La esterilización es uno de los procedimientos más comunes y recomendados por médicos veterinarios, ya que ayuda a controlar la población animal y aporta beneficios a la salud de perros y gatos. Sin embargo, el éxito de la cirugía no depende únicamente de la operación, sino también de los cuidados posteriores. Existen errores frecuentes después de esterilizar a una mascota que pueden retrasar su recuperación o provocar complicaciones.
No respetar el reposo indicado
Uno de los fallos más habituales es permitir que la mascota corra, salte o juegue poco tiempo después de la cirugía. El movimiento excesivo puede abrir la herida, provocar sangrados internos o retrasar la cicatrización. Aunque el animal parezca activo, es fundamental limitar su actividad durante los días indicados por el veterinario.
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Retirar el collar isabelino antes de tiempo
Muchos tutores consideran que el collar isabelino es incómodo y deciden quitárselo antes de lo recomendado. Sin embargo, este accesorio evita que la mascota lama o muerda la herida quirúrgica. Retirarlo prematuramente aumenta el riesgo de infecciones, inflamación y apertura de puntos.
No vigilar la herida quirúrgica
Pensar que todo está bien sin revisar la incisión es otro error común. Es importante observar diariamente la zona para detectar enrojecimiento excesivo, secreciones, mal olor o inflamación. Cualquier cambio inusual debe ser reportado de inmediato al veterinario.

Bañar a la mascota antes de tiempo
El baño suele ser una práctica habitual, pero hacerlo antes de que la herida esté completamente cerrada puede provocar infecciones. El agua y la humedad interfieren con la cicatrización. En general, se recomienda esperar al menos 10 a 15 días o seguir estrictamente la indicación médica.
Modificar la alimentación sin supervisión
Después de la esterilización, algunas personas cambian de inmediato la dieta de su mascota o aumentan las porciones como forma de “consentirla”. Esto puede favorecer el aumento de peso, especialmente porque el gasto energético disminuye durante la recuperación. Cualquier ajuste en la alimentación debe hacerse con orientación veterinaria.
Suspender medicamentos antes de tiempo
Interrumpir analgésicos o antibióticos porque la mascota “ya se ve bien” es un error que puede generar infecciones o dolor innecesario. Los tratamientos deben completarse exactamente como fueron prescritos, incluso si los síntomas parecen haber desaparecido.

Ignorar cambios de comportamiento
Algunas mascotas pueden mostrarse más tranquilas, retraídas o sensibles después de la cirugía. No prestar atención a cambios extremos como letargo excesivo, falta de apetito prolongada, vómitos o fiebre puede retrasar la atención de una complicación. Estos signos no deben normalizarse.
No acudir a la revisión postoperatoria
La consulta de seguimiento permite al veterinario evaluar la cicatrización y retirar puntos si es necesario. Saltarse esta revisión impide detectar problemas a tiempo y puede comprometer la recuperación completa de la mascota.
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Cuidar también es prevenir
La esterilización es un procedimiento seguro, pero los cuidados posteriores son clave para proteger la salud de tu mascota. Evitar estos errores comunes y seguir las indicaciones médicas contribuye a una recuperación más rápida y sin complicaciones, asegurando el bienestar del animal a largo plazo.
BB
Cortesía de El Informador
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