Norberto López tenía 64 años, portaba casco y circulaba en su motocicleta por el bulevar Mieleras, una de las vialidades más transitadas al oriente de Torreón, cuando fue embestido por una camioneta.
Su muerte, ocurrida el pasado 30 de junio, no fue un caso aislado. Fue la víctima número 27 de accidentes viales en lo que va del 2025 en esta ciudad, y la novena relacionada con motocicletas.
En La Laguna, una de las regiones metropolitanas más importantes del norte del país, las muertes de motociclistas se han convertido en una constante. La causa: una mezcla de exceso de velocidad, falta de pericia, omisión de normas viales y una urbanización que ha crecido más rápido que la educación vial.

Los choques en motocicletas pueden ser mortales
En los últimos días de junio, cuatro motociclistas murieron en accidentes ocurridos en distintos puntos de la región. Uno de ellos, Xicoténcatl Flores, de 50 años, perdió la vida tras chocar de frente contra un vehículo deportivo conducido por una joven de 24 años en el libramiento de San Pedro, Coahuila. Otro caso se registró en Lerdo, Durango, donde un motociclista fue arrollado por un vehículo cuyo conductor huyó del lugar.
Pero fue la muerte de Salma Nataly Olmo Ramírez, una joven embarazada de 20 años que viajaba como copiloto en una motocicleta, la que conmovió a la región. El conductor responsable abandonó el vehículo tras el impacto y días después fue aprehendido.
El responsable tomaba en una cantina, tomó sin permiso el vehículo de uno de sus conocidos, manejó, chocó contra la motocicleta, huyo, chocó contra otro automóvil y nuevamente escapó del lugar. Una semana después lo aprehendieron. La imagen de su padre despidiéndose de ella en redes sociales evidencia el duelo silencioso de muchas familias.

Aumenta el número de motos en Torreón
Con motocicletas accesibles y la creciente necesidad de movilidad económica, miles de personas han adoptado este medio de transporte en todo el país. Según datos de la Dirección de Tránsito y Vialidad de Torreón, se estima que hay más de 25 mil motocicletas activas en la ciudad, muchas conducidas por personas sin formación vial formal.
“El problema no es solo el número, sino la falta de pericia. Muchos manejan sin conocer el reglamento, sin respetar los semáforos o los límites de velocidad”, advierte Luis Morales, director de Tránsito de Torreón.
“Tenemos un programa gratuito de capacitación y esta semana podríamos alcanzar los 9,000 motociclistas capacitados, pero aún es insuficiente”, agrega.
El fenómeno no es exclusivo de Coahuila. En estados como Veracruz, Jalisco, Chiapas y el Estado de México, las motocicletas también representan un porcentaje creciente de los siniestros viales. De acuerdo con cifras del INEGI, en 2023 hubo más de siete mil muertes por accidentes de tránsito en el país, de las cuales cerca del 40 por ciento involucraron a motociclistas.
La proliferación de motocicletas sin regulación ha encendido las alertas. En Torreón, la autoridad ha comenzado a replicar acciones como la apertura del autódromo para prácticas seguras y la realización de operativos. El pasado fin de semana, se aseguraron 28 motocicletas por diversas irregularidades: seis en La Jabonera, cuatro en La Nogalera y 18 más en un operativo conjunto con el Mando Único.

Anatomías de las muertes en moto; ni el casco los salva en choques
“La cultura vial va rezagada frente al crecimiento urbano. Muchos motociclistas ni siquiera conocen los riesgos. Creen que el casco es suficiente, pero en impactos a alta velocidad o con vehículos pesados, ni el mejor equipo salva una vida”, aseguró Morales.
El caso de Norberto es ilustrativo. Aunque portaba casco, el golpe fue tan fuerte que no pudo sobrevivir. Lo mismo ocurrió con Xicoténcatl Flores, quien fue trasladado al hospital, pero murió horas más tarde por traumatismo craneoencefálico.
Los siniestros no solo se dan dentro del perímetro urbano. Muchos ocurren en caminos estatales o vecinales, donde las normas de tránsito se diluyen y la supervisión es mínima. A pesar de ello, se incluyen en las estadísticas oficiales porque reflejan una realidad contundente: conducir una motocicleta en México es una actividad de alto riesgo.
Cada muerte tiene nombre, historia y familia. La tragedia de Salma, quien murió con su bebé en el vientre, es un recordatorio desgarrador de lo que está en juego. Su padre, Martín Olmos, compartió en redes sociales el velorio, agradeciendo el cariño de quienes la conocieron. Su dolor, hecho público, convirtió la tragedia en un símbolo de lo que se pierde cuando la imprudencia vence al cuidado.
Mientras tanto, en Torreón, la Dirección de Seguridad Pública insiste en que seguirá trabajando por la prevención. Pero también hace un llamado a la ciudadanía: manejar una motocicleta no es solo una cuestión de movilidad, sino de responsabilidad.
“Capacitarse no es obligatorio, pero sí debería ser indispensable”, concluye Morales, porque “La vida no se puede reemplazar”.
Cortesía de El Heraldo de México
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