Claudia Sheinbaum se reunirá en Río de Janeiro este lunes con Justin Trudeau, en la que será su reunión bilateral más importante, frente a los recientes agravios contra México por parte de mandatarios provinciales de Canadá: los primeros ministros de Alberta y Ontario dijeron que México debería salir del T-MEC.
La presidenta busca que Trudeau, entre otros temas, la apoye para que México no sea foco de ataques en las elecciones que tendrán lugar el año que viene, una táctica similar a la que se aplicó en la contienda de Estados Unidos, donde se le pidió a Donald Trump que no sea agresivo contra los mexicanos.
La campaña canadiense se encamina hacia un formato parecido. La popularidad de Trudeau vive horas bajas por cuestiones asociadas a México como la migración y el tráfico de fentanilo, problemas que, a su vez, son aprovechados por los rivales del primer ministro.
Con Trudeau el panorama tampoco está despejado por completo. La inversión canadiense en México está inquieta por la reforma judicial y será una de las cuestiones del encuentro, fundamentalmente porque los negocios canadienses están muy asociados a cuestiones reguladas por el Gobierno: gas, electricidad y minería.
Trudeau, en las cuestiones energéticas, tiene una lectura similar a la que la semana pasada fue esgrimida por el embajador estadounidense Ken Salazar sobre la seguridad: con las trabas de la administración mexicana a la inversión canadiense quien más se perjudica es México.
Un punto crítico: Canadá entiende que Andrés Manuel López Obrador le asignaba una superioridad absoluta a la Constitución mexicana, pero olvidaba que esta se encuentra sujeta a acuerdos internacionales.
Cortesía de La Política Online
Dejanos un comentario: