La discusión por las leyes anti nepotismo expuso la fragmentación del oficialismo y la dificultad del Gobierno para marcar una dirección política ineludible. Un estado de tensión que llega hasta el corazón del movimiento, donde aparece opiniones muy encontradas sobre el presente y el futuro inmediato.
Andrés Manuel López Obrador permanece en un repliegue táctico. El expresidente pasa sus días entre Palenque, Villahermosa y la Ciudad de México. Limita al máximo su interlocución política directa pero se encarga de enviar mensajes a través de una red de emisarios que se contactan con secretarios de estado, gobernadores, senadores y hasta embajadores. El tono de esos llamados es de sugerencia, pero todas las indicaciones se cumplen.
Los ejemplos son reiterados. En enero cuando Rogelio Ramírez de la O se aprestaba a abandonar la Secretaría de Hacienda ,porque no pudo nombrar funcionarios en posiciones clave, una mediación del expresidente lo retuvo en el cargo con la promesa de mayores espacios.
A comienzos de febrero el embajador en Washington Esteban Moctezuma emitió un video reclamando su protagonismo y en un intento por dar por tierra con las versiones que hablaban de su pronto despido. Ese video Moctezuma no lo consulto con el canciller Juan Ramón De ka Fuente, sino con un allegado a López Obrador. Ejemplos y situaciones que se reiteran a lo largo de toda la constelación oficialista.
Pero esta centralidad genera efectos adversos en el primer círculo tabasqueño. Según pudo conocer LPO, Pío López Obrador, hermano de AMLO está furioso con el protagonismo absoluto de Andy López Beltrán en Morena. Pío entiende que, tras el paso de su hermano por el poder, ahora es su turno de incursionar en la política, pero dice que Andy no le da lugar y recuerda, en privado, todo lo que hizo por su hermano y por la fundación de Morena.
En los últimos días, Pío llevó este reclamo a la casa de su hermano en Palenque y la conversación duró menos de diez minutos. El clima fue muy tenso y no se han vuelto a hablar.
Otro motivo de tensión es que Pío no habría recibido toda la ayuda que esperaba del Gobierno en su trifulca judicial contra el animador Carlos Loret de Mola. Pío demandó a Loret por supuesta difamación y le solicitó 200 millones de pesos como compensación por publicar en el 2020 los videos en los que se le ve recibiendo dinero para la campaña electoral de su hermano del 2018.
Tampoco está bien la relación con José Ramiro López Obrador, que todavía resiste en el gabinete de Javier May. El conflicto abierto entre el gobernador y Adán Augusto López Hernández no fue del agrado del expresidente que optó por no tomarle más las llamadas a José Ramiro.
La queja de José Ramiro también llegaría hasta Andy porque diversos aliados del numero dos de Morena en Tabasco operan contra el gobierno de May.
Cortesía de La Política Online
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