“Hitler no tuvo ninguna posibilidad de ganar la guerra”

P: Gran parte de su vida profesional gira en torno a la Segunda Guerra Mundial, de la que ha escrito multitud de libros de ficción y ensayos históricos. ¿Qué fue lo que más le atrajo de aquel conflicto global?

R: El tremendo drama humano, y el hecho de que tanto las mujeres como los hombres se vieran envueltos en un conflicto armado que no había tenido precedentes en la historia. Además, me atrajo la posibilidad de entrevistar a personas que lo habían vivido y que me podían proporcionar información de primera mano sobre sus experiencias.

P: En su libro El auge de Alemania usted hace especial hincapié en los aspectos operativos de la II Guerra Mundial. Compara el armamento e incluso los uniformes de los dos bandos enfrentados. ¿Cree que este aspecto aporta una nueva visión de la Segunda Guerra Mundial?

R: Tenemos enormes cantidades de libros que hablan sobre la II Guerra Mundial y desde los enfoques más diversos, pero creo que faltaba profundizar más en los aspectos operativos de los ejércitos que intervinieron en el conflicto. Si estudiamos los recursos y armamentos de ambos bandos, desde la producción de aviones a la efectividad de los carros de combate, así como las ametralladoras e incluso qué uniformes eran más adecuados para el campo de batalla, comprenderemos mejor qué pasó en esa guerra y cuáles eran las posibilidades reales de ganarla para unos y otros.

P: Usted afirma que gran parte del relato de la Segunda Guerra Mundial está basado en percepciones y mitos más que en hechos reales. Una de esas leyendas es que el ejército alemán era el más moderno y mecanizado del mundo. En realidad, ¿lo era?

R: El alemán era un enorme ejército de tierra, pero mal aprovechado, y el británico era mucho más pequeño, pero estaba más mecanizado que el alemán y fue mejor utilizado por sus mandos. Un ejemplo de la mecanización del ejército británico era su sistema de radar, que en 1939 era más efectivo y sofisticado que el alemán, lo que facilitó la victoria de la RAF en la Batalla de Inglaterra. Es verdad que la Fuerza Aérea alemana era la más poderosa cuando estalló la guerra, pero sus mandos no la aprovecharon nada bien.

Por otro lado, la Marina británica era la mayor del mundo y controlaba el tráfico marítimo, algo a lo que no podía aspirar ni por asomo la Armada alemana. Los mercantes británicos llegaban a los lugares más remotos para acceder a diferentes recursos, lo que le proporcionaba una gran ventaja a Gran Bretaña. Por su parte, Alemania estaba anclada en el centro del continente europeo, sin colonias que pudieran abastecerla y con un acceso al mar muy difícil desde el litoral del Báltico.

La guerra en la ruta del Atlántico, convoyes británicos contra submarinos alemanes
Cartel de propaganda con el lema «Gran Bretaña entrega las mercancías gracias a la Marina británica», con el que se pretendía apoyar la esforzada labor de los marinos de la Royal Navy. Foto: Getty.
P: ¿Cabe decir por tanto que Gran Bretaña y Francia tenían en conjunto más recursos económicos que sus tres enemigos sumados, Alemania, Italia y Japón?

R: Por supuesto que sí. Incluso si lo vemos desde el punto de vista de Gran Bretaña, hay que decir que tenía más recursos económicos que Alemania. La construcción de aviones, de acorazados para la Marina Real y el número de fábricas de artillería en el Reino Unido eran superiores a los de Alemania cuando estalló la guerra. Más tarde, cuando Estados Unidos entró en la guerra, el desequilibrio fue todavía mayor. Por eso digo que Hitler no tuvo ninguna posibilidad de ganar esa guerra.

El problema fue la rápida caída de Francia ante el empuje alemán, lo que puso en dificultades a Gran Bretaña. Fue un momento delicado. Pero la guerra no iba a ser tan corta como esperaba Hitler. Los responsables del Estado Mayor británico pensaron que tenían que resistir el golpe inicial de Alemania y continuar aumentando su potencia militar para contraatacar en el momento adecuado.

P: Antes de que se iniciara la guerra en el oeste, ¿los aliados estaban en situación de afrontar con confianza la amenaza alemana?

R: Una vez se puso en marcha el reclutamiento británico y francés y se forzó el rearme en otoño de 1939, Gran Bretaña y Francia tenían en conjunto más soldados que Alemania, una potencia naval superior y unas fuerzas aéreas un poco inferiores en número, pero con una capacidad de fabricación de aviones más alta que la alemana. Por su parte, los franceses estaban bien preparados para la guerra y contaban con casi un millón de hombres antes de la movilización, una cifra que creció rápidamente en pocas semanas. Además, disponían de artillería suficiente y sus armas cortas eran de gran calidad, así como sus carros de combate, que estaban dotados de buenos blindajes.

P: Si tenían esos medios a su alcance, ¿cómo se explica que Francia no reaccionara en los primeros momentos de la guerra?

R: Su Estado Mayor pensaba que el enfrentamiento con Alemania seguiría las mismas pautas que en la Primera Guerra Mundial; es decir, que sería largo y desgastador. Pero el ataque alemán fue tan vertiginoso que cogió por sorpresa a los mandos franceses. Fueron incapaces de reaccionar a tiempo. Sus armas eran modernas, pero sus tácticas y operaciones eran de la vieja escuela. Por el contrario, la clave del éxito de la Wehrmacht fue la velocidad que imprimió a sus divisiones panzer y motorizadas para llegar al río Mosa, atravesarlo y aplastar las líneas enemigas.

Hitler en París
Hitler visita París tras la ocupación nazi de Francia en junio de 1940. Foto: Getty.
P: Momentos antes de que estallara la guerra, franceses e ingleses tenían la percepción de que el ejército alemán era el más moderno y mecanizado del mundo.

R: No eran solo franceses e ingleses los que consideraban a la Wehrmacht como una fuerza armada gigantesca, moderna y mecanizada. Muchos alemanes también lo creían. La propaganda nazi se esforzó en dar esa impresión. Pero la realidad era otra. Apenas quince divisiones de las cincuenta y cuatro utilizadas en la campaña de Polonia contaban con alguna mecanización. El resto dependía de hombres que marchaban a pie y de caballos que acarreaban armamento y otros pertrechos.

P: Entonces, ¿por qué decidió Hitler emprender una ofensiva contra Francia y el Reino Unido?

R: Hitler sabía que, una vez concluida la campaña polaca, la esperanza de sentar a las democracias a la mesa de paz se había esfumado, por lo que decidió atacar rápidamente antes de que Gran Bretaña y Francia pudieran tener una gran ventaja en hombres, equipamiento, carros de combate, aviones… Además, la Armada británica impuso un férreo bloqueo a Alemania, lo que causó escasez de alimentos y recursos de todo tipo. El Tercer Reich tuvo que apretarse el cinturón y aportar todos los recursos del país en aras de una rápida victoria militar sobre el oeste.

En la decisión de Hitler de atacar Francia también tuvo gran importancia su visión mesiánica del destino de los arios y de Alemania, cuyo futuro era convertirse en un Imperio predominante en el mundo. Pero, para lograrlo, Hitler tenía que vencer antes a Francia y al Reino Unido y utilizar sus recursos para dirigir su maquinaria bélica contra la Unión Soviética.

P: ¿Cuál fue el gran error de los alemanes en la Batalla de Inglaterra?

R: Era incuestionable que la Fuerza Aérea alemana era la mejor del mundo en ese momento, pero sus comandantes no supieron aprovechar sus recursos. El mayor problema lo representó el propio jefe de la Luftwaffe, Hermann Göring, que apenas tenía nociones sobre el mando militar y no sabía demasiado sobre la guerra aérea moderna. Era mucho mejor hombre de negocios y político que comandante de la Fuerza Aérea. Prometió a Hitler que sus aviones destruirían a los británicos en Dunkerque, pero no consiguió frenar la evacuación de los soldados y además perdió muchos aviones. En la Batalla de Inglaterra, Göring calculó que en apenas cuatro días dejaría a la RAF fuera de combate, pero volvió a errar.

Göring después de una incursión en Inglaterra
Un líder de escuadrón relata un informe al jefe de la Luftwaffe, Göring, después de regresar de una incursión en Inglaterra. Foto: Getty.
P: ¿Cómo pudo equivocarse tanto?

R: Los informes de la inteligencia de la Luftwaffe estaban fuera de la realidad. La capacidad de los británicos para fabricar aviones de combate era mayor que la de Alemania. Además, Göring tampoco tuvo en cuenta el efectivo sistema de defensa de radar británico, un factor que contribuyó a frenar el intento alemán de invadir el Reino Unido.

P: Todavía hay quien dice que Hitler era un genio militar…

R: Pues no lo era en absoluto. Hitler no tenía preparación militar y no sabía trabajar en equipo. Unos pocos años en las trincheras durante la Primera Guerra Mundial no eran cualificación suficiente para ser un comandante militar supremo. Le gustaba jugar fuerte, y eso no suele ser bueno en una guerra. Apenas viajó y no tuvo contactos con otras culturas. Dadas sus escasas experiencias vitales, tenía una visión muy limitada del mundo.

Retrato coloreado de Adolf Hitler
Retrato coloreado de Adolf Hitler. Foto: Bundesarchiv Bilder / Wikimedia.

Una de las máximas para enfrentarte a un enemigo es conocerlo. Pero él siempre juzgó a los demás desde su propia perspectiva, que era muy estrecha. Cuando los británicos lograron escapar de Dunkerque, Hitler pensó que ya estaban acabados, que no tenían ejército, lo que era completamente falso. Tampoco dio importancia al tremendo potencial de la Armada británica. No hizo caso a nadie y se limitó a seguir los dictados de su ideología, lo que le llevó a tomar decisiones catastróficas.

P: ¿Era un psicópata?

R: En una ocasión le pregunté a un psiquiatra si Hitler era un psicópata y me dijo que no, porque un psicópata no duda, y el Führer dudaba y cambiaba de planes constantemente. Uno de sus problemas era la gente que tenía a su alrededor, ya que nunca le llevaban la contraria. Pienso que Adolf Hitler creía ser una especie de mesías, cuyo destino era crear un Imperio poderoso para los arios.

Cortesía de Muy Interesante



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