En un sótano muy cerca del Obelisco, en Tribunales, hay una sala teatral donde la soprano y actriz uruguaya Sofía Drever, el violonchelista y compositor Manuel Pérez Vizán y el artista sonoro Pablo Reche recorren los sábados el viaje sonoro de Manifiesto Escombro, la nueva creación de la compañía Núcleo Silvestre dirigida por Juanjo Santillán.
Manifiesto Escombro es una obra de teatro que utiliza recursos de la ópera contemporánea y del noise (ruidismo). Esta combinación genera un acercamiento particular tanto para la escucha como para la mirada del espectador estimulada por los intérpretes y por un óvalo, a modo de pantalla, ubicado sobre el espacio escénico donde se proyectan imágenes y texturas cromáticas.
La obra refiere a la historia fragmentada de una mujer que se multiplica en relatos atravesados por referencias a la metadona (un analgésico para tratar fuertes dolores y la abstinencia de la heroína), al trotyl como un material explosivo latente, al Tao y al Libro Rojo de Mao. También tiene lugar cierto universo ligado a la iconografía y las baratijas chinas junto a relatos de infancia en su lado oscuro. En paralelo, merodea la figura de un padre que se desvanece.
“¿Cómo opera y se despoja la memoria de una persona que intenta armar un porvenir desde un presente en ruinas? Esta pregunta atraviesa Manifiesto Escombro. Y también, como todo manifiesto, instala una posición sobre la época que atraviesa la protagonista y que intenta trascender”, señala Santillán, también autor de la obra.
Un texto para teatro que puede ser varias obras
Manifiesto Escombro es una versión en clave de concierto del texto para teatro El cielo al caer, de Santillán, publicado por el Instituto Nacional del Teatro y por Núcleo Silvestre ediciones.
Mientras los integrantes de Núcleo Silvestre preparaban otras obras, en paralelo, El cielo al caer tuvo distintas versiones con intérpretes invitadas. La primera fue con la actriz francesa Claire Salabelle, le siguió otra con la coreógrafa y bailarina cordobesa Marina Sarmiento para un espectáculo que sólo se presentó en gira.
“Cada versión es una obra totalmente nueva -dice Santillán- el texto no se reescribe, pero se edita para las necesidades de cada intérprete. A Manifiesto Escombro la abordamos como un laboratorio de creación, de prueba y error de los materiales que usamos o imaginamos con los intérpretes y con Facundo Estol, iluminador que también estuvo a cargo del espacio escénico, y participó de todos los ensayos junto a Juan Ignacio Sánchez, creador de las visuales y el mapping. Luego se sumó la coreógrafa Silvia Pritz y la vestuarista Andrea Suárez. Finalmente la obra es el artefacto poético que resulta de las intervenciones de todas estas personas en el tiempo”.
Actualmente la protagoniza la soprano uruguaya Sofía Drever, formada por la cantante Cristina García Banegas, en Montevideo, y también en el Manhattan School of Music de Nueva York.
“Me encontré con el texto El cielo al caer, de Juanjo Santillán, con todo por explorar—cuenta Drever—. La propuesta era hacer una versión con la voz cantada, porque la música siempre fue parte fundamental desde la primera versión. Nos juntamos por meses a explorarlo todo, era una zapada musical con el ojo de Juanjo guiando el proceso creativo, desde mi cuerpo hasta mi voz. Todos íbamos proponiendo y componiendo ensayo a ensayo. Fue interesante porque, como cantante-intérprete, generalmente me llega todo escrito, y acá estaba todo por escribirse. Hubo mucha libertad. De hecho, la obra mutó tanto que dejó de ser aquella de la cual partimos y nació Manifiesto Escombro”.
La búsqueda del sonido para Manifiesto Escombro
Reche toca en escena con el compositor y violonchelista, Manuel Pérez Vizán, en un cruce entre lo analógico, un instrumento de cuerdas y también la voz de la soprano, y lo digital en las sonoridades del noise.
“La composición de Manifiesto Escombro se desarrolló mediante técnicas extendidas y gestos musicales en la voz y el violonchelo con la idea de deconstrucción sonora de las palabras —cuenta Pérez Vizán-. La acumulación de estos gestos musicales, en contrapunto con el noise componen esta dramaturgia sonoro-musical de “inserts” que potencian climas e intensidades”.
Una compañía de teatro en movimiento
Núcleo Silvestre es una compañía de artes escénicas, rara avis de la escena bonaerense, con artistas e integrantes de Argentina, Cuba, Francia y Uruguay. Proponen un cruce interdisciplinario, a partir del trabajo en conjunto con el colectivo audiovisual Divagario, que concretan en las diferentes obras que montan en salas de teatro del circuito alternativo, teatros municipales y en espacios no convencionales.
Han realizado funciones en imprentas que cerraron y dejaron sus máquinas, en clubes de barrio, bibliotecas, sociedades de fomento, auditorios de universidades, espacios para circo y caserones antiguos como la Cazona de Flores, en Capital Federal, donde se ensayó y mostró la primera versión de Manifiesto Escombro.
Además, la compañía desarrolla un proyecto editorial, Núcleo Silvestre Ediciones, con publicaciones enfocadas a la dramaturgia y las artes escénicas. Han realizado un intercambio editorial con el Fondo Editorial del Estado de México, a partir de un ciclo de textos para teatro con un colectivo de autores de la ciudad de Toluca.
Manifiesto Escombro se presenta los sábados a las 21 en Sala de Máquinas, Lavalle 1145. Entradas $ 8000
Cortesía de Clarín
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