Básicamente 7 de cada 10 mexicanos consideran que cubrirán sus gastos de la vejez con los apoyos gubernamentales. Los datos de la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera revelan que ninguna otra alternativa ha crecido tanto como ésta.
Los datos difundidos por el Inegi señalan que 68.2% de la población considera los apoyos de gobierno como un medio para cubrir sus gastos de vejez. Esto implica un crecimiento de 11 puntos porcentuales en comparación con 2021.
La relevancia de los programas sociales impulsados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador e incluso elevados a rango constitucional durante el inicio del sexenio de Claudia Sheinbaum se refleja en los datos.
En 2022, 17.2% del ingreso de los hogares mexicanos provenía de programas gubernamentales, remesas y otras transferencias, de acuerdo con datos del Coneval. Pero esto es un promedio, pues la proporción crece entre los sectores más desfavorecidos.
En términos de su efectividad como política social, las pensiones no contributivas (como la Pensión para el Bienestar) sí están contribuyendo cada vez más a superar la pobreza entre los adultos mayores, según reveló un reciente informe del Banco Mundial.
“Originalmente, esta pensión no contributiva no alcanzaba para cubrir la línea de pobreza alimentaria y no alimentaria; pero, desde 2022, ha superado tanto la línea de pobreza alimentaria rural como la urbana”, explica el Informe de pobreza y equidad en México de dicha institución.
Actualmente, la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores beneficia a 12.4 millones de derechohabientes con una inversión social anual de 483,400 mdp, según la Secretaría del Bienestar.
Cada vez más relevantes, pero costosos
Los programas sociales, junto con las remesas, se han convertido en factores estructurales de la demanda doméstica, según algunos analistas.
De acuerdo con Valmex, por ejemplo, el consumo privado en 2025 se perfila como complejo y lleno de incertidumbre, a pesar de que elementos fundamentales como el crédito al consumo, el apoyo de remesas y los programas sociales brindan cierto respaldo.
Asimismo, según la ENIF, 24.1 % de las primeras cuentas de ahorro en localidades de menos de 15 mil habitantes fueron de apoyo gubernamental, comparado con 6.8 % en localidades de 15 mil o más. Lo cual muestra cómo los programas sociales están a su vez impulsando el ahorro y la inclusión financiera.
Las pensiones contributivas y no contributivas representan casi 6% del gasto social en el presupuesto federal, y fueron de tan considerable magnitud como la educación y la salud juntas para 2024.
Cortesía de Expansión
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