Claudia Sheinbaum concluyó una apretada agenda bilateral en el G20 de Río de Janeiro antes de emprender el regreso a Ciudad de México en la madrugada del miércoles (nuevamente en vuelo comercial).
En el oficialismo aseguran que el mejor encuentro fue con el primer ministro canadiense Justin Trudeau porque allí hubo una clara coincidencia en defender el T-MEC. Tal como había anticipado LPO, la presidenta buscaba un gesto de su par canadiense frente a las voces de la política doméstica de dicho país que reclaman que México abandone el acuerdo comercial.
Trudeau, además, llegó al G20 con una fuerte defensa de la agenda de género, lo cual acercó posiciones de modo natural con Sheinbaum a quien felicitó por su triunfo en las pasadas elecciones.
Ambos temas confluyen en la intención del premier de impulsar a su segunda Chrystia Freeland para las elecciones del año que viene. Además de promover una candidata, Freeland fue la negociadora de Canadá en la última actualización del T-MEC.
Del encuentro con Xi Jinping, que no estaba en agenda, en principio para no provocar tensiones con Donald Trump que es muy crítico de China, se resaltó que el mensaje fue el que tiene Sheinbaum habitualmente: México hará negocios con todos los países y siempre según su mejor conveniencia.
En los últimos meses China se diferenció respecto de Estados Unidos en el siempre complejo tema de la reforma judicial aprobada por Andrés Manuel López Obrador. Y es que los emisarios de Beijing siempre dijeron que la reforma no era un problema para sus inversiones, un concepto que hoy lunes el presidente chino volvió a esgrimir.
Con el presidente francés Emmanuel Macron se abordaron las cuestiones referidas a los Acuerdos de París, otro ítem complejo en la futura relación con Trump.
En este punto existió un giro respecto al sexenio anterior, donde López Obrador nunca se mostró particularmente interesado en dicho pacto medioambiental.
Cortesía de La Política Online
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