Desde el ocre hasta el kohl, los seres humanos hemos utilizado toda clase de pigmentos y sustancias para transmitir mensajes simbólicos, mejorar nuestra apariencia o tratar afecciones dérmicas. Cuanto más nos remontamos en el tiempo, sin embargo, mayor es la dificultad para reconstruir las recetas de estos ungüentos y preparados. Por eso, hallazgos arqueológicos recientes como el realizado en el corazón de la provincia de Jiangsu, al este de China, resultan tan importantes. Gracias a un análisis multidisciplinar de los residuos presentes en dos pequeños recipientes de porcelana, hallados en una tumba femenina del siglo XII, un equipo de científicos chinos ha logrado reconstruir la composición química de un cosmético antiguo.
Este descubrimiento, descrito con detalle en un artículo académico publicado en la revista Archaeometry, ha arrojado nueva luz sobre las prácticas cosméticas de las élites femeninas durante la dinastía Song (960–1279 d.C.). No solo aporta la primera evidencia arqueológica del uso cosmético de ciertas plantas medicinales, sino que también confirma el uso extendido de ingredientes minerales, animales y vegetales en los ungüentos de la época.
El hallazgo de la tumba M50 en Shijiatang
En 2019, durante unas excavaciones en el cementerio de Shijiatang, en la ciudad de Changzhou, se localizó una tumba de cámara de ladrillo. Denominada M50, pertenecía a una mujer de alto estatus social, tal como atestiguaban los ornamentos funerarios que la acompañaban: un buyao (típico ornamento para el cabello), horquillas de pelo y más de veinte objetos de plata, cerámica, hierro y cobre.
Lo más sorprendente aún estaba por llegar. En el interior de una caja lacada, los arqueólogos encontraron dos pequeñas recipientes redondos de porcelana, aún selladas, que contenían un residuo rojizo adherido a sus paredes. Una inscripción en el fondo de una de ellas —汪家合子记 (Wang jia he zi ji)— identificaba su probable procedencia: un taller familiar del periodo Song especializado en la producción de este tipo de recipientes. El excepcional estado de conservación de los residuos permitió someterlos posteriormente a un análisis químico avanzado.

La identificación de los ingredientes
Los investigadores aplicaron un conjunto de técnicas analíticas —como SEM-EDS, FTIR, GC/MS, Py-GC/MS y GC-C-IRMS— para determinar la naturaleza orgánica e inorgánica de los residuos cosméticos. Las observaciones microscópicas revelaron una mezcla compleja y heterogénea, compuesta por partículas minerales en una matriz de origen graso.
Entre los componentes minerales, se identificó hematita (Fe₂O₃), responsable del característico color rojizo del ungüento. Este pigmento se ha usado desde tiempos prehistóricos como colorante en contextos rituales y cosméticos. También se hallaron trazas de baritina (BaSO₄), empleada como pigmento blanco o como extensor, y de cerusita (PbCO₃), una forma natural del blanco de plomo, muy común en la cosmética de época imperial.
En cuanto a la parte orgánica, el análisis isotópico de lípidos reveló que el cosmético contenía grasa de animal no rumiante, quizás manteca de cerdo, empleada como base emoliente para los pigmentos. Este hallazgo coincide con lo que recogen los textos médicos y agronómicos de la antigüedad china, que describen la elaboración de ungüentos a partir de grasas animales.

Una planta medicinal como ingrediente cosmético
Otro innovador descubrimiento que ha hecho pçublico el estudio hace referencia la detección de dos triterpenoides —arundoin y cilindrin—, que los investigadores atribuyen, con alta probabilidad, a la raíz de la planta bai mao gen o Imperata cylindrica. Se trata de una especie perenne ampliamente documentada en la literatura médica china desde la dinastía Han, que posee propiedades hemostáticas, diuréticas y antiinflamatorias.
Este descubrimiento representa la primera evidencia arqueológica directa del uso cosmético del bai mao gen en China antigua, que confirma las referencias en fuentes literarias y médicas. El simbolismo del bai mao —asociado a la blancura, la pureza y la feminidad— también aparece en obras clásicas como el Shijing y el Yijing, lo que sugiere un componente ritual o simbólico adicional en su uso.
Un cosmético entre la estética y la farmacología
La complejidad de los ingredientes encontrados —minerales colorantes, grasa animal y compuestos vegetales bioactivos— sugiere que el uso de este cosmético superaba la mera función embellecedora. Probablemente, se trataba de un producto híbrido entre la cosmética y la medicina, en la línea de los modernos “cosmeceúticos”. Era capaz de hidratar, proteger y embellecer la piel al mismo tiempo.
Este tipo de formulación también refleja una sofisticada comprensión química y botánica por parte de los artesanos de la dinastía Song, quienes integraban saberes médicos, rituales y estéticos en un solo producto. La popularidad de este tipo de preparados cosméticos durante la época queda reforzada por las múltiples referencias a tiendas especializadas en la capital Lin’an (actual Hangzhou), documentadas en textos como el Mengliang Lu, una obra Song que recogía datos sobre los usos y costumbres de la región.

La cosmética en la dinastía Song
La dinastía Song fue una época de gran dinamismo económico, refinamiento cultural y expansión urbana. En este marco, la cosmética adquirió un lugar destacado en la vida cotidiana de las clases altas, como reflejan tanto los registros literarios como los manuales técnicos de la época. Se retrataba a las mujeres aristocráticas no solo por su belleza física, sino también por su sofisticación artística y literaria, lo que desembocó en una idealización del cuidado corporal y la expresión estética.
Autores como Zhao Changqing o Ouyang Xiu celebraron el uso del carmín o el polvo blanco en la poesía amorosa, mientras que tratados como el Shi Lin Guang Ji ofrecían fórmulas detalladas para fabricar cosméticos con ingredientes naturales y minerales. Sin embargo, hasta ahora, la evidencia arqueológica de estos productos era escasa o mal conservada.

Belleza milenaria
El análisis de los cosméticos hallados en la tumba M50 de Shijiatang, por tanto, constituye una contribución pionera al estudio de la historia de la belleza en la China antigua. Este hallazgo ofrece una prueba empírica y científicamente verificable de la composición de un producto cosmético de hace más de mil años, elaborado con ingredientes naturales de alto valor simbólico, terapéutico y estético.
Además de su interés arqueológico, este descubrimiento abre nuevas líneas de investigación sobre el conocimiento tecnológico y farmacológico de las sociedades premodernas, así como sobre el papel de la cosmética en la construcción del género, el estatus y la identidad social en la China medieval.
Referencias
- Han, Bin, et al. 2024. “Insights into cosmetic ingredients in the late Northern Song dynasty: A case study from the Shijiatang tomb, southern China.” Archaeometry, 67.4. DOI: https://doi.org/10.1111/arcm.13044
Cortesía de Muy Interesante
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