Sheinbaum tendrá que transformar los impuestos a refrescos, cigarros y pan dulce

La recaudación del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) a productos dañinos para la salud como refrescos, tabaco, cervezas, destilados, bebidas energizantes y alimentos con alto contenido calórico, como galletas y pan dulce, e incluso a juegos con apuestas y sorteos se mantuvo constante en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador; no obstante, el nuevo gobierno a cargo de Claudia Sheinbaum tiene el reto de aumentar su gravamen, además de etiquetar estos recursos para que se destinen a evitar y atender enfermedades como tabaquismo y obesidad.

Del cierre de 2018, último año del sexenio a cargo de Enrique Peña Nieto, a 2023, el IEPS distinto a combustibles pasó de 159,769 millones de pesos a 215,019 millones, mientras que a septiembre, último mes de la administración de López Obrador, recaudó el 80% de lo reportado al cierre del año pasado, detallan las Estadísticas Oportunas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

“Los IEPS en general son buenos en el sentido de que su objetivo no es recaudar sino desincentivar ciertas conductas por parte de la población; disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, de comida con alta densidad calórica o incluso también el uso de combustibles fósiles. En ese sentido, creo que cumplen su función, pero también existe la posibilidad de que al no estar recaudando tanto, pues se puedan incrementar sus tasas”, comentó Diego Díaz, coordinador de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Si bien la recaudación de estos IEPS creció en términos absolutos, su contribución a los ingresos totales se mantuvo en la misma proporción, de 4.1% en 2018 y 2019, pasó solo a 4.2% al cierre de septiembre pasado, precisó Hacienda.

Durante el sexenio pasado, y sin una reforma fiscal, pocos fueron los cambios que se hicieron al gravamen de estos productos, como la activación de la actualización por inflación, cada año, de la tasa por litro de refresco, y por cigarrillo (75 gramos) a partir de 2020. Previo a este cambio, la cuota a refrescos fue de un peso por litro, de 2014 hasta 2019, y con las actualizaciones año tras año por inflación este 2024 es de 1.57 pesos por litro.

No obstante, México es el cuarto país en el mundo que más consume refresco con 133 litros por persona en 2022, le anteceden Bélgica, Argentina y Estados Unidos, refiere Statista.

En tanto, quedan pendientes como etiquetar estos recursos para destinarse a evitar y atender los males que causan el consumo de este tipo de productos, refiere el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

También en los pendientes del gobierno de Sheinbaum están hacer cambios al gravamen de cervezas, vinos y destilados; además de aplicar un impuesto “suficientemente alto” para que las empresas fabricantes de cigarrillos trasladen la mayor parte de este incremento a los consumidores, tras el objetivo de desincentivar su consumo, recomendó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la semana pasada en un estudio realizado para América Latina.

En México, tan solo los costos médicos totales anuales atribuibles al tabaquismo suman 4,768 millones de dólares, unos 95,360 millones de pesos. Lo recaudado por IEPS a tabacos labrados en 2023 apenas representa más de la mitad, 48,156 millones de pesos, refieren cifras de la OCDE y de Hacienda.

“Creo que en un contexto de las finanzas públicas, el nuevo gobierno federal debería voltear a ver este tipo de impuestos (…) hay un margen de maniobra para que se incrementen las tasas de estos impuestos, y en ese sentido se desincentive el consumo, y a la vez, pues recaudar un poco más”, comentó Díaz.

Consideró que estos cambios deberían darse, si ocurre o no una reforma fiscal de gran calado, pues la actual administración ha descartado que haya una reforma fiscal que aumente los impuestos, al menos, los primeros años de gobierno.

Cortesía de Expansión



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