Estados Unidos: el think tank que escucha Trump

Donald Trump pasó los últimos meses negando insistentemente que él o su equipo de campaña estén estrechamente vinculados con la Heritage Foundation, el think tank de derecha responsable de publicar el Proyecto 2025, una lista controvertida de ideas políticas dirigidas a consolidar el poder ejecutivo.

Sin embargo, hay otro think tank de derecha emergente e influyente que ha desarrollado su propia plataforma extremista para la nueva presidencia de Trump: el America First Policy Institute (AFPI). Fundado en 2021 por dos exfuncionarios del primer gobierno Trump, el AFPI ha expandido discretamente su equipo, aumentado sus ingresos y ampliado sus propuestas políticas para convertirse en una fuerza influyente en el mundo MAGA.

Los planes del AFPI incluyen exigir ecografías para las personas que realicen abortos (incluso para abortos con medicación), facilitar el despido de empleados públicos al convertirlos en trabajadores a voluntad, y revertir leyes de tenencias de armas, por mencionar solo algunos ejemplos.

La presidenta de la organización, Linda McMahon, ya es una miembro oficial del equipo de transición presidencial de Trump, lo que hace aún más probable que el mandatario electo adopte algunas de sus políticas en su segundo gobierno. La agenda del AFPI consta de 10 “pilares” para reformar el poder ejecutivo y promulgar cambios que, según afirma, mejorarán Estados Unidos, de una manera similar pero menos estructurada que las 900 páginas del Proyecto 2025.

La Heritage Foundation y el AFPI comparten objetivos e ideas generales, como: fuertes recortes en las agencias federales, designación de personas leales en lugar de individuos calificados, reducción del derecho al aborto, restricción de la asistencia a aliados, entre otros.

Estos son los principales puntos del plan del AFPI que podrían convertirse en políticas de gobierno:

La economía

La creciente presión sobre la Reserva Federal, el aislamiento de la economía de EE. UU., la reducción de la asistencia gubernamental y la expansión de los proyectos de extracción de petróleo y gas son los temas principales de las políticas económicas propuestas por el AFPI. 

La mayoría de las políticas repiten las mismas promesas vagas que Trump hizo durante su campaña para reducir la inflación y hacer que EE. UU. sea más asequible. Esto incluye imponer amplios aranceles, lo que, según los economistas, haría lo contrario. El plan también propone hacer permanentes los recortes fiscales de 2017, que benefician principalmente a personas adineradas y a las corporaciones, e incrementar la producción de petróleo, lo que algunos advierten que no reducirá el costo de la nafta.

Quizás lo más preocupante para los economistas es la probabilidad de que Trump intente influir sobre la Reserva Federal, el sistema bancario central que debe mantenerse separado de la política. El AFPI sugiere presionar a la Reserva Federal para que mantenga las tasas de interés bajas, algo que Trump deseaba durante su primer mandato. 

Tara Sinclair, profesora de economía en la Universidad George Washington, dijo a The Independent que la independencia de la Reserva Federal es “realmente importante para mantener baja la inflación”. 

Finalmente, entre sus políticas para hacer que la economía de EE. UU. “funcione para todos”, el AFPI sugiere “requisitos laborales para los estadounidenses capaces de trabajar que reciban asistencia federal”, una política dirigida a la frecuente afirmación de los republicanos de que las personas abusan de los programas federales por pereza.

Cuestiones sociales

La organización aprovecha el derecho constitucional a la libertad religiosa para proteger el derecho de los “creyentes religiosos” a actuar de cualquier manera que crean que esté de acuerdo con su religión. También fomenta permitir la oración en las escuelas públicas.

En cuanto al aborto, el AFPI sugiere terminar con toda financiación federal a Planned Parenthood y restringir el acceso al aborto exigiendo ecografías en persona para cualquiera que busque cualquier tipo de aborto. El AFPI se opone a las restricciones de armas, fomenta que los 50 estados permitan su porte constitucional y apoya la restricción a la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego.

Siguiendo con el impulso conservador contra atletas transgénero, el AFPI también alienta a las personas a impugnar las leyes que protegen a una persona de la discriminación por género bajo el Título IX y eliminar la definición de identidad de género.

Educación

“Los derechos de los padres” es una frase creciente en el movimiento conservador que alienta a los padres a tener voz y control sobre la currícula escolar de sus hijos a fin de evitar la propagación de ideas progresistas. Gran parte de las políticas del AFPI están alineadas con esto.

La organización fomenta leyes estatales que exijan a las escuelas compartir los planes para las clases y la currícula con los padres, permitiendo a estos últimos rechazar materiales “inadecuados” y revocar la financiación federal a las escuelas que enseñen “historia revisionista”.

El AFPI cita el “Proyecto 1619” del New York Times como una “defensa política radical disfrazada de ‘periodismo'” y fomenta la eliminación de los límites de las escuelas públicas para dar a los padres un mayor acceso a las escuelas charter.

Como parte de su enfoque agresivo hacia China y otros gobiernos adversarios, el AFPI también sugiere limitar las donaciones a las instituciones educativas por parte de extranjeros y examinar a los estudiantes de países con gobiernos adversarios que asisten a escuelas en EE.UU.

Inmigración y política exterior

Las políticas antimigración fueron el pilar más destacado de la campaña de Trump, quien prometió deportar a todos los inmigrantes indocumentados.

Para lograr esto, el AFPI propone que las autoridades locales y estatales hagan cumplir las leyes federales de inmigración, como identificar y detener a los inmigrantes acusados de un crimen. Hasta ahora, solo 60 de los más de 17.000 departamentos de policía en EE.UU. participan en el programa.

Otras políticas migratorias incluyen terminar de construir el muro en la frontera entre EE.UU. y México, establecer sanciones civiles y penales a los empleadores que intencionalmente contraten a inmigrantes indocumentados y aumentar el personal de la Patrulla Fronteriza.

Las políticas del AFPI promueven un enfoque más proteccionista sobre el papel de EE.UU. en el exterior, tanto con aliados como con adversarios, en comparación con la presidencia de Biden: “EE.UU. primero”, por así decirlo. Priorizan confrontar a China e Irán, reforzar el ejército de EE.UU., apoyar enérgicamente a Israel, ser reacio a brindar ayuda a otros países aliados y distanciarse de organizaciones internacionales. Muchos de estos son sentimientos que Trump compartió durante su campaña.

En general, los objetivos son para reposicionar el rol de EE.UU. como mediador mundial. Fred Fleitz, presidente del Centro de Seguridad Americana del AFPI, es el responsable de presentar a Trump un plan bien recibido para terminar con la guerra entre Ucrania y Rusia, obligando a Ucrania a entrar en conversaciones de paz al frenarse la ayuda militar de EE.UU.

Además, estas políticas se oponen a brindar ayuda a Palestina o a interactuar con organizaciones que hayan condenado las operaciones militares de Israel en Gaza, incluidas las universidades o colegios que apoyan el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones.

Cambio climático  

Muchas de las políticas energéticas y climáticas propuestas por el AFPI se superponen con sus objetivos económicos y de política exterior, como aumentar la cantidad de permisos de extracción de petróleo y gas en tierras federales y trasladar la culpa del cambio climático a China y “otras naciones adversarias”.  

Trump y sus aliados son firmes opositores a las iniciativas sobre el cambio climático de la administración de Biden, que buscan mejorar la calidad del aire y el agua y frenar el impacto de las emisiones de carbono.  

Carla Sands, exembajadora del gobierno de Trump, actualmente encabeza el Centro de Energía y Medioambiente del AFPI. Ella ha promovido teorías conspirativas sobre el cambio climático, como que a los niños se les está “lavando el cerebro” para que se suiciden y así reducir su impacto de carbono.

Elecciones  

Una sección completa está dedicada a abordar las afirmaciones infundadas de Trump sobre un fraude electoral masivo en las elecciones de 2020 y a plantear soluciones para supuestos problemas de seguridad electoral.

Las políticas del AFPI apoyan la eliminación de los buzones para depositar votos por correo, hacer públicos los padrones de votantes en internet (algo que ya se hace en algunos lugares) y la prohibición de enviar boletas por correo a menos que la persona firme una declaración jurada afirmando que no puede votar el día de la elección.  

Algunas de estas propuestas limitan la accesibilidad a las elecciones generales, como el requisito de contar con un número de licencia de conducir o de seguro social para votar por correo.

Inseguridad

A pesar de que las tasas de delitos violentos han disminuido a nivel nacional, Trump ha recurrido a historias impactantes y afirmaciones sin fundamento para promover políticas de “mano dura contra el crimen”.  

Las políticas propuestas por el AFPI siguen en gran medida esa línea. Fomenta una aplicación estricta de las leyes penales y el aumento de penas para ciertos delitos, especialmente para miembros de pandillas o personas acusadas de robo.  

Para impulsar castigos más duros, el AFPI sugiere abogar por jueces que adhieran al originalismo, una teoría legal que sostiene que la Constitución debe interpretarse como lo pretendían sus redactores. Los jueces de la Corte Suprema Amy Coney Barrett y Antonin Scalia son originalistas. Esta visión respalda la propuesta del AFPI de agregar más protecciones para la libertad de expresión política y las libertades religiosas.

Gobierno

Al igual que el Proyecto 2025, las políticas del AFPI proponen cambios masivos en el poder ejecutivo, como la reubicación de agencias federales y departamentos del gabinete en zonas de bajos ingresos de EE.UU.  

También promueve desmantelar el “estado administrativo” al exigir un voto del Congreso para implementar reglas y regulaciones dentro de las agencias federales. Quizás el cambio más alarmante es que todos los jefes de agencias “sirvan a la voluntad del presidente”.  

Normalmente, los jefes de agencias o departamentos son empleados públicos con interés o experiencia en el área en la que trabajan. Sin embargo, el AFPI sugiere reducir las limitaciones para quienes pueden ser nombrados en estos cargos eliminando requisitos educativos, como la necesidad de títulos universitarios de cuatro años.

De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Cortesía de Página 12



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