Unos inicios dramáticos
Edgar Allan Poe nació el 19 de enero de 1809 en Boston en el seno de una familia de actores itinerantes. Desde bien pequeño su vida estuvo marcada por la tragedia, quedándose huérfano antes de llegar a cumplir los tres años. Su padre, David Poe, abandonó a la familia poco después de su nacimiento y su madre, Elizabeth Arnold Poe, murió de tuberculosis en diciembre de 1811.
Separado de sus dos hermanos Henry y Rosalie, Edgar fue acogido por John Allan, un acaudalado comerciante de Richmond (Virginia), y su esposa Frances. Aunque los Allan nunca adoptaron legamente a Poe -sí que tomó su apellido-, lo criaron y encomendaron su educación a algunos de los mejores centros de sus lugares de residencia. Así, por ejemplo, al trasladarse la familia a Londres con el objetivo de relanzar sus negocios, ingresó en un prestigioso internado del barrio de Chelsea en el que, entre otros conocimientos, aprendió francés y latín.
Mientras que su madre adoptiva le apoyó en sus inquietudes literarias, la relación con su padre fue complicada y llena de conflictos, especialmente debido a las restricciones económicas y sus rígidas expectativas, que prefería que se dedicase al mundo de los negocios o la abogacía. Poe pasó una adolescencia inestable en la que mostró talento para la escritura y la poesía, pero también desarrolló una personalidad melancólica y rebelde.
La mala marcha de los negocios en el Reino Unido hizo que la familia regresase a Richmond en 1820, donde Poe siguió asistiendo a los mejores colegios de la ciudad recibiendo una educación típicamente “sureña”. Fue también durante estos años cuando se aficionó a las revistas inglesas y escocesas de su padrastro y, especialmente, a los relatos de terror que aparecían en ellas. En la posterior temática de su obra también influyeron las historias oscuras sobre cadáveres, cementerios y magia que contaban los criados y esclavos negros que trabajaban en las plantaciones de la familia.
De universitario a soldado
En febrero de 1826, Poe ingresó en la Universidad de Virginia, situada en Charlottesville y fundada por el tercer presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson. En un primer momento sobresalió académicamente, pero pronto se aficionó al alcohol y acumuló importantes deudas de juego al intentar aumentar los recursos para su propia manutención (los que le llegaban de su familia adoptiva no eran suficientes). La negativa de John Allan a correr con estas deudas provocó su abrupto y deshonroso abandono de la carrera universitaria y un gran distanciamiento respecto a su entorno familiar, especialmente, con su padrastro.
De hecho, en un intento por independizarse, Edgar Allan Poe se marchó de Richmond para recalar en la ciudad de Boston en abril de 1827. Sin embargo, al verse incapaz de subsistir por sí mismo, se enroló en el ejército un mes más tarde en calidad de soldado raso. Fue este mismo año cuando, además de ser trasladado junto al resto de su regimiento a Charleston, publicó sin pena ni gloria su primer libro de poesía, Tamerlán y otros poemas, bajo el seudónimo de “Un bostoniano”.
Tras un par de años de exitoso servicio militar -llegó a ser ascendido al grado de sargento mayor de artillería– la muerte de su madre adoptiva Frances en febrero de 1828 supuso un acercamiento respecto a su padrastro. Un espejismo pues, tras una breve estancia en Baltimore, se alejó definitivamente de John Allan para volver al ejército en West Point. Esta nueva etapa militar no acabó del mejor modo, siendo expulsado tras un juicio marcial en que se fue acusado de abandono del servicio y desobediencia en 1831.
Tras este nuevo revés y antes de volver a Baltimore de manera definitiva, pasó por Nueva York. Allí publicó una nueva obra titulada Poemas gracias a la colaboración económica de sus antiguos compañeros de West Point. En ella reeditó algunos de sus primeros poemas, como Tamerlán y Al Aaraaf, junto a otros nuevos titulados A Elena, La ciudad en el mar o Israfel.
La difícil vida del escritor
Una vez junto a su tía Maria Clemm, su prima Virginia Eliza y su hermano Henry, que moriría poco tiempo después, se dedicó casi por completo a su faceta como escritor. Además de a la poesía, en la que se había centrado hasta entonces, Poe amplió sus horizontes a un género mucho más comercial como era el cuento. Sin embargo, durante esos primeros años fueron numerosas las dificultades para poder vivir de la escritura, viviendo episodios de extrema pobreza.
No fue hasta 1833 cuando, tras obtener un premio de 50 dólares del periódico Saturday Visiter por su obra Manuscrito hallado en una botella, llamó la atención de un adinerado caballero llamado John Pendleton Kennedy, que también era escritor. Los contactos de éste permitieron a Poe empezar a trabajar en el periódico de Richmond Southern Literary Messenger, del que llegó a ser redactor, ofreciéndole así un medio para publicar sus propios relatos y poemas.
Tras perder el puesto a consecuencia de varios episodios de alcoholismo y casarse con su prima Virginia el 22 de septiembre de 1835 cuando tan sólo tenía trece años, Edgar Allan Poe fue readmitido en el periódico. Se trasladó con su familia hasta Richmond y su fama y su capacidad literaria permitieron que el diario aumentara exponencialmente su tirada, convirtiéndose en uno de los principales periódicos del sur del país. Sin embargo, a pesar del éxito, abandonó el Messenger en 1837 en busca de nuevas experiencias laborales y oportunidades para publicar sus obras.
Nueva York y Filadelfia, con suerte dispar, fueron sus siguientes destinos. En la primera, a pesar de conseguir publicar algunas obras como Las aventuras de Arthur Gordon Pym, no consiguió convencer al público y la crítica, dejándole en una situación económica muy comprometida. En cambio, las cosas marcharon mejor en Filadelfia, ciudad en la que trabajó en varios periódicos y revistas como Burton’s Gentleman’s Magazine, Graham’s Magazine o Godey’s Lady’s Book. Fue este periodo uno de los más prolíficos de la producción literaria de Poe con obras como Cuentos de lo grotesco y arabesco (1839), Los crímenes de la calle Morgue (1841), El escarabajo de oro (1843), El cuervo (1845) o El barril de amontillado (1846).
Sus principales obras
Durante los primeros años de su carrera, Poe trabajó en diversos periódicos y revistas literarias en las que ganó reconocimiento como un crítico literario riguroso y agudo. En estas publicaciones, en las que consiguió que vieran la luz sus primeras obras, sus críticas literarias, muchas veces despiadadas, le dieron cierta fama y notoriedad. De hecho, el escritor nacido en Boston fue uno de los primeros estadounidenses en intentar ganarse la vida exclusivamente como escritor y editor, enfrentándose a la realidad de un mercado literario incipiente en Estados Unidos, donde el trabajo creativo se remuneraba poco y de manera irregular
La obra de Poe abarca una gran variedad de géneros, incluyendo la poesía, el ensayo y el cuento, siendo este último el género en el que más innovó. Su habilidad para crear atmósferas tenebrosas y explorar la psicología humana se evidencia en cuentos como El corazón delator (1843), donde un narrador paranoico lucha contra su propia culpabilidad, y El gato negro (1843), en el que un protagonista torturado es consumido por el arrepentimiento y el horror de sus propios actos.
Otros relatos, como La caída de la Casa Usher (1839), destacan por su minuciosa descripción de lugares y situaciones que evocan un ambiente sombrío y claustrofóbico, ideal para ilustrar el colapso de la mente y la decadencia física. Estos cuentos revelan una profunda comprensión de la psicología, así como de los temas de locura y muerte, que dominan gran parte de su obra.
Además, Poe es conocido como el precursor del género detectivesco con su cuento Los crímenes de la calle Morgue (1841), donde presenta al detective C. Auguste Dupin, un personaje con habilidades deductivas excepcionales que inspira a los futuros detectives de la literatura, incluyendo a Sherlock Holmes. Con este personaje y su enfoque en la lógica y el análisis, Poe establece las bases para lo que más tarde sería conocido como el género detectivesco o policiaco.
El género gótico y la psicología en la obra de Poe
El género gótico fue el marco ideal para las historias de Poe, que supo aprovecharlo para expresar temas de decadencia moral y psicológica, misterio y muerte. En sus cuentos, Poe es capaz de conjugar elementos góticos clásicos, como casas encantadas y entornos oscuros, con una exploración única de la mente humana.
La técnica del narrador poco fiable, presente en obras como El corazón delator y El barril de amontillado, permite al lector adentrarse en las dudas y paranoias de sus personajes, quienes a menudo no son conscientes de su propio deterioro psicológico. Poe también utiliza descripciones detalladas y simbolismo, como en La caída de la Casa Usher, para capturar la fusión de la mente y el espacio físico, donde el entorno mismo parece cobrar vida en respuesta a la degradación del protagonista.
El gótico estadounidense, distinto de sus orígenes europeos, encuentra en Poe una dimensión psicológica profunda que no se limita a lo sobrenatural, sino que explora la fragilidad y los horrores internos de sus personajes. La muerte, la culpa y la obsesión son temas recurrentes que él trata con una sensibilidad única, desarrollando un estilo que influenciaría enormemente a futuros escritores y que sigue vigente en la literatura de terror y el thriller psicológico moderno.
La poesía de Edgar Allan Poe
Además de sus cuentos, Poe es conocido por su poesía, que sigue siendo apreciada por su musicalidad y temática melancólica. El cuervo, publicado en 1845, fue un éxito inmediato y marcó un hito en su carrera, convirtiéndolo en una figura literaria reconocida. Este poema explora el dolor por la pérdida de un ser querido, utilizando el símbolo del cuervo como un recordatorio constante de la imposibilidad de recuperar lo perdido. Annabel Lee (1849) y Un sueño dentro de un sueño (1849) también abordan temas de amor perdido y muerte, con un estilo lírico que captura la tristeza y la belleza de la mortalidad.
La poesía de Poe combina elementos de ritmo y métrica rigurosa, así como de simbolismo y temas que apelan a la sensibilidad del lector. Su capacidad para crear imágenes visuales vívidas y evocar emociones a través de la estructura poética influyó en el movimiento simbolista en Francia, donde poetas como Charles Baudelaire tradujeron y popularizaron su obra, reconociendo en Poe a un genio visionario de la poesía melancólica y oscura.
Los últimos años de Edgar Allan Poe
Su matrimonio fue feliz, pero tuvo un final trágico. Virginia padecía tuberculosis, una enfermedad común en la época que, finalmente, acabó terminando con su vida en enero de 1847. La pérdida de Virginia afectó profundamente a Poe, sumiéndolo en una gran depresión que acentuó su alcoholismo y le llevó a buscar consuelo en brazos de otras muchas mujeres. De hecho, volvió a reencontrarse en Richmond con su gran amor de juventud, Sarah Elmira Royster, con la que llegó a concertar su matrimonio para el 17 de octubre de 1849.
Dos semanas antes, Poe fue visto deambulando por las calles de Baltimore en un estado de confusión y desorientación. A pesar de que su amigo James E. Snodgrass le recogió y llevó al Washingotn College Hospital para que fuera atendido, murió el 7 de octubre sin poder explicar lo que le había sucedido. Las circunstancias de su muerte han sido objeto de especulación, con teorías que abarcan desde envenenamiento hasta enfermedades mentales. Aunque las causas exactas de su muerte siguen sin esclarecerse, su final trágico y misterioso contribuyó a la mítica y oscura figura que se asocia con él.
Influencia y legado en la literatura posterior
La influencia de Poe en la literatura es profunda y se extiende más allá del género gótico. Su habilidad para explorar la psicología humana y sus innovaciones narrativas le han valido el título de precursor del terror moderno, de la ciencia ficción y de la novela detectivesca. Autores de renombre como H. P. Lovecraft, que desarrollaría la literatura de terror cósmico, y Julio Verne, uno de los padres de la ciencia ficción, lo consideraban una influencia esencial. Su capacidad para jugar con la ambigüedad, creando personajes y escenarios que invitan al lector a cuestionar la realidad, ha dejado huella en escritores como Jorge Luis Borges y Stephen King.
Además, Poe ha influido en el ámbito del simbolismo y la literatura psicológica. Sus técnicas narrativas, como el uso del narrador poco fiable y los monólogos internos, fueron novedosas en su época y sentaron las bases para la literatura modernista y el realismo psicológico, en donde la subjetividad y el conflicto interno son centrales.
Cortesía de Muy Interesante
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