Uno de cada cuatro personas en edad laboral ocupa un puesto de gerente sin estar capacitado para ello. Es más, el 82% de quienes ocupan estos cargos lo hace debido al llamado principio de Peter. El cual establece que las empresas otorgan ascensos de gerencia a sus mejores empleados, pero sin prepararlos para desempeñarse con éxito en sus nuevos puestos.
Lo anterior fue revelado a partir de una encuesta realizada por el Chartered Management Institute (CMI) a 4,500 trabajadores y gerentes en el Reino Unido. Dicho estudio también puso en evidencia el efecto que la falta de preparación de estos nuevos jefes tiene en sus empleados: alrededor del 33% renuncia por su culpa.
El impacto de los “jefes accidentales”
De acuerdo con la encuesta, existen diferencias notables en la percepción de los empleados cuando el jefe cuestan con la formación adecuada para realizar su trabajo y cuando no lo está. El 72% de los entrevistados aseguró que se sentía valorado por un superior preparado, el 77% afirmó sentirse motivado y el 74% dijo estar satisfecho en su empleo. En contraste, apenas el 15% señaló sentirse valorado por un “jefe accidental“, el 34% se dijo motivado y un 27% señaló estar satisfecho en su trabajo.
Por desgracia, cada vez es más frecuente ver a empleados ascender a jefes mediante el principio de Peter. En la encuesta realizada por CMI en 2019, el 68% de los gerentes en activo en Reino Unido entraba en la categoría de “jefe accidental“. Tan solo cinco años después, esta cifra ascendió al 82%. Lo peor es que los propios gerentes son consciente del problema.
El 46% de los entrevistados reconoció ascender por sus relaciones internas y su perfil en la empresa y no por sus habilidades de liderazgo. Uno de cada cinco confesó que no confía en sus propias habilidades y cree que no es capaz de gestionar los problemas dentro de su equipo. Esta situación les genera estrés y es uno de los principales motivos de renuncia entre los cargos intermedios.
¿Qué pasa en México?
El Estudio de Remuneraciones 2025 de PageGroup reveló que, en nuestro país, el 55% de los empleados renuncia a su trabajo debido a un mal liderazgo. De acuerdo con la encuesta, las consecuencias de esto no solo son la incomodidad en el equipo ni la mala imagen de la empresa si existe una alta rotación de personal. También es un duro golpe financiero.
Según Genaro Hurtado, CEO de Brivé Soluciones, la renuncia de un empleado antes de cumplir tres meses cuesta, en promedio, 17,431 pesos. Es decir, que una empresa con 100 empleados y una rotación del 18% gasta más de 340,000 pesos al año en entrevistas, contrataciones fallidas y capacitaciones de entrada que no llegan a buen puerto.
De acuerdo con el estudio, los empleados buscan un líder que sepa comunicar sus órdenes de forma clara y efectiva, que sea empático y escuche a su equipo. Otra cualidad que valoran es la capacidad de establecer metas alcanzables y fomente el balance entre vida personal y laboral. También se destaca la capacidad de crear entornos que promuevan la colaboración y fomente la motivación, en lugar de sembrar miedo o apatía.
Cortesía de Xataka
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