Los gobiernos de la 4T han inyectado más de dos billones de pesos a Pemex, entre transferencias directas, reducciones fiscales y aportaciones patrimoniales. Sin embargo, la empresa sólo redujo su deuda financiera de 132,300 millones de dólares en 2018 a 99,000 millones al cierre de 2024, sin que ello significara mejorar su producción.
El hecho confirma lo que las calificadoras y analistas advierten desde hace años: Pemex no puede sostenerse por sí misma.
Cortesía de Unomásuno.
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