
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha anunciado este martes un nuevo paro nacional de dos días –el 13 y 14 de noviembre– para exigir la abolición del actual plan de pensiones y de la reforma educativa, entre otros puntos. Esta huelga supone el reinicio de unas movilizaciones que dieron comienzo el 15 de mayo y que, tras 24 días, fueron suspendidas a comienzos de junio tras lograr algunas concesiones por parte del Ejecutivo de Claudia Sheinbaum. “El Gobierno federal ha incumplido acuerdos firmados con la CNTE”, han subrayado los docentes en el comunicado.
En el final de las protestas, hubo una consigna que anunciaba la posibilidad de nuevas movilizaciones: “No estamos cansados ni fracasados, estamos pausados”. Habían pasado varias semanas en huelga, pero no lograron su objetivo último, la derogación de la Ley del ISSSTE aprobada por el expresidente panista Felipe Calderón en 2007, que privatizó parte del sistema de pensiones y dio lugar a un sistema de ahorro individual que eliminaba la pensión vitalicia. Es el reclamo que han retomado como objetivo primordial. En el último paro lograron algunas concesiones, como la congelación y reducción de la edad de jubilación o el incremento del 10% en los salarios.
La secretaria de Gobernación, Rosa Icela, ha defendido en un video recogido por diferentes medios que el Gobierno ha atendido las demandas de los maestros. “Pero rechazamos cualquier manifestación o amenaza con tintes políticos que socaven la tranquilidad de la población y desvirtúe la lucha por una mejor educación”, ha añadido. Icela ha asegurado que su Administración se ha reunido con el magisterio en más de 22 mesas de trabajo y que Sheinbaum ha hablado con sus líderes más de 10 veces en el último año. En su intervención ha expuesto un listado de las medidas que acordaron con los sindicatos y ha hecho un llamado a continuar con el diálogo “para que se respeten los derechos de la ciudadanía y de las niñas y niños a no interrumpir sus estudios”.
Los maestros defienden que el incremento recibido “no correspondió a lo anunciado”. Entre los reclamos del nuevo paro también subrayan la derogación de la reforma educativa, por lo que piden la recuperación de carácter filosófico en la educación, así como el régimen de excepción laboral o los reconocimientos de niveles educativos, como la educación física, especial y de pueblos originarios. También exigen el aumento del presupuesto en educación: piden la asignación del 12% del PIB frente al 4% que sugiere la Ley de Egresos del 2026.
La CNTE defiende que el gobierno “miente” respecto a los acuerdos firmados tras las mesas de negociación de mayo y junio. Y dicen que, al contrario de lo expuesto por el Ejecutivo, el decreto presidencial no atiende a las necesidades de los trabajadores. Sheinbaum repitió en varias ocasiones durante el último paro que estaba a favor de los reclamos de los maestros, aliados tradicionales del movimiento de la 4T, pero que la falta de presupuesto impedía revertir el sistema que ahora depende de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores), los fondos privados que gestionan los ahorros de los trabajadores del Estado.
Icela ha expuesto que la coordinadora ha indicado que las movilizaciones incluirían el bloqueo al Congreso de la Unión, del Aeropuerto, a Palacio Nacional y a las carreteras de acceso a la Ciudad de México. Algo parecido a lo que ya hicieron en el anterior paro. El documento de la convocatoria de la Sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) apunta que sus miembros atenderán a dos modalidades, la nacional (en la que participará el 20% de sus miembros) y el estatal (80%). Los participantes del paro nacional prevén cercar Palacio Nacional a las seis de la mañana, para manifestarse durante la habitual conferencia de la mañana de Sheinbaum, una marcha rumbo al Congreso de la Unión y un plantón, aunque no han concretado el lugar. Las del paro estatal prevén tomar oficinas de Gobierno y empresas transnacionales.
Cortesía de El País
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