Hay algo en Johnny Depp que va más allá de cualquier etiqueta. Para millones de personas, es artista en el sentido más amplio y visceral del término. Aunque él, con su tono pausado y una sonrisa casi tímida, prefiere evitar esa palabra: dice que “artista” le suena demasiado grande, demasiado solemne. Opta por definirse como alguien que crea, que necesita expresarse, que busca siempre una nueva forma de darle vida a lo que imagina.
Lo cierto es que su historia -una que cruza el cine, la música y la pintura- demuestra lo contrario: Johnny Depp es, sin dudas, un artista con todas las letras.
Desde que irrumpió en Hollywood con personajes inolvidables – como el Joven manos de tijera, el capitán Jack Sparrow, el excéntrico Willy Wonka-, su carrera se convirtió en un recorrido tan fascinante como impredecible. Dueño de una sensibilidad poco común en la industria, Depp se movió siempre por impulso, eligiendo proyectos que lo desafiaban, que le permitían probar algo nuevo, crear desde otro lugar.
En paralelo, cultivó otras pasiones: su amor por la música, por ejemplo, lo llevó a fundar Hollywood Vampires, la banda de rock que comparte con Alice Cooper y Joe Perry, con la que giró por el mundo tocando versiones de clásicos y temas propios. La pintura también se convirtió en su refugio, una forma íntima de expresión que, con los años, comenzó a compartir en exposiciones alrededor del mundo.
Sin embargo, la vida del actor no siempre fue escenario de ovaciones. Tras una seguidilla de éxitos y reconocimientos, llegó un tiempo turbulento marcado por su mediática disputa con Amber Heard. Fueron años de exposición extrema, juicios y titulares que parecían querer reducirlo a una caricatura de sí mismo. Pero el tiempo -y, sobre todo, el trabajo- le dieron otra narrativa: Depp volvió a pararse sobre su propio terreno, con la misma calma y el mismo fuego interior con el que comenzó.
Y así llegó a la Argentina. Acompañado por su amigo Jorge “El Corcho” Rodríguez, con quien comparte una profunda conexión a través de la música -el mismo puente que los unió años atrás, cuando descubrieron su afinidad por el blues y las largas charlas sobre arte-, Deppdesembarcó en Buenos Aires con una agenda intensa: el estreno de su nueva película, entrevistas, encuentros con fans y la esperada masterclass que dará este miércoles 12 de noviembre en el Teatro Coliseo Podestá de La Plata.
El reencuentro con el público local fue de película. La alfombra roja de la premiere de la película que dirige (Modigliani, tres días en Montparnasee) y el paso de Johnny por los estudios de Telefe, donde dio una entrevista en vivo para Cortá por Lozano, se convirtieron en una celebración: cientos de fans lo esperaron afuera con pancartas y regalos. Depp saludó, firmó fotos, agradeció y se mostró conmovido por el cariño que lo rodeó.
Los fans de Johnny Depp esperándolo afuera del cine. Foto: Marcelo Carroll.Pero más allá de todo el fervor, su foco fue la presentación en el país de Modigliani, tres días en Montparnasse su más reciente proyecto como director. En esta película, Riccardo Scamarcio encarna al célebre pintor italiano Amedeo Modigliani, en una trama que se concentra en tres días decisivos de su vida.
La desesperación del artista
En una charla a solas con Clarín, segundos después de la multitudinaria avant premiere, Johnny y Riccardo hablaron sobre su dinámica creativa y el desafío de ser creadores contando la historia de un gran creador. Depp también reflexionó sobre cómo la tecnología moldea el arte contemporáneo, cuáles son sus puntos de conexión con Modigliani y qué es lo que más lo emociona de volver a la Argentina, un país del que -según confesó- está enamorado.
Johnny Depp y Riccardo Scamarcio durante una charla mano a mano con Clarín. Foto: captura-Johnny, hacés arte de muchas formas: haces música, actuás, pintás… ¿Cómo se siente alguien que crea tanto al dirigir la vida de otro creador?
Johnny: Fue un momento de sumergirme en algo que ya de por sí me apasiona. Yo ya había estudiado a Modigliani y conocía bastante bien su vida, sobre todo la época de Jean-Hubert, Hubert-Hébert-Sarmer. Para mí fue una gran oportunidad para intentar mostrar la desesperación de esa época, de todos esos artistas en un momento de guerra y locura. Ese era el reto. Además está de más decir que si Al Pacino te pide que hagas algo, y lo haces.
Video
Tráiler de “Modigliani, tres días en Montparnasse”
-Riccardo, ¿cómo fue tener a Johnny detrás de las cámaras y cómo lo describirías como director? Lamento mucho haberte puesto presión porque tu jefe está a tu lado…
Riccardo: No siento presión porque tuvimos la oportunidad de conocernos y nos llevamos muy bien (risas). La verdad fue una aventura increíble. Es muy raro trabajar con alguien que confíe tanto en vos, y él lo hizo. Sentí una enorme confianza de su parte, y eso, sumado al cariño, son los elementos más importantes que un actor necesita para hacer un trabajo que no es fácil, debo ser honesto. En esta película estuve en cada escena, en cada secuencia, y fue duro, intenso, pero maravilloso a la vez. Necesitábamos cambiar las escenas a último momento, reescribirlas. Y tenía que estar preparado para esta reunión.
Johnny: Él estaba más que preparado, más que listo. Su dedicación a la película, al personaje, a ese esfuerzo conjunto para encontrar una solución… No puedo decir que rodé esa película cada día sabiendo cómo iba a terminar. La verdad es que no. Fue un poco improvisado, creo que es bueno improvisar, arriesgarse un poco. Al final, los actores te muestran cómo son sus personajes, quiénes son sus personajes, y ahí la película empieza a decirte lo que quiere ser. Así que tenes que estar preparado cada día para cambiar algunas escenas o secuencias que vienen antes o después. Así que, sí, la estábamos escribiendo sobre la marcha y rodando a toda prisa.
Johnny Depp habló sobre la importancia de darle libertad creativa a los actores durante su charla con Clarín. Foto: captura-¿Y qué importancia creés que tiene, como director, dejar que los actores hagan lo suyo y cuenten su historia con libertad?
Johnny: Creo que lo es todo. El actor debe lograr estudiar un personaje y meterse en su piel. Está en su mundo. Yo confiaba en que vendrían preparados, y vaya que tenía razón. Así que les permití a los actores hacer lo que les saliera. Era más importante eso que transmitir algún punto de la historia.
-¿Hay algo en la historia de Modigliani que vean reflejado en sus trayectorias artísticas?
Johnny: Sí: el rechazo, Todo aquel que recién empieza a abrirse camino se va a encontrar con el rechazo. Es como si tu hijo te dijera: “Quiero un monopatín”, y vos le respondieran: “Ok, genial, pero hay una cosa que debes saber: te garantizo que te vas a caer una y otra vez”.
Johnny Depp en plena alfombra roja.Foto: Marcelo Carroll.-Johnny, ¿que te enseñó este proyecto, como artista?
Johnny: Nunca te abandones. Aunque no puedo llamarme artista. No hay manera de que pueda considerarme un artista por nada de lo que hice. Eso no significa que no lo aborde con el corazón y la intención de darlo todo, intentando romper esquemas aquí y allá, buscando hacer algo diferente.Pero no me corresponde decir que soy artista. Eso es demasiado para mí. Es mucha carga.
Tengo suerte de poder hacer mi trabajo. Subirme a la silla de director e intentar sacar adelante algo así fue un gran reto. Pero estos chicos me lo pusieron fácil. Riccardo estaba ahí todos los días. Y cumplió con todo, con la carga de que estaba prácticamente en cada escena. Teníamos un elenco genial.
-Modigliani encontró en sus pinturas una forma pura de dejar huella en este mundo. ¿Creés que hoy en día todavía se puede hacer eso a través del cine?
Johnny: Hoy en día, creo que algunos pueden. Algunos todavía pueden. Pienso que si ya tuvimos a nuestros Stanley Kubrick, a nuestros Emir Pusterizzo, a todos esos cineastas únicos. Tim Burton, John Waters Jim Jarmusch… Todos son autores, artistas con un estilo propio. Crear es su propósito cada día. Aunque hayan tenido éxito comercial o no, sigue siendo su propósito.
Pase lo que pase de ahora en adelante, con el tema de la inteligencia artificial y todo esto, sigo creyendo firmemente que el cine, el cine de Truffaut, el cine de Antoniani, Filini, Jarmusch o Pusterizzo, tiene un lugar muy importante en ese ámbito, y siempre lo tendrá.
Johnny Depp destacó la buena dinámica laboral que tuvo con el equipo de su nueva película. Foto: captura-Pasaron horas intensas en la Argentina desde su llegada. ¿Qué te parece la energía de la gente? ¿Qué aspectos de nuestra cultura todavía te sorprenden?
Johnny: Al principio uno se empapa de la cultura y luego conoce a la gente. Acá las personas son muy amables, muy cálidas, muy acogedoras… Y lo que noté es que cuando alguien se desvive por ellos, con un simple gesto, sin importar cuánto tiempo lleve uno en este negocio o algo así, esas cosas significan muchísimo para mí: la bienvenida de toda la gente de aquí, su apoyo, su aceptación, su amabilidad y su generosidad. Es algo excepcional. Así que estoy muy involucrado con este lugar. No sé si vos sentís lo mismo (a Riccardo).
Riccardo: Estoy totalmente de acuerdo. Además acá hay muchos italianos. Cuando empecé a ver nombres y apellidos de argentinos, me di cuenta que muchos están enteramente en italiano y me sorprendí mucho.
Cortesía de Clarín
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