El Sínodo de Obispos no tomó decisiones concretas sobre el rol de la mujer en la Iglesia

Desde Roma

El rol de la mujer dentro de la Iglesia fue uno de los temas polémicos que trató la segunda sesión (la primera en 2023) de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos, concluida este domingo en el Vaticano después de 25 días de trabajo. No obstante, no se tomaron decisiones concretas pero sí se pidieron actitudes más abiertas y más espacio para la mujer en las iglesias de todo el mundo.

El Documento final del Sínodo, que fue aprobado por Francisco, “nos da el coraje de testimoniar que es posible caminar juntos en la diversidad, sin condenarnos unos a otros”, dijo Francisco en su mensaje de clausura del encuentro. Y destacó el valor de la sinodalidad, el “caminar juntos” que inspiró este Sínodo y permitirá “procesos de escucha, de diálogo, de reconciliación”, no sólo para lograr la paz. A los hombres y mujeres de la Iglesia “los invito a no ser más rígidos sino a recibir a todos, todos, todos”, concluyó, en lo que fue entendido como una tácita alusión a los que a menudo sufren discriminaciones como migrantes y homosexuales.

En la misa celebrada el domingo en la basílica de San Pedro, con todos los participantes del Sínodo, el Papa pidió “No una Iglesia muda, sino una Iglesia que recoge el grito de la humanidad”. “No una Iglesia estática, sino una Iglesia misionera, que camina por las vías del mundo”.

Las mujeres en la Iglesia

En cuanto a la posibilidad de conceder el diaconado (primer nivel de la carrera eclesiástica) a las mujeres, del que se viene hablando desde que el Papa Francisco visitó en 2018 el Amazonas donde faltan sacerdotes, el cardenal argentino y prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Víctor M. Fernández, dijo que Francisco “ha manifestado que el diaconado femenino no es todavía una cuestión madura y pidió no detenerse sobre este punto ahora. Pero la comisión encargada de este asunto seguirá trabajando sobre el tema” y para eso se profundizará sobre las experiencias de algunas mujeres importantes en la historia de la Iglesia como Mama Antula y Maria Montessori entre otras. “El Papa está muy preocupado por el rol de las mujeres en la Iglesia(…)Pensar en el diaconado para algunas mujeres no resuelve la cuestión de los millones de mujeres dentro de la Iglesia”, concluyó el cardenal.

El Sínodo propuso en este ámbito, “evitar todo tipo de discriminación” y reconocer la contribución de la mujer, incluso a nivel de decisiones, y pensar en “la escucha” como un ministerio preferentemente femenino. “Las mujeres saben escuchar, escuchan de modo distinto” , se dijo durante las discusiones, agregando la propuesta de “implicar a las mujeres mucho más a nivel diplomático, en un mundo dividido por la guerra”. En el documento final de la Asamblea Sinodal se pidió asimismo “dar más espacio en la iglesia a la contribución de las mujeres porque son la mayoría de los que frecuentan la Iglesia y las más activas. “No hay razones que impidan a las mujeres asumir roles de guía en la Iglesia. Incluso la cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal sigue abierta”, añadió el documento. No obstante, de los 155 puntos del Documento final que fueron aprobados por la Asamblea, el punto 60 referido a las mujeres, pese a haber sido aprobado fue el que más votos contrarios obtuvo (97).

Francisco ha sido uno de los Papas que más mujeres ha nombrado en el Vaticano. En los primeros diez años de su Papado comenzado en 2013, las empleadas vaticanas pasaron de 846 a 1.165. Francisco también nombró mujeres a altos niveles como la teóloga argentina Emilce Cuda (secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina) o la italiana Alessandra Smerilli (secretaria del Dicasterio para el Desarrollo Humano integral), entre otras. No obstante las mujeres representan menos del 5% de todos los dirigentes en la administración de la Santa Sede, según la agencia Vatican News.

La sinodalidad en todas iglesias

Francisco ha insistido repetidamente en la necesidad de “escuchar” a los fieles, al mundo, para entender mejor la realidad económica, política y social que los rodea y cómo se los puede ayudar. Y este sínodo se basó en este principio, buscó una mayor “sinodalidad” partiendo de una mayor “escucha”.

Del sínodo participaron más de 380 personas entre cardenales, obispos, sacerdotes, expertos, monjas y representantes de iglesias orientales que trabajaron en distintas mesas en la Sala Paulo VI del Vaticano. Entre los temas tratados el rol de la mujer y los laicos, la paz, el rol de los jóvenes en el mundo digital, acompañar a las víctimas de abusos sexuales, mejorar las relaciones entre la Iglesia y la sociedad.

“En estos días que hemos estado reunidos en Asamblea, demasiadas guerras han continuado a provocar muerte y destrucción (…)Nos unimos a los llamados del Papa Francisco por la paz, condenando la lógica de la violencia, el odio, la venganza, comprometiéndonos a promover el diálogo, la fraternidad y la reconciliación”(…)Una paz auténtica y durable es posible. Juntos podemos construirla”, dijo el Documento final del Sínodo.

Opción por los pobres, mundo digital y migrantes

El Documento mencionó al Concilio Vaticano II (1962-1965) calificándolo como “una semilla sembrada en el campo de todo el mundo y de la Iglesia” y dijo que este sínodo sigue recibiendo “la energía de aquella semilla”. En ese Concilio nació la “opción preferencial por los pobres” que fue la base de la Teología de la Liberación surgida en América latina. “La Iglesia está llamada a ser pobre con los pobres, que a menudo son la mayoría de los fieles” y a escucharlos aprendiendo de ellos, señaló el Documento. E insistió en la necesidad de “reunirse juntos para dialogar, discernir y decidir” porque la “sinodalidad es un camino de renovación espiritual y estructural” para la Iglesia.

Y en cuanto a los jóvenes, la Asamblea pidió que se les permita dar su contribución aportando una visión correcta de la Iglesia a través de la cultura digital que ellos manejan muy bien. “Esta nueva realidad digital nos encuentra poco preparados” y es necesario dedicarle más recursos. Pero también es necesario un sistema educativo para controlar la web que produce tantos daños en los jóvenes, agregó.

Otro punto del Documento pidió que haya más “transparencia” en todo el accionar de la Iglesia, incluso a nivel económico pero no sólo, porque “la credibilidad de la Iglesia debe ser reconstruida”, sobre todo a nivel de la tutela de menores y personas vulnerables.

A los refugiados y migrantes el documento también dedicó un espacio importante. Todos los fieles que experimentan el impacto del encuentro con la diversidad cultural, lingüística y cultural de los migrantes que llegan “son llamados a construir comunidades interculturales” y no barreras. El texto subrayó asimismo que “la Iglesia sinodal se compromete a caminar con los creyentes de otras religiones” para “construir juntos un espíritu de mutuo intercambio y ayuda, de fraternidad y diálogo interreligioso”.

Cortesía de Página 12



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