La Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha identificado cuatro posibles acontecimientos que, de ocurrir, representarán un riesgo para la economía nacional los próximos cinco años (2025-2030).
Para los próximos años el gobierno federal estima que el crecimiento económico será de entre 2% y 3%, la inflación entre 2% y 4% -dentro del rango de Banco de México (Banxico), un déficit promedio moderado de 0.5%, el precio del petróleo premio de 60.7 dólares por barril y un crecimiento de 2% del PIB de Estados Unidos, de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica.
Riesgos
La Hacienda pública identificó cuatro posibles riesgos para el periodo 2025-2030 que podrían “modificar las trayectorias estimadas”.
– Tensiones económicas y geopolíticas que generen disrupciones en las cadenas globales de valor y una “perspectiva de menor crecimiento mundial”, con efectos negativos en la producción, exportación del país.
– Peores condiciones meteorológicas en el mundo y en México producto del aumento de los gases de efecto invernadero, lo que provocaría desabasto de productos agrícolas y reducción del capital disponible en el país.
– Declaratoria de pandemia debido a la aparición de nuevas enfermedades, lo que podría dificultar el comercio global, así como la producción y el desarrollo del sector servicios, afectando la inflación y endureciendo al política monetaria a internacional y local.
– Deterioro fiscal de los países con altas deudas adquiridas en años previos, lo que pondría en riesgo el crecimiento económico mundial y provocaría volatilidad de los activos financieros.
Todos los riesgos implicarían presiones inflacionarias para México.
Corto plazo
Hacienda precisa en el Criterios Generales el impacto que tendrían en las variables macroeconómicas estimadas.
Largo plazo
Hacienda tienen identificados dos principales riesgos de largo plazo:
– Envejecimiento y pensiones
Aunque la población en México es “predominantemente joven”, dicha situación cambiará gradualmente por el envejecimiento de la población. Para 2050 el grupo de adultos mayores representará un porcentaje de 24-1% y el grupo de niños y jóvenes 12.8% y 22.3%, respectivamente.
Lo anterior implica “un aumento en la demanda de servicios de saludo y mayores obligaciones financieras para cubrir el incremento de pensiones contributivas y no contributiva”, refirió Hacienda.
La dependencia señala que, en el mediano plazo, persisten presiones ocasionadas por el pago de pensiones en curso del antiguo sistema de reparto.
Sobre las pensiones no contributivas, para la Pensión para el Bienestar se destinarán 483,428 millones de pesos el próximo año, y que, entre 2024 y 2030, el costo fiscal de la pensión aumentaría en menos de 0.5% del PIB.
“Los elementos que pueden generar una variación en la estimación son: el crecimiento real de las pensiones, la variación en la edad mínima de retiro, la evolución de los adultos mayores (cambio en la longevidad proyectada) y la modificación de la política de otorgamiento de pensiones.
– Desastres naturales
Hacienda cuenta con un sistema que le permite estimar las pérdidas, frecuencia, intensidad y potenciales pérdidas económicas de desastres naturales como: sismos, tormentas tropicales y huracanes. La dependencia estima entre 12,000 millones de pesos, 13,000 millones y 39,000 millones en pérdidas por estos fenómenos.
Amortiguadores fiscales
El gobierno mexicano cuenta con una batería de amortiguadores fiscales que le permiten “diminuir los riesgos” que pudieran generar presiones a las finanzas públicas:
- Fondos de Estabilización como el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios, que a septiembre de este año tenía 51,000 millones de pesos.
- El Fondo de Estabilización de Ingresos de las Entidades Federativas y el Fondo Mexicano del Petróleo, que en el mismo periodo contaban con 13,000 millones de pesos y 24,000 millones, respectivamente.
- Asimismo, hay una estrategia de coberturas petroleras para cubrir los ingresos del gobierno federal de reducciones en los precios del hidrocarburo.
- Se cuenta también con una línea flexible con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 36,000 millones de dólares para enfrentar.
- Hay una línea swap con el Tesoro de Estados Unidos por 9,000 millones de dólares.
- Al 1 de noviembre de este año, las reservas internacionales sumaban 226,000 millones e dólares.
- Flexibilidad cambiaria, la que permite absorber choques externos.
- Estrategia de diversificación de dichas en el portafolio de deuda pública para amortiguar incrementos en el costo financiero.
- México tiene una deuda pública mayoritariamente en moneda nacional y a tasa fina, lo que permite hacer frente a los riesgos del tipo de cambio, tasas de interés y refinanciamiento.
- Por último, hay cuatro bonos catastróficos con vigencia entre 2024 y 2028 por un total de 595 millones de dólares con coberturas contra pérdidas derivadas de sismos de diferentes magnitudes y huracanes.
Cortesía de Expansión
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