De enero a octubre de 2024, el gasto destinado al costo financiero del sector público y a pensiones y jubilaciones representó 50.6% de los ingresos tributarios, el porcentaje más alto desde 1995, cuando llegó a 52.7% durante la crisis financiera de ese periodo, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Incremento en el costo financiero y gasto en pensiones
El gasto canalizado al costo financiero de la deuda pública alcanzó 913 mil 66 millones de pesos, un incremento real del 8.9% anual y equivalente al 22.4% de los ingresos tributarios. Este rubro incluye intereses, comisiones y otros gastos asociados a la deuda pública, así como apoyos financieros.
Por su parte, el gasto en pensiones y jubilaciones aumentó un 4.5% anual, sumando 1 billón 153 mil 304 millones de pesos, lo que equivale al 28.3% de los ingresos tributarios.
Sostenibilidad en riesgo sin una reforma fiscal
Especialistas advierten que, aunque el aumento de recursos para cubrir estos rubros es positivo para cumplir con compromisos financieros y sociales, no es sostenible a largo plazo.
“El gasto en pensiones y el costo financiero son prioridades, pero sin una reforma fiscal que genere fuentes de ingresos sostenibles, este esquema no será viable en el mediano plazo”, advirtió Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base.
Siller alertó sobre la creciente posibilidad de una degradación de la calificación de la deuda soberana, dada la presión sobre los ingresos públicos y el contexto global de endeudamiento.
El envejecimiento poblacional: un desafío creciente
César Castro, director de Análisis Económico de DARSI, señaló que el gasto en pensiones seguirá creciendo debido al envejecimiento de la población, lo que incrementará la presión sobre los recursos tributarios.
“Las pensiones están absorbiendo cada vez más recursos provenientes de impuestos. Hacia adelante, será complicado mantener estos niveles de apoyo sin una reforma fiscal integral”, comentó Castro.
Plan de ajuste fiscal en 2025
El Gobierno federal ya contempla ajustes en 2025, incluyendo un recorte en el gasto público, una reducción del déficit y menores niveles de endeudamiento. Sin embargo, especialistas insisten en que una reforma fiscal estructural es crucial para garantizar la sostenibilidad financiera.
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Cortesía de El Contribuyente
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