Fecha: 3 de noviembre de 2024. Lugar: Huancayo, Perú. Suceso: durante un partido de fútbol un rayo impactó en el campo de juego, causando la muerte de un futbolista y dejando varios heridos. Su nombre: José De la Cruz. Edad: 39 años. Este accidente, que podría parecer un evento excepcional, nos invita a reflexionar sobre los peligros de las tormentas eléctricas en actividades deportivas al aire libre, especialmente en zonas propensas a estos fenómenos.
Los impactos de rayos en deportistas no son tan infrecuentes como podría pensarse, de hecho hay ejemplos en el pasado. A nivel mundial, existen registros de eventos similares que subrayan la necesidad de establecer protocolos de seguridad específicos y sistemas de monitoreo que alerten ante riesgos potenciales. Para comprender mejor el fenómeno, este artículo expone los factores de riesgo, la probabilidad de ser alcanzado por un rayo en un evento deportivo y las recomendaciones científicas para minimizar el peligro.
El incidente en Huancayo
El incidente en Huancayo ocurrió durante un partido de fútbol local, donde el impacto del rayo fue inesperado y devastador. Inesperado a medias, pues en el minuto 22 se paró el juego ante el resto de tormenta eléctrica. Las tormentas eléctricas en la región andina de Perú no son poco comunes, y el cambio climático ha intensificado estos eventos meteorológicos extremos, según informes recientes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Durante el evento, las condiciones meteorológicas cambiaron rápidamente, algo habitual en zonas de montaña donde el aire húmedo y cálido puede generar tormentas de forma súbita.
En Huancayo, un área ubicada a más de 3.200 metros sobre el nivel del mar, las tormentas eléctricas suelen ser intensas y peligrosas debido a la altitud. Los rayos tienden a concentrarse en puntos altos o áreas despejadas, como un campo de fútbol, haciendo que los jugadores y espectadores sean vulnerables en este tipo de escenarios. Este evento plantea una pregunta esencial: ¿qué tan probable es que una persona sea alcanzada por un rayo, y cómo puede evitarse en situaciones deportivas?
Probabilidad de ser alcanzado por un rayo en eventos deportivos
Las estadísticas sobre la probabilidad de que te caiga un rayo son dispares, arían según la fuente y la región. Estas diferencias pueden deberse a variaciones en los métodos de cálculo y a factores como la ubicación geográfica y las actividades al aire libre. Además, estas cifras son estimaciones y pueden variar según las circunstancias individuales. según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), la probabilidad de que una persona promedio sea alcanzada por un rayo en su vida es de aproximadamente 1 en 15.000. Sin embargo, en condiciones específicas, como practicar deportes al aire libre, esta probabilidad puede ser considerablemente mayor. Los jugadores de fútbol, golfistas y otros atletas al aire libre se exponen a riesgos adicionales debido a la presencia prolongada en áreas abiertas y planas.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Weather and Climate Extremes, las actividades deportivas representan un 8% de las muertes por rayos en Estados Unidos. Este porcentaje destaca la vulnerabilidad de quienes practican deportes en zonas abiertas durante tormentas eléctricas. Además, el riesgo aumenta en países y regiones donde la topografía o el clima favorecen las tormentas, como sucede en los Andes peruanos.
Factores de riesgo en la incidencia de rayos en deportes al aire libre
Existen múltiples factores que incrementan la probabilidad de ser alcanzado por un rayo en actividades deportivas:
Altitud
La altura incrementa las posibilidades de que se formen rayos, ya que las tormentas eléctricas son comunes en altitudes elevadas donde el aire se enfría y condensa rápidamente. En zonas montañosas como los Andes, la frecuencia de tormentas eléctricas es más alta que en otras regiones.
Campo abierto
Los campos de fútbol y otros espacios deportivos al aire libre actúan como zonas de riesgo elevado debido a la falta de protección. El cuerpo humano, aunque no es un conductor ideal, se convierte en un “punto de conexión” entre el rayo y el suelo, lo que aumenta la probabilidad de daño grave o fatal.
Clima y humedad
El clima en ciertas regiones es especialmente propenso a generar tormentas, y la presencia de humedad aumenta el potencial eléctrico en el aire. La combinación de humedad y temperatura es clave para la formación de tormentas.
Objetos metálicos
Los arcos de fútbol y otros objetos metálicos en los estadios pueden actuar como puntos de atracción para los rayos. Al estar cerca de estas estructuras, los jugadores quedan expuestos a posibles descargas.
Medidas preventivas y protocolos de seguridad
Ante estos riesgos, existen diversas recomendaciones de seguridad para minimizar el peligro en eventos deportivos al aire libre. La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) recomienda suspender partidos cuando se detecten tormentas eléctricas en las cercanías, y otras federaciones han implementado pautas similares para diferentes deportes. Sin embargo, estos protocolos no siempre se aplican de manera rigurosa, especialmente en ligas y partidos locales sin acceso a tecnología avanzada.
Una solución tecnológica es la instalación de sistemas de detección de rayos, los cuales monitorean la formación de tormentas en un radio específico y emiten alertas para evitar que las personas permanezcan en áreas de riesgo. Estos dispositivos, aunque requieren una inversión inicial considerable, pueden salvar vidas y prevenir tragedias como la de Huancayo.
Casos históricos de rayos en deportes
El caso de Huancayo no es único. En febrero de 2024, en Indonesia, un futbolista llamado Septian Raharja también murió tras ser alcanzado por un rayo en pleno partido. Estos incidentes no son tan raros como parecen; existen numerosos registros de eventos similares en deportes como el golf, el atletismo y el béisbol, todos deportes al aire libre donde la exposición es alta.
Desde un enfoque científico, es posible estudiar la recurrencia de estos eventos y desarrollar modelos predictivos. Científicos como el Dr. Ronald Holle, experto en rayos, han investigado la distribución geográfica y temporal de los impactos de rayos en actividades humanas, revelando patrones que pueden ser útiles para la prevención. Las áreas con mayor frecuencia de tormentas, como algunas regiones de América Latina y el sudeste asiático, presentan riesgos más altos de manera sostenida.
Rayos en España: un riesgo presente
España, especialmente en áreas montañosas y en ciertas épocas del año, es una región con una actividad significativa de rayos, aunque menos frecuente que en otras latitudes tropicales. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), en España se producen entre 1,2 y 1,5 millones de rayos anualmente, siendo especialmente activa en el noreste, la Comunidad Valenciana y zonas de Andalucía.
El pico de actividad de rayos en España ocurre durante los meses de verano, donde las tormentas eléctricas son más comunes debido a las temperaturas elevadas y la humedad, que generan condiciones ideales para la formación de rayos. Estas descargas eléctricas representan un peligro no solo en ambientes rurales o de montaña, sino también en eventos deportivos y actividades al aire libre en áreas urbanas.
En España, las probabilidades de que una persona sea alcanzada por un rayo son bajas, pero no inexistentes. AEMET informa que la probabilidad de impacto es mayor en las regiones con clima mediterráneo y en zonas montañosas como los Pirineos o Sierra Nevada. Aunque la probabilidad general es baja, el cambio climático podría estar aumentando la intensidad y frecuencia de fenómenos extremos, incluyendo tormentas con mayor actividad eléctrica.
¿Cómo se forma un rayo?
Desde el punto de vista científico, los rayos son una manifestación de la acumulación de cargas eléctricas en las nubes. Cuando estas cargas alcanzan un umbral específico, se genera una descarga que puede dirigirse hacia la tierra. La ciencia detrás de los rayos muestra que ciertos factores aumentan la probabilidad de estos eventos, como la temperatura, la humedad y la presencia de partículas de polvo o polen que actúan como núcleos de condensación.
En áreas de alta altitud, como Huancayo, las nubes de tormenta se forman más cerca del suelo, lo que incrementa las probabilidades de que una descarga se dirija hacia la superficie. Además, las diferencias en las condiciones climáticas de la región andina pueden hacer que estas tormentas sean más potentes y menos predecibles que en otras latitudes.
Responsabilidad de las organizaciones deportivas y su rol en la seguridad
Las organizaciones deportivas tienen la responsabilidad de proteger a los jugadores y al público en los eventos al aire libre. Es importante que se implementen normativas claras y estrictas que permitan suspender partidos y evacuarlos ante señales de tormenta. La inversión en tecnología, como sistemas de detección de rayos, puede ser clave para la seguridad. También es necesario crear una cultura de prevención en entrenadores y atletas, que incluya la capacitación sobre cómo reaccionar ante situaciones de riesgo.
La normativa española recomienda medidas de seguridad y protocolos de evacuación en caso de tormentas eléctricas. Especialmente en áreas de alta actividad deportiva al aire libre, como en competiciones de fútbol o montañismo, se aconseja evitar las áreas abiertas y buscar refugio inmediato ante la aproximación de una tormenta. Además, existen iniciativas para monitorear la actividad eléctrica mediante estaciones que registran la caída de rayos en tiempo real, permitiendo a las autoridades emitir alertas preventivas.
Cuando cae un rayo, el lugar más seguro para estar es dentro de un edificio bien aislado con instalaciones adecuadas de pararrayos. Si estás al aire libre y no tienes acceso a un edificio, un coche cerrado ofrece una buena protección. Esto se debe a que el metal exterior del automóvil actúa como una jaula de Faraday, lo que la descarga eléctrica fluya alrededor del vehículo y hacia el suelo, en lugar de pasar a su interior. Curiosamente, un avión es seguro durante una tormenta debido a su diseño: las aeronaves están fabricadas para soportar y canalizar descargas eléctricas sin comprometer la seguridad de los pasajeros, aunque siempre evitan las áreas de alta actividad eléctrica.
Cortesía de Muy Interesante
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