Martin Luther King, el icono de la lucha antirracial

I have a dream

Se calcula que entre 200.000 y 300.000 personas escucharon el esperanzado “Yo tengo un sueño”, que salió de la poderosa y elocuente voz de Luther King el 28 de agosto de 1963. Con estas palabras el líder del movimiento pro derechos civiles expresaba su deseo de un futuro en el que la gente de tez tanto negra como blanca pudiesen coexistir armoniosamente y como iguales.

Muchos aseguran que King pronunció aquel día uno de los mejores discursos en la historia de Estados Unidos. Lo tituló I have a dream y se convirtió en un referente para los que luchaban contra de la discriminación racial. Fuese el mejor o no, lo cierto es que es el más famoso y, sobre todo, fue con el que logró alimentar las esperanzas y los sueños de toda una generación en un momento de importantes desafíos en la política social norteamericana.

Todos aquellos a los que se dirigía King perseguían el mismo sueño: el fin del racismo. Por ello, aquel caluroso agosto de 1963, una multitud luchadora y esperanzada marchó por Washington para exigir el respeto a sus derechos civiles.

Martin Luther King saluda a los manifestantes frente al Monumento a Lincoln en agosto de 1963
Martin Luther King saluda a la multitud de manifestantes frente al Monumento a Lincoln durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad, el 28 de agosto de 1963. Foto: Getty.

Solo unos meses después de esta movilización, incrédulos y soñadores pudieron ver cómo se hacía realidad la aprobación de la Ley de los Derechos Civiles (1964), destinada a garantizar que las personas de raza negra ocuparan el lugar que les correspondía en la legislación estadounidense; además de intentar asegurarles un sitio digno dentro de una sociedad todavía racista, a pesar de haber pasado más de 100 años desde la abolición de la esclavitud.

“He ido a la cima de la montaña”

Así tituló King el que sería su último discurso. En él, se dirigió a los ciudadanos de Memphis diciendo: “Como cualquiera, me gustaría vivir una vida larga (…)”. Cuando pronunció estas palabras era 3 de abril de 1968, había viajado hasta aquella ciudad de Tennessee para apoyar una huelga de trabajadores sanitarios, que intentaban luchar por un sueldo y un trato más digno.

Al día siguiente, con tan solo 39 años, Martin Luther King fue abatido de un tiro en la cabeza a las 18 horas y 1 minuto, a la puerta de su habitación en el motel Lorraine. El francotirador disparó desde la ventana del baño de una habitación, aprovechando un instante en el que el líder del movimiento pro derechos civiles saludaba a sus seguidores desde el balcón del hotel.

Martin Luther King tras recibir el disparo
Martin Luther King tras recibir el disparo, postrado en el suelo, y a su alrededor los colaboradores que lo acompañaban señalan en dirección hacia la posición del tirador. Foto: Getty.

Las reacciones ante el asesinato variaron desde silenciosos memoriales hasta apasionadas manifestaciones y violentos disturbios. Policías locales y estatales actuaron para restablecer la paz en las calles de casi todas las ciudades estadounidenses, pero algunos optaron por hacer un gesto de respeto por la ferviente creencia de King en el poder de la protesta pacífica.

Dos meses después del asesinato de King, el 8 de junio de 1968, el convicto fugitivo James Earl Ray fue capturado en el Aeropuerto de Heathrow (Londres) con un pasaporte canadiense falso. Se declaró culpable en ese momento para evitar la pena capital e ingresó en prisión con una condena de 99 años. Hoy en día, el motel Lorraine, donde King fue asesinado, es el Museo Nacional de Derechos Civiles.

El recuerdo de una figura emblemática

Hoy en día, Martin Luther King es un personaje importante no solo para la historia de Estados Unidos sino para el movimiento de derechos civiles a nivel mundial. Sin embargo, su activismo generó controversia, a pesar de sus métodos pacíficos. Por ello, aunque desde el mismo momento de su asesinato se intentó instaurar un día en su honor, no resultó nada fácil. Después de todo, se trataba de otorgar un día en honor a alguien que no había sido presidente, algo que jamás se había hecho en Estados Unidos. Y no solo eso, sino que era una persona afroamericana en una época en que las tensiones raciales aún estaban lejos de ser superadas.

Por estas razones, la propuesta tuvo que superar muchos obstáculos e incluso fue rechazada varias veces antes de concretarse. En 1983, gracias a varias campañas y peticiones al gobierno estadounidense, el entonces presidente Ronald Reagan firmó la ley que establecería que, a partir de 1986, el tercer lunes de cada enero sería declarado el Día de Martin Luther King. ¿Por qué ese día? Por ley los festivos en Estados Unidos tienen que celebrarse en lunes, y el nacimiento del pastor fue el 15 de enero, de manera que era lo que más se acercaba a la fecha señalada.

Niños y niñas posan con una imagen de Luther King en 1990
Niñas y niños posan con una imagen de King en Florida, en 1990, durante las celebraciones en su honor. Foto: Magnum Photos / Contacto / Carl de Keyzer,

Poco a poco, se ha ido estableciendo una costumbre que se repite cada año, y es que cientos de voluntarios de todo el país donan su tiempo para realizar actividades de apoyo a comunidades necesitadas para mantener vivo el recuerdo del representante más importante de la lucha contra la discriminación racial del siglo XX.

50 años más tarde…

La realidad es que el legado de King se extiende mucho más allá de la celebración anual de su cumpleaños en enero o de las muchas escuelas y calles nombradas en su honor. Para los veteranos del activismo contra la discriminación racial y para los jóvenes que ahora están conociendo su historia, Martin Luther King prevalece como un auténtico ejemplo de liderazgo incansable, con una firme determinación para cumplir la promesa de alcanzar la igualdad y libertad para todos los estadounidenses.

En 2013, el primer presidente afroamericano de Estados Unidos, Barack Obama, siguió las huellas del emblemático pastor y cuando se cumplían 50 años de la “Marcha sobre Washington” pronunció un discurso en el mismo lugar donde hacía medio siglo Martin Luther King lanzó su histórico “I have a dream” (“Yo tengo un sueño”). Allí, Obama reconoció que “el movimiento de King es parte de una generación de activismo, de compromiso y de coraje sin igual en la historia estadounidense” y, recordó que “quedaba mucho trabajo por hacer”.

Un hombre sostiene un cartel que reza I am a man
Un hombre sostiene un cartel que reza I am a man, en referencia a la huelga de trabajadores sanitarios de 1968, durante la manifestación para conmemorar el 50 aniversario del asesinato de Martin Luther King el 4 de abril de 2018, en Memphis. Foto. Getty.

El 4 de abril de 2018 se celebraron actos reivindicativos de la figura de Luther King en muchas de las ciudades donde su huella es imborrable. En la foto, un hombre sostiene un cartel que reza I am a man, en referencia a la huelga de trabajadores sanitarios de 1968, durante la manifestación para conmemorar el 50 aniversario del asesinato de Martin Luther King el 4 de abril de 2018, en Memphis, Tennesse.

Cortesía de Muy Interesante



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