La canción de Neil Young que Lennon odió, marcó a Kurt Cobain y enciende a Oasis en Buenos Aires

Furia y folk. Poesía y potencia. Así podría definirse el legado -más vivo que nunca- de Neil Young, que este 12 de noviembre cumple 80 años.

Y, como con los Beatles o los Rolling Stones, resulta casi imposible elegir “la canción” que resuma su obra. Pero hay una que condensa medio siglo de historia del rock: Hey Hey, My My (Into the Black).

Publicada en 1979, une en un mismo latido el lamento por Elvis Presley, el rugido del punk con Johnny Rotten, la bronca de John Lennon –que detestó su consigna- y la tragedia de Kurt Cobain, que la citó en su “verso final”, su nota de suicidio.

Una frase, sobre todo, que sigue encendiendo discusiones: “Es mejor quemarse que apagarse lentamente.

Cómo nació “Hey Hey, My My”, la canción que redefinió el rock

Neil Young en uno de sus shows junto a Pearl Jam. Foto Reuters

El tema forma parte de Rust Never Sleeps, grabado con los Crazy Horse. Tiene dos versiones: “Out of the Blue” (acústica) e “Into the Black” (eléctrica). En menos de cinco minutos, Young cruzó mundos que parecían opuestos: el ocaso de Elvis, “el rey”, y el nacimiento del punk, representado por Johnny Rotten.

Un exhippie cantando sobre la furia punk: esa paradoja convirtió a Neil Young en el primer artista capaz de tender un puente entre el pasado y el futuro del rock.

Sensible y fiero -como en la ternura de Helpless, el vals de Harvest Moon o la prepotencia del álbum Ragged Glory-, se mantuvo fiel a su voz y desafió la obsolescencia. En su propio manifiesto artístico dejó una advertencia que se transformó en título y filosofía: “Rust Never Sleeps” -el óxido nunca descansa-.

Neil Young en un show con Crazy Horse en Rock in Rio. Fto APNeil Young en un show con Crazy Horse en Rock in Rio. Fto AP

Lennon y Cobain ante el mismo verso de Young: “Es mejor quemarse que apagarse lentamente”

En su última entrevista, publicada por Playboy en 1980, John Lennon fue tajante con la canción: “La odio. Prefiero desvanecerme como un viejo soldado antes que quemarme. No celebro la adoración de los muertos. Yo venero a los que sobreviven.”

Lennon, en pleno regreso, hablaba como sobreviviente.

Dos años después de aquella entrevista, ya con Lennon muerto, Neil Young respondió sin nombrarlo durante la promoción del disco Re·ac·tor: “El rock and roll es ahora. No se trata de morir joven, sino de seguir encendido.”

Y muchos años más tarde, Kurt Cobain reescribió el sentido del verso en su tragedia personal. En su nota de despedida y suicidio citó: “Es mejor quemarse que apagarse lentamente.”

Neil Young, una leyenda viva del rock de los últimos 60 años. Foto APNeil Young, una leyenda viva del rock de los últimos 60 años. Foto AP

Devastado, Young le dedicó su disco Sleeps with Angels (1994) y dijo que no quería volver a tocar la canción. Con el tiempo la interpretó otra vez, a pedido de músicos de Nirvana, como homenaje.

El espíritu de Neil Young a sus 80 años

Neil Young parece hecho del mismo material que sus canciones: un elemento sonoro de la tierra, oxidado y de cromo, acústico y furiosamente eléctrico a la vez.

Es un ventrílocuo musical de América del Norte, capaz de hacer hablar a la madera de sus guitarras y al metal de su viola eléctrica.

Neil Young en vivo en 2015. Foto ReutersNeil Young en vivo en 2015. Foto Reuters

Su obra vibra como una road-movie americana: autos, trenes y asfalto atravesando paisajes donde la tierra y el sonido se confunden. En ella respiran folk, góspel y blues.

Rockea al borde de un mundo sulfatado con grandeza destartalada. Más que un músico, Young es un estado físico y biológico del sonido: materia viva que no deja de transformarse.

De Stephen King a Oasis y La Renga: la canción inoxidable de Neil Young

En 1986, Stephen King abrió su monumental IT con el verso de Neil Young como epígrafe. Lo usa como llave temática: muerte, persistencia, el dilema de arder o apagarse. Hoy, con el universo de IT reactivado en pantalla (Welcome to Derry), esa línea vuelve a la conversación y explica por qué la canción sigue viva.

Neil Young. Foto: Matt Winkelmeyer/Getty Images para AFPNeil Young. Foto: Matt Winkelmeyer/Getty Images para AFP

Oasis versionó “Hey Hey, My My” en vivo en 2000 (editada en Familiar to Millions). La Renga la adoptó en castellano con su sello: “El rock and roll no morirá jamás.”

Noel Gallagher, sin filtro, suele decir que el mundo se divide entre quienes aman a Neil Young y quienes no: “y los que no lo aman son unos idiotas.”

También lo definió como un artista que “siempre viene de un lugar de verdad” y eligió Tonight’s the Night como su disco favorito: “desgarrador, oscuro, al borde de romperse”.

El óxido nunca duerme: la eternidad del rock según Neil Young

Quizás Oasis vuelva a tocar la canción en Buenos Aires; quizás no. Pero el mensaje original permanece, como título y brújula: “Rust Never Sleeps” ; el óxido nunca descansa.

Paul McCartney y Neil Young en 2016. Foto ReutersPaul McCartney y Neil Young en 2016. Foto Reuters

La canción que Lennon detestó y Cobain abrazó une generaciones.

A sus 80, para Neil Young, el rock no es un recuerdo ni un museo: es materia viva que respira, chispea y sigue ardiendo.

Neil Young -ese canadiense que parece hecho de madera, metal, aire y fuego- cumple ocho décadas, y el óxido, fiel a su profecía, sigue sin dormir.

Cortesía de Clarín



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