Joe Biden llegará a Río de Janeiro en la noche de este domingo tras una conversación ayer sábado con el presidente chino Xi Jinping y con su faceta más dura contra Vladimir Putin: hace unas horas autorizó que Ucrania utilice misiles estadounidenses de largo alcance contra tropas rusas.
Los encargados de la Casa Blanca para América Latina señalan que el viaje de Biden guarda similitudes con la situación que vivió Barack Obama en 2016 en Hangzhou, China, donde llegó luego de que Hillary Clinton fuera derrotada por Donad Trump.
Sin embargo, también precisan una diferencia central: los jefes de estado, a diferencia de esa ocasión, ya conocen a Trump y de ahí la necesidad de Biden de marcar un contraste hasta el minuto final y que va más allá del protocolo de haberlo recibido al magnate el pasado miércoles en la Casa Blanca.
La determinación de los misiles encaja en esa estrategia: el Departamento de Estado está convencido de que Trump va a realizar una concesión territorial a Moscú para finalizar el conflicto en Europa y Biden juega en la dimensión opuesta, especialmente luego de que el sábado en la noche Putin atacó Ucrania con una fuerza no vista en los últimos meses.
Esa muestra de fuerza busca contrastar con una recepción más bien fría en Río de Janeiro: entre las diferentes delegaciones hay poco interés en hablar con Biden y por estas horas algunos presidentes buscan acomodar su agenda para, luego del G20, volar a Florida y ver a Trump en Mar-a-Lago.
No es solo logística: todas las preguntas que reciben los funcionarios del Departamento de Estado de sus homólogos, en diversos hoteles de Copacabana, e Ipanema, tienen que ver con Trump. Se buscan predicciones, consejos, contactos y hasta se llega al colmo de preguntar sobre la pasión del republicano por el golf. Trump no está en Río de Janeiro pero domina todas las conversaciones.
El corto monotemático de las conversaciones opaca los detalles de la reunión de Biden con Xi. Allí hay claves para México porque, según fuentes diplomáticas, ambos presidentes hablaron mucho sobre el fentanilo, contrastaron los resultados de las decisiones tomadas hace un año en San Francisco y las conclusiones fueron levemente favorables: la pandemia causada por esa droga mortal parece ir cediendo y las muertes de este 2023 irán a la baja.
Un diagnóstico que es crucial para el gobierno de Sheinbaum porque el secretario de Seguridad Omar García Harfuch le está preparando a Trump un documento que detalla a fondo todo lo que hace México dentro de la estrategia contra ese flagelo.
Cortesía de La Política Online
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