“Si no fumas, no empieces a hacerlo. Si fumas, déjalo. Si no quieres dejarlo, cámbialo”, es el lema que adopta una campaña que busca dar a conocer productos con nicotina libres de combustión. Es justo en ese tercer grupo, “quien gusta de fumar y no desea dejar de hacerlo”, en donde se enfoca una serie de tecnologías encaminadas a la reducción del daño por consumo de tabaco.
Basándose en ejemplos de la industria alimentaria como leche sin lactosa, refrescos con menos azúcar o cerveza sin alcohol, desde la industria tabacalera se propone el consumo de productos libres de humo (smoke-free) como los dispositivos para calentar tabaco a menor temperatura (350°C en vez de 900°C) para evitar quemarlo. Contienen nicotina, sí, pero se evita el proceso de combustión que es el que conlleva riesgo para enfermedades como cáncer de pulmón.
Fumar nunca será saludable, como tampoco lo es beber alcohol, consumir estupefacientes, comer azúcares y grasas en exceso, pero es una realidad que hay personas que no pueden o no quieren dejar de hacerlo, explica Tommaso di Giovanni, vicepresidente internacional de Comunicaciones y Engagement de Philip Morris International (PMI).
La visión de esta empresa es que sus productos libres de humo reemplacen algún día a los cigarrillos, como ha ocurrido en Japón (donde hay un 50% de población consumidora de tabaco que ya mudó a los productos sin humo) o países como Italia y Nueva Zelanda, donde ya crece esta tendencia. México no es el caso.
El CEO de PMI, Jacek Olczak, asegura que para la empresa es más sencillo e igual de redituable seguir fabricando tabaco convencional (Marlboro, marca líder de PMI sigue siendo muy rentable), pero tomarse la molestia en innovar con el tabaco calentado es un tema de responsabilidad social.
“Si hablamos de tecnología, la innovación no lo es todo, es la adopción de esa tecnología lo que la hace exitosa y entonces funciona”, dice Di Giovanni y hace la analogía al trabajo que costó que se popularizara el uso del cinturón de seguridad en los coches para evitar muertes en accidentes.
Los productos sin humo son distintos de los cigarrillos. Crean un aerosol sin humo que contiene nicotina. Al no quemar tabaco, pueden reducir significativamente los niveles de sustancias químicas nocivas en comparación con el humo de los cigarros. Esto debe evaluarse científicamente producto por producto.
Es importante decir que no son “cero riesgo”, sino “riesgo reducido”.
Prohibición, regulación e información en México
En el mundo hay 1,300 millones de consumidorxs de tabaco. En 2020, el 22.3% de la población mundial consumía tabaco: 36.7% de los hombres y el 7.8% de las mujeres. Quienes consumen IQOS son más de 22 millones.
Cambiar ese hábito no es algo sencillo. En entrevista con Chilango, Moira Gilchrist, directora de Comunicaciones de PMI, dijo que desde la empresa están intentando comunicar por qué para las personas que no desean dejar de consumir tabaco es importante hacer el cambio a los libres de combustión.
La también doctora en Ciencias Farmacéuticas considera que cada quien es responsable de verificar los productos que consume y no conocer lo que se consume es el mayor problema.
Entre esa desinformación, a menudo se confunden los dispositivos que calientan el tabaco con los vapeadores. Por ejemplo, el IQOS Iluma ocupa cartuchos con tabaco, son como pequeños cigarros con filtros, pero con una lámina dentro del cigarro para que se caliente mediante inducción sin provocar humo.
Los vapeadores contienen líquidos con diversas sustancias, incluyendo la nicotina, y al no estar regulados en su mayoría, se venden en el mercado negro e incluso a menores de edad.
Algo en común que sí tienen el tabaco calentado y los vapeadores es que no hay proceso de combustión (humo) y que sí contienen nicotina.
La regulación es muy importante, enfatiza Gilchrist, y añade que prohibir ciertos productos no soluciona el problema, porque difícilmente se puede controlar el 100% del mercado, menos el que viene de manos criminales: Regular el sector basándose en evidencia científica es importante para prevenir que exista un mercado ilegal. Sabemos que es menos caro para un gobierno prohibir algo que regularlo, pues hacer lo segundo requiere de una gran inversión en dinero y en ciencia, esfuerzos contínuos y no todos los gobiernos están decididos a dar ese paso.
Lo mejor que pueden hacer lxs fumadorxs es dejar por completo el tabaco y los productos con nicotina. Pero la realidad es que cada año nueve de cada 10 no lo dejan. Para ellxs, los productos sin humo que no queman tabaco son una opción menos dañina que seguir fumando cigarrillos.
Al final, como muchos otros temas de gustos y adicciones, es un asunto de libre albedrío. Una buena noticia es que exista una preocupación de la industria por ofrecer alternativas menos dañinas, como ya lo han hecho los refrescos sin azúcar.
Reducción de daños
-Se evita la combustión de tabaco, que es lo más dañino
-Emite un 95 % menos de sustancias químicas nocivas en comparación con los cigarros
-El humo del tabaco libera más de 5,000 químicos, muchos de los cuales son dañinos
-Al menos 70 de esos químicos pueden causar cáncer (carcinógenos)
-Las sustancias tóxicas en el humo del tabaco son las que pueden dañar o cambiar el ADN de las células
-Se elimina el olor a quemado
-No hay ceniza
-Evita que los dedos y dientes se pongan amarillos
-Es posible suministrar nicotina sin humo (combustión)
A tomar en cuenta
-No es una opción saludable (el cigarro tampoco lo es)
-No son libres de riesgo y contienen nicotina, la cual es adictiva
-No es un producto adaptado para menores de edad (tampoco es barato)
-Ofrece un sabor similar al del cigarro
-IQOS no está libre de riesgos
-La nicotina es un compuesto químico común en la planta del tabaco, puede generar adicción al tabaco pero no provocar cáncer directamente
-Sigue siendo un producto prohibido para menores de edad
-Los productos libres de humo de PMI no se ofrecen a personas que nunca han usado tabaco o productos de nicotina o que han dejado de usar tabaco y productos de nicotina
-Los productos libres de humo no son una alternativa para dejar de fumar y no están diseñados como ayudas para dejar de fumar
Cortesía de Chilango
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