11F: Mujeres rebeldes y sabias construyendo ciencia

Por: Jeniffer Gabriela Escobar Medina, colaboradora de Políticas de Igualdad de la Coordinación para la Igualdad de Género

La intelectual francesa Simone de Beauvoir acuñó una de las frases más disruptivas del movimiento feminista: “No se nace mujer, se llega a serlo”. La filósofa da en el clavo al romper el paradigma de que existe una “forma de ser mujer”, ya prescrita: ya sea en nombre de dios, de la naturaleza o de la misma ciencia. 

“Ser mujer”, o llegar a serlo, no es más que una serie de disposiciones culturales impuestas que intentan normar la conducta en una sociedad específica, asignando roles, tareas, prácticas y expectativas que obedecen, en su mayoría, a la subordinación de las mujeres hacia los hombres, intentando definir con ello la historia de las mujeres, nuestra historia. 

Pero asumamos la misma frase y resignifiquémosla, ¿Qué otras opciones existen para nosotras? Actualmente, no hay un solo camino para “ser mujer”. La rebeldía de nuestras antecesoras logró abrirnos camino en diversos espacios de la vida pública de los que nos habían excluido arbitrariamente, por ejemplo, la política, los deportes, los puestos de mando, la influencia en la opinión pública, el arte y por supuesto, las ciencias.

Fotos: Michelle Ortiz / CIGU

Si bien los espacios que ocupamos son más amplios y diversos, no por ello quiere decir que sean suficientes, pues aún hay campos en los que estamos subrepresentadas, en los que nuestra presencia genera resistencias.

Mujeres abriendo caminos

Es muy importante para nosotras conmemorar fechas que simbolicen nuestras nuevas expectativas, proyectos y sueños, por eso el 11 de febrero (11F) de cada año, conmemoramos –en forma de reivindicación– el Día Internacional de las Mujeres, Jóvenes y Niñas en la Ciencias. Sabemos que los roles tradicionalmente asignados para llegar a ser mujer, no nos representan. En ese sentido se abren nuevas posibilidades para que como mujeres nos proyectemos en el mundo. 

Nuestra mirada ha sido clave para el avance del conocimiento. Hemos aportado nuevas perspectivas que han permitido formular preguntas que amplían los horizontes de las ciencias y proponer soluciones innovadoras. No obstante, nuestro papel en la ciencia sigue siendo bajo con relación a los hombres.

En México, tan solo el 27% de los puestos directivos en empresas tecnológicas lo ocupan mujeres, y sólo el 30% en carreras afines a las ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas son cursadas por estas últimas. Para el 2023 el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), el máximo referente de investigadores de México, sólo el 37% de sus participantes eran Mujeres.

lustraciones: Mitzi Cervantes – FAD/CIGU

No queremos negar que efectivamente ha existido un incremento de mujeres que aspiran, trabajan y ejercen en actividades de carácter científico. Sin embargo, es necesario señalar que nuestra incorporación ha sido insuficiente y, sobre todo, que lo hemos hecho a contracorriente. Se han necesitado grandes dosis de rebeldía para aspirar a poder ser MUJER científica. Incluso debemos reconocer que la lucha de nuestras abuelas, madres o mujeres anónimas son las que nos abrieron ese camino que ahora transitamos y que nos corresponde a nosotras ampliar.  

De la exclusión a la innovación: el papel de las mujeres en la ciencia

El 11F, nos permite hacer una reflexión, empujándonos, no sólo a visibilizar un nuevo camino y nuevas vocaciones científicas para las niñas y jóvenes, sino que también, es un llamado para garantizar la igualdad y la justicia social, a generar las condiciones necesarias para que las mujeres, quienes representamos más de la mitad de la población mundial, participemos en la generación de conocimiento científico para resolver los grandes problemas de nuestra sociedad.

Fotos: Michelle Ortiz / CIGU

Evidentemente eso pasa por construir nuevos horizontes para las mujeres, en todas sus etapas, e impulsar con todas nuestras fuerzas a que haya políticas públicas que faciliten nuestra incorporación, sin embargo, no sólo se trata de números, sino lo que representa cualitativamente el que mujeres participemos, desde tempranas edades, en el quehacer científico. 

Sin lugar a duda, nuestras inquietudes y reflexiones situadas, se verán reflejadas en la identificación de nuevas áreas de investigación al introducir nuevas preguntas y estrategias de análisis. Es decir, nuestra incorporación en todas las disciplinas contribuirá a la construcción de una ciencia más diversa, una ciencia para la humanidad. Y por ende la categoría de sabias, no sólo es justa, sino precisa. 

lustraciones: Mitzi Cervantes – FAD/CIGU

El 11F le pone contenido específico a una demanda histórica para las mujeres, y lo vamos a seguir reivindicando en todos los espacios en que participemos, desde la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM (CIGU) trabajamos cotidiana e institucionalmente para que los sueños de nosotras, las mujeres, se amplíen hasta lugares antes jamás imaginados. Y que ahora nacer mujer, no signifique una condena, sino una amplia posibilidad. 

Cortesía de Chilango



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