La Casa de Fedra, la última maravilla descubierta en Pompeya

Se diría que, de Pompeya, la principal ciudad romana sepulta bajo las lavas ardientes del Vesuvio, ya se conoce todo. Y, sin embargo, un nuevo y sorprendente hallazgo se añade ahora a la Casa del Fauno, el anfiteatro y las largas calles pavimentadas.

Se ha denominado la Casa de Fedra, ha visto la luz en 2024 y está cubierta de frescos mitológicos y de contenido erótico. Además, también ha conseguido poner en jaque algunas de las concepciones arquitectónicas que se creían seguras sobre cómo funcionaban los espacios domésticos del mundo antiguo.

Un descubrimiento sin precedentes en la Insula dei Casti Amanti

Descubierta en 2024 en el marco del proyecto de excavación de la Insula dei Casti Amanti, la Casa de Fedra se ha convertido en un caso paradigmático. Se trata de una habitación familiar de unos 120 m2 que corresponde con el esquema de una casa sin atrio. Esta casa sin atrio o casa mínima, un diseño menos común en Pompeya, proporcionaba una organización espacial compacta a hogares de tamaño reducido.  Y, a pesar de tratarse de una vivienda de proporciones modestas, presenta una decoración mural de extraordinaria calidad.

La arquitectura del domus habitual en Pompeya solía contar con un patio central que servía para iluminar y mantener ventiladas las distintas estancias. En cambio, esta casa sin atrio sigue un diseño funcional que maximiza el espacio y recurre a habitaciones decoradas y dispuestas alrededor de un pequeño pasillo.

Los sectores medios o bajos de la sociedad pompeyana solían optar por este tipo de casa. Sin embargo, las decoraciones de la Casa de Fedra, con frescos en un estilo decorativo tardío, demuestran que sus habitantes compartían un gusto sofisticado por el arte. Las clases menos pudientes, por tanto, también hacían gala de un inesperado acceso a la maestría artística de la época.

Escena mitológica griega en un fresco de Pompeya
Uno de los espectaculares frescos de la Casa de Fedra. Fuente: Parco Archeologico di Pompei

El espectacular fresco de Fedra e Hipólito que da nombre al hallazgo

La casa de Fedra alberga en sus paredes un rico programa pictórico. Cuenta con frescos que muestran la unión sexual entre un sátiro y una ninfa, una pareja divina (quizás Adonis y Venus) y lo que se ha interpretado como el juicio de Paris. El nombre de Casa de Fedra lo toma, sin embargo, de una escena muy peculiar.  

Entre la decoración mural, destaca un fresco en particular que representa el mito de Fedra e Hipólito, una historia de la mitología griega que explora temas de amor prohibido y tragedia. En el fresco, Fedra aparece en un momento de introspección y desesperanza, con la mirada perdida y una expresión de melancolía. A su lado, el joven Hipólito, vestido con una túnica blanca, hace un gesto de rechazo que expresa su negativa a corresponder los sentimientos amorosos de su madrastra.

La escena pertenece al mito que cuenta cómo Fedra, la esposa de Teseo, se enamora de Hipólito, fruto de un matrimonio anterior de su marido. Al ser rechazada, Fedra acusa a Hipólito de haber intentado seducirla, lo que lleva a la trágica muerte del joven. La historia, representada en este fresco, tiene fuertes implicaciones morales y refleja una lucha entre la razón y la pasión. Este tema era especialmente relevante en la cultura romana, que valoraba el autocontrol, la virtud y la pietas o devoción a los valores familiares y cívicos.

El fresco captura la complejidad emocional y la tragedia de este relato. Plasma en el arte doméstico una temática dramática propia de las tragedias urdidas por autores como Eurípides y Séneca. La tragedia de Fedra e Hipólito servía para recordar los peligros de dejarse llevar por los impulsos. Al igual que otras historias trágicas de la época, advertía de la necesidad de mantener la integridad moral en la vida cotidiana.

Imagen ficticia de domus romana
Recreación fantasiosa de un casa romana con atrio. Fuente: Microsoft Designer/Erica Couto

¿Por qué pintar un mito en el espacio doméstico?

La elección de representar este mito en las paredes de una casa sugiere que los habitantes de Pompeya valoraban el arte, con independencia de su estatus social. Los frescos en las viviendas privadas funcionaban como una forma de expresión cultural. Permitían, además, que los ocupantes de la casa reflejaran sus valores, aspiraciones y preocupaciones, del mismo modo que en la actualidad lo hacemos colgando reproducciones de obras de Klimt, Munch o Kahlo en nuestros hogares. A pesar de que la Casa de Fedra es una vivienda modesta, la calidad y el detalle en la ejecución de los frescos sugieren que los propietarios tenían acceso a artistas talentosos y a materiales costosos.

La decoración en las paredes reflejaba, igualmente, el conocimiento cultural y las creencias morales de sus habitantes. Así, los frescos de la Casa de Fedra demuestran cómo los valores éticos y estéticos de la época formaban parte de la vida cotidiana en Pompeya. Su presencia en los espacios de vida permitía crear un lugar de reflexión e introspección a través del arte.

Personaje mitológico de Fedra en un fresco pompeyano
Representación de Fedra en otro fresco procedente de Pompeya. Fuente: ArchaiOptix/Wikimedia

La democratización del arte en Pompeya

El hallazgo de la Casa de Fedra ha permitido a los arqueólogos adentrarse en los entresijos de la vida privada pompeyana desde una perspectiva distinta. La Casa de Fedra revela una faceta nueva de la sociedad romana de la ciudad: la democratización del acceso al arte. La calidad de los frescos en una vivienda sin atrio sugiere que las decoraciones sofisticadas no eran patrimonio exclusivo de la élite. Al contrario. También formaban parte de la vida de personas con recursos limitados.

Además, la representación del mito de Fedra en una vivienda privada refleja cómo los valores y dilemas de la antigüedad siguen teniendo resonancia en la actualidad. Este hallazgo permite reflexionar sobre temas universales que persisten en la cultura contemporánea, como el conflicto entre el deseo personal y la responsabilidad, la moralidad y las relaciones humanas. Es la demostración de que el arte antiguo goza de una relevancia atemporal.

Recreación ficticia de la ciudad de Pompeya
Recreación fantasiosa de la vida en las calles de Pompeya antes de la erupción del Vesubio. Fuente: Microsoft Designer/Erica Couto

Referencias

Cortesía de Muy Interesante



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