Italia investiga acusaciones de que turistas habrían pagado para disparar a civiles en Sarajevo durante la guerra de Bosnia

Fuente de la imagen, AP Photo/Jerome Delay

    • Autor, Sarah Rainsford
    • Título del autor, Corresponsal para Europa del este y el sur

La Fiscalía de Milán abrió una investigación por las denuncias sobre ciudadanos italianos que presuntamente viajaron a Bosnia-Herzegovina en “safaris de francotiradores” durante la guerra a principios de la década de 1990.

Las denuncias alegan que italianos y personas de otras nacionalidades pagaron grandes sumas de dinero para disparar contra civiles en la ciudad sitiada de Sarajevo.

La denuncia fue presentada por el periodista y novelista Ezio Gavazzeni, quien describe una “cacería humana” llevada a cabo por “personas muy ricas”, con una gran afición por las armas.

Gavanezzi asegura que “pagaban para poder matar a civiles indefensos” desde posiciones serbias en las colinas que rodean Sarajevo.

Según algunos informes, se cobraban tarifas diferentes por matar a hombres, mujeres o niños.

Más de 11.000 personas murieron durante el brutal asedio de cuatro años a Sarajevo.

Yugoslavia quedó devastada por la guerra y la ciudad fue rodeada por fuerzas serbias y sometida a constantes bombardeos y fuego de francotiradores.

A lo largo de los años han surgido varias acusaciones similares sobre supuestos “cazadores de personas” extranjeros.

Las pruebas reunidas por Gavazzeni, que incluyen el testimonio de un oficial de inteligencia militar bosnio, están siendo examinadas por el fiscal antiterrorista italiano Alessandro Gobbis.

Civiles de Sarajevo atraviesan una zona asediada por francotiradores en 1992.

Fuente de la imagen, Christophe Simon/AFP

“Le pusimos fin a esto”

El oficial reveló que sus colegas bosnios se enteraron de los supuestos safaris a finales de 1993 y comunicaron la información al Sismi, la inteligencia militar italiana, a principios de 1994.

La respuesta del Sismi llegó un par de meses después. Descubrieron que los turistas que participaban en los “safaris” volaban desde Trieste, ciudad fronteriza del norte de Italia, y luego viajaban a las colinas cercanas a Sarajevo.

“Le pusimos fin a esto y no habrá más safaris”, le dijeron al oficial. En dos o tres meses, los viajes cesaron.

Ezio Gavazzeni, quien suele escribir sobre terrorismo y la mafia, leyó por primera vez sobre los viajes de francotiradores a Sarajevo hace tres décadas, cuando el periódico italiano Corriere della Sera publicó la noticia, aunque sin pruebas contundentes.

Retomó el tema tras ver “Sarajevo Safari”, un documental de 2022 del director esloveno Miran Zupanic, que alega que los implicados en los asesinatos provenían de varios países, entre ellos Estados Unidos, Rusia e Italia.

Gavazzeni profundizó en la investigación y en febrero entregó a la Fiscalía sus hallazgos, que constaban de un expediente de 17 páginas, incluyendo un informe del exalcalde de Sarajevo, Benjamina Karic.

Pero la investigación en Bosnia parece haberse estancado.

Una mujer corre por las calles en el centro de Sarajevo, el 4 de agosto de 1993.

Fuente de la imagen, Michael Evstafiev/AFP

“Al menos un centenar”

En declaraciones al diario italiano La Repubblica, Gavazzeni alega que “muchos” participaron en esta práctica, “al menos un centenar” en total, y que los italianos pagaron “mucho dinero” por ello, hasta US$116.000 (alrededor de 100.000 euros).

En 1992, el fallecido escritor y político nacionalista ruso Eduard Limonov fue grabado disparando ráfagas contra Sarajevo con una ametralladora pesada.

El líder serbobosnio Radovan Karadzic, quien posteriormente fue condenado por genocidio en un tribunal internacional de La Haya, le estaba mostrando posiciones en las laderas.

Sin embargo, Limonov no pagó por su “turismo de guerra”. Estaba allí como admirador de Karadzic, a quien llamó el “Carnicero de Bosnia”: “Los rusos deberíamos seguir su ejemplo”, aseguró.

La noticia de que la Fiscalía de Milán abrió esta investigación se dio a conocer en julio, cuando el portal Il Giornale publicó que los italianos llegaban a las montañas en furgoneta, pagando sobornos exorbitantes para pasar los controles de seguridad, fingiendo estar en una misión humanitaria.

Tras un fin de semana de tiroteos en la zona de guerra, regresaban a sus casas para retomar sus vidas.

Gavazzeni describió sus acciones como la “indiferencia del mal”.

Se dice que la Fiscalía y la policía identificaron a varios testigos, mientras intentan determinar quiénes podrían estar involucrados.

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Cortesía de BBC Noticias



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