Lluís Reales Guisado murió este lunes de forma repentina a los 62 años. Con él se va un periodista científico de mirada profunda, un activista cultural entregado, un profesor querido y un hombre generoso. La ciencia y el periodismo científico en Catalunya le deben mucho.
Licenciado en Ciencias de la Información en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), fue mano derecha Vladimir de Semir en el suplemento ‘Ciencia y Salud’ de ‘La Vanguardia’, que acabó dirigiendo en 1996 y 1997. “El suplemento fue un espacio de colaboración entre científicos y periodistas, una escuela que consolidó la disciplina del periodismo científico”, afirma de Semir, que califica a Reales de “gran persona y gran periodista”. En 1990, Reales fue uno de los fundadores de la Associació Catalana de Comunicació Científica (ACCC).
Reales fue también pionero en la digitalización del periodismo. En 1993, fue autor del primer artículo documentado sobre el fenómeno Internet publicado en la prensa española. En 1995, fue miembro fundador del Grup de Periodistes Digitals y del Capítulo Catalán de la Internet Society. “Fuimos de los primeros en tener correo electrónico en el diario”, recuerda De Semir.
A partir de 2001, Reales dirigió una serie de programas en la recién creada Betevé. Durante casi diez años estuvo al mando de ‘Einstein a la platja’. Trabajé con él, uno de mis primeros mentores y al que le debo mucho, en este programa único en el panorama de la divulgación. Allí, Lluís desplegó sobre la ciencia una mirada refinada, culta, sensible y abierta. Lejos de la divulgación de tonos subidos, ‘Einstein a la platja’ exploraba historias humanas, controversias y perspectivas de futuro.
“Era un profesional curioso muy atento al impacto de la ciencia en el mundo contemporáneo”, recuerda Joan Tàpia, que fue quien le fichó para BeTeVé. Siguieron ‘Respira’, un programa dedicado a la psicologia, ‘Deuwatts’, nuevamente sobre ciencia, y la serie de entrevistas diarias ‘Terrícoles’, hasta 2019. Reales también dirigió la revista ‘Medi Ambient. Tecnologia i Cultura de la Generalitat’, entre 1992 y 2014, y colaboró con ‘El País’ entre 2006 y 2010.
Activista cultural y profesor
Además de periodista, fue un activista cultural entregado. Desde 2007, formó parte de la junta del Ateneu Barcelonès liderada por Oriol Bohigas, que dio una vuelta a la centenaria institución, disparando el número de socios y reivindicando una nueva centralidad en el debate cultural catalán. “Era una persona de pensamiento fluido y cabeza abierta. El Ateneu haría bien en dedicarle un espacio, en honor a toda la gente que ha hecho ciencia allí”, afirma Ferran Mascarell, quien precedió a Reales en el papel de vicepresidente primero de la entidad.
Desde 2004, Reales fue también profesor asociado en la facultad de Ciencias de la Comunicación de la UAB. De la mano de Santiago Ramentol, contribuyó a consolidar los estudios de periodismo científico, recuerda Enric Marín, decano de la facultad. “Era un profesor próximo, con mucha vocación docente, que aportaba la visión del profesional”, afirma. Desde 2021, Reales se integró al Institut d’Estudis Catalans con funciones de comunicación y divulgación científica.
Su mirada sensible y profunda sobre la ciencia se echará en falta, en un tiempo complejo en el cual esta visión es especialmente necesaria. Pero su tarea ha dejado huella en el periodismo científico y en la divulgación del conocimiento. Según informa su hija, Reales dispuso dejar su cuerpo a la ciencia.
Cortesía de El Periodico
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