquiátrico en Recife. Llegó la semana pasada y vino directamente al servicio, donde lo acogimos de nuevo y le ofrecimos continuar con el tratamiento. Desgraciadamente, esto ocurrió el domingo. El último día que vino aquí fue el jueves. El viernes ya no apareció”.
La Fiscalía de Paraíba abrió una investigación para supervisar las medidas adoptadas tras la muerte de Gerson.
La Secretaría Municipal de Medio Ambiente debe informar en un plazo de 15 días de esas medidas, “especificando los posibles procedimientos administrativos, inspecciones, evaluaciones técnicas o medidas de refuerzo de la seguridad relacionadas con el Parque Arruda Câmara”.
En ese mismo plazo, la dirección del parque debe explicar las medidas adoptadas, incluyendo el estado de la leona.
Fuente de la imagen, Arquivo Pessoal
El sueño de domar leones
Gerson siempre tuvo el sueño de domar leones, recuerda Oliveira. Era algo de lo que hablaba desde niño. Hace dos años, por ejemplo, intentó meterse en el tren de aterrizaje de un avión en el aeropuerto de João Pessoa porque quería “ir a África, a un safari”.
“Hablaba con los policías como si no hubiera hecho nada. No tenía discernimiento entre el bien y del mal”, asegura. Para ella, el joven probablemente no comprendía el riesgo que corría al acercarse a la leona.
“Si miras el vídeo con atención, te darás cuenta: él entra, sube, va hacia el árbol. Ella está tumbada. Cuando él baja y ve que ella se acerca, se detiene. Ella se acerca y no reacciona porque él se ha detenido. Da la impresión de que va a volver a subir. En uno de los videos, se ve que gesticula. Creo que le dijo: ‘Quédate ahí’. Pensó que no habría ningún problema. Intentó bajar para jugar con ella”.
El joven llegó al Consejo Tutelar por primera vez cuando tenía unos 10 años. La Policía Federal de Carreteras (PRF) lo había encontrado caminando solo en un camino. Según contó en ese momento, quería volver a Mangabeira, donde encontraría a su madre.
“Lo acompañamos y era la casa de su abuela. Y para nuestra sorpresa, cuando llegamos, la madre estaba muy desorientada. Ella es esquizofrénica, muy grave, y también la abuela. Entonces ella lo miró y le dijo: ‘Niño, no puedes quedarte aquí’. Le respondió: ‘No, pero quiero quedarme contigo’. Y ella dijo: ‘No. El juez dijo que ya no soy tu madre. Tienes que irte’. Así, como si estuviera diciendo algo muy natural”, cuenta Oliveira.
Fuente de la imagen, Parque Zoobotânico Arruda Câmara/AFP
La madre, debido a su grave esquizofrenia, había perdido la patria potestad sobre sus cinco hijos. Cuatro de ellos fueron adoptados. Gerson permaneció en instituciones.
“Hablábamos con él y nos decía que no quería quedarse en el centro de acogida, porque, en su cabeza, lo ideal era quedarse con su madre. Siempre había estado muy apegado a ella. Pero ella no tenía las condiciones,adecuadas como sigue sin tenerlas hoy en día. En el funeral, la representante de la Comisión de Derechos Humanos fue a hablar con ella. Y entonces me dijo: ‘Verónica, está totalmente desorientada’. Ella dijo: ‘Si hubiera sobrevivido, lo habría cosido todo’.
Influenciado para cometer robos
Según Oliveira, Gerson tenía una fuerte conexión con los animales. Solía robar caballos para pasear, hacía kilómetros con ellos y los devolvía poco después.
Con el tiempo, fue influenciado para cometer pequeños robos, siempre sin planificación ni intención de causar daño. Le enseñaron a robar motocicletas, que luego devolvía en las comisarías de policía.
En las redes sociales, se ganó el apodo de “Vaqueirinho” (vaquerito). “La gente empezó a ganar likes publicando cosas sobre él, animándole a hacer cosas malas. Era muy triste. Muchas veces presentamos denuncias para que lo retiraran de las redes sociales, porque estaban utilizando su imagen”, dijo Oliveira.
Se sentía seguro en el sistema socioeducativo, ya que tenía comida y nadie le molestaba. Cuando salía, hacía algo para volver. Al alcanzar la mayoría de edad, perdió el derecho a la acogida.
“Decía que iba a buscar la manera de ir a la cárcel”, cuenta Oliveira. “Era donde tendría comida, rutina, protección”.
Gerson pasó seis veces por el sistema penitenciario, siempre por actos no planificados, como intentar forzar un cajero automático cerca de una comisaría o lanzar un adoquín a un coche patrulla tras ser puesto en libertad en una audiencia de custodia.
Hace una semana, el 25 de noviembre, acudió al Consejo Tutelar para pedir ayuda para obtener documentos y hacer obtener un permiso de trabajo. No lo atendieron.
En su entierro, un sacerdote dijo que “fue a la jaula de los leones a la que la sociedad lo arrojó”.
El Parque Arruda Câmara permanecerá cerrado al público hasta que se concluyan las investigaciones y los procedimientos oficiales.

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Cortesía de BBC Noticias
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