
El gobierno mexicano destinó 31 de cada 100 pesos que gastó, entre enero y octubre de este año, al costo financiero y el pago de pensiones, dos rubros que se consideran las grandes presiones del presupuesto y que dejan con menor espacio a las finanzas públicas para destinar recursos a otros sectores indispensables para la población, como lo son salud, educación y seguridad, entre otros.
Los datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), mostraron que entre enero y octubre el gobierno federal destinó alrededor de 2.3 billones de pesos al pago de pensiones y costo financiero de la deuda, lo que representó un total de 31.5% del gasto total ejercido, que fue de poco más de 7.3 billones de pesos en el periodo.
A detalle, el gasto en pensiones contributivas –es decir, el que no considera el gasto de las Pensiones del Bienestar– sumó 1 billón 287,404 millones de pesos, un crecimiento anual de 7.5 por ciento.
Por su parte, el costo financiero de la deuda, que considera el pago de intereses y otros conceptos por este compromiso adquirido, fue de 1 billón 23,281 millones de pesos, 7.9% anual.
De esta manera, estos dos conceptos crecieron mucho más que el gasto público total. Si se consideran los apoyos de Pemex, el gasto total creció 1.7% pero, sin dichos apoyos, se observó una reducción de la misma magnitud.
Complican consolidación
Este año, el gran reto en finanzas públicas es lograr disminuir el déficit fiscal en medio de una economía que se ha debilitado con ingresos públicos que, aunque crecen, su expansión es menor al aumento de los gastos ineludibles, es decir, costo financiero y pensiones.
En este sentido, Héctor Villarreal, catedrático del Tec de Monterrey, explicó que estos rubros del gasto complicarán que se logre la consolidación fiscal deseada para este año, que es de 4.3% del Producto Interno Bruto (PIB).
Del lado del costo financiero, indicó que aunque se pensaría que con la reducción de las tasas de interés por parte del Banco de México (Banxico) éste disminuiría, la realidad es que esto toma tiempo.
“Eventualmente, sí puede pasar eso, pero se tarda. De la deuda pública sí hay un porcentaje en Cetes, pero no es tan grande. La gran mayoría de la deuda está en bonos e instrumentos de muchos tipos. Lo que ha ocurrido es que muchos de estos bonos tienen vencimientos largos, entonces se vencieron instrumentos que se contrataron con tasas bajas que se sustituyeron con tasas más altas, entonces eso es parte del problema. A esto se le añade que hay más deuda como porcentaje del PIB. A la larga, se va a estabilizar, pero no va a bajar drásticamente”, explicó.
En tanto, del lado de las pensiones, explicó que se verá un crecimiento de los recursos que se necesitan para pagarlas en los siguientes años ante la transición generacional.
Del lado de las pensiones se verá un crecimiento de los recursos que se necesitan para pagarlas en los siguientes años ante la transición generacional.
Cortesía de El Economista
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