Smells Like Teen Spirit, el himno que catapultó a Nirvana, está inspirado en un desodorante

¿Por qué hay tantas canciones de amor? ¿No existen otros temas? A Kurt Cobain, líder de Nirvana, le venían a la mente otras temáticas: geología, patinaje artístico, desodorantes. Bueno, es sabido que el muchacho era bastante más temerario que Estela Raval, y en su estilo directo supo dedicarle versos a la vagina de Courtney Love, su esposa.

¿Por qué cada vez que se habla de emociones se hace referencia al corazón y se descuidan tanto otros órganos? A Cobain lo desvelaban esos asuntos. Hay gente que sufre por amor y se constipa, pensaba.

El papel del olfato en la química del amor: aromas que enamoran más que la apariencia. Experimentar el corazón bombeando, las pupilas dilatadas. ¿Quién se animó a hablar del exceso de sudoración y el chivo ácido? El poder del olfato es la trastienda, el detrás de escena en Smells Like a Teen Spirit, la canción más famosa de Nirvana, el único hit inspirado en un desodorante.

Mientras que el antitranspirante te protege contra la transpiración, el desodorante te protege contra el mal olor. Le preguntamos a la Inteligencia Artificial qué tipo de desodorante usaba Kurt Cobain -que murió a los 27 años- y nos responde: “Desafortunadamente no encontré información sobre qué desodorante usaba Kurt Cobain. Sin embargo sí sé que la canción Smells Like a Teen Spirit, de Nirvana, fue inspirada en una marca de desodorante llamada Teen Spirit“.

Impresiona la data que maneja el chatbot del celular. ¿Tenía problemas de transpiración Kurt Cobain? “Tenía problemas de salud mental: luchó contra la depresión, ansiedad y trastornos de personalidad”. Nirvana tocó 233 veces Smells Like Teen Spirit. Hablamos de su mayor éxito, un himno que encabezó las listas de la industria musical de todo el mundo en 1991 y 1992.

Teen Spirit es un desodorante que vendió Colgate-Palmolive. Se lanzó por primera vez al mercado a principios de 1991 y, gracias a fuertes campañas publicitarias, no sólo estableció un nicho de hierro, sino que se metió en la canción de un grupo, pero no de una boy band estilo One Direction, sino de una banda grunge conocida por un tipo que terminó con su vida dándose un escopetazo.

Una especie de Pibes y Coqueterías. Las ventas de las fragancias Teen Spirit se vieron insólitamente impulsadas por la canción de Nirvana. Un poco de vergüenza debe haber sentido el bueno de Kurt, cuyo himno se incluyó en en el Salón de la Fama del Rock and Roll, figura entre las mejores canciones del siglo y también disparó las ventas de un producto de higiene personal.

Esto ocurrió exactamente cuando se publicó el tema en el súper álbum Nevermind. Por esos días, la marca Teen Spirit era el producto más popular de su tipo en los Estados Unidos y el preferido de una cuarta parte de todos los adolescentes.

Smells… es, además, la canción más reconocida de Nirvana “porque la gente vio el video un millón de veces en MTV”, tal cual dijo Cobain en una entrevista con Rolling Stone en 1993.

La traducción es “Huele a espíritu adolescente”. Kurt estaba completamente pasado una de esas noches con su amiga Kathleen Hanna, cantante del grupo Bikini Kill. En 1990, en uno de esos encuentros, Cobain se queda dormido y ella se acerca a olerlo. Después, al mejor estilo Charly García, la chica hará un poco de vandalismo y escribirá en la pared del cuarto: “Kurt smells like teen spirit”.

El cantante de Nirvana jamás dijo explícitamente que utilizara esa marca de desodorante, pero en Heavier than heaven, el nombre de una biografía de 2001 del músico, consta que la versión sobre Hanna es cierta y que la fragancia dulzona fue la responsable del título. En otras palabras, nada qué ver con la rebeldía adolescente.

Kurt, un caballero, quiso saber si podía usar el resultado de esa pintada para fines que lograran confundirse con un mensaje anarquista y contracultural. Se supone que la chica le dijo, claro, hacé lo que se te antoje Kurt, yo soy punk y como estoy en contra de lo establecido ni me preocupé por los derechos de autor(a). Kurt agradeció, tomó las palabras de la pared y armó un slogan inspirador al estilo mayo francés.

El baterista Dave Grohl, quien en 1994, luego del suicidio de Cobain, formó Foo Fighters, piensa que no tiene sentido prestarles atención a las letras de Nirvana: “Sólo ver a Kurt escribir la letra de una canción cinco minutos antes de cantarla hace que sea complicado creer que tenga mucho que decir sobre algo. Necesitas sílabas para llenar los espacios y algo que rime”.

Antes de morir, las axilas de Cobain habrían dejado de oler a strawberry: empezaba el reinado sobaquero de Black Powder, perfume de aroma oriental amaderado, con notas de pimienta rosa y pera. “Fuimos a su departamento y destrozamos un montón de cosas”, recordó ella. Ahí nomás la cantante de Bikini Kill, el corazón del punk feminista (actuaron en la Argentina en marzo), agarró un marcador grueso y escribió la frase que se haría famosa.

Cobain, al principio, pensó que se trataba de un enunciado o declaración de las Riot Grrrl, movimiento de emancipación de la mujer vinculado a la escena alternativa. Kathleen Hanna podría estar hablando de eso, pero en realidad se refería a la marca de desodorantes con reminiscencias a talco Feculax.

El corte se editó como simple del segundo álbum de Nirvana. Nevermind apareció el 24 de septiembre de 1991. Un tema que llegó de la mano del videoclip más estimulante de todos los tiempos. Lo dirigió un tal Samuel Bayer y fue el mascarón de proa de un nuevo movimiento transitorio al que el periodismo bautizó Grunge.

El perfume Teen Spirit empezó a perder aceptación en el mercado cuando la inusual publicidad cantada con voz de leyenda fue cayéndose de las listas de novedades para pasar a vivir en la estratósfera. En 2021, la canción superó los mil millones de reproducciones tanto en YouTube como en Spotify, convirtiéndose en la primera de la banda en alcanzar este hito y la segunda de los años ’90 junto a Wonderwall, de Oasis.