Enviada especial a Montevideo
La Teja, a pocos kilométros del centro de Montevideo, es un barrio obrero. Hay una quietud de casas bajas. Es sábado, y en víspera del balotaje, los transeúntes tienen una manera de estar con el tiempo: sin apuro. En este barrio el candidato del Frente Amplio (FA), Yamandú Orsi, es claramente favorito, con una diferencia mucho mayor de la que señalan los sondeos en el plano nacional sobre su rival del Partido Nacional (blanco), Álvaro Delgado.
Por el camino se ven banderas de la coalición de izquierda (rojo, azul y blanco) que cuelgan de las ventanas y carteles en los postes. “Yamandú presidente. Sabremos cumplir”, dicen algunos. Conviven con otros menos frecuentes, y de color amarillo, con la frase: “Delgado presidente”.
Hay puestos callejeros muy extendidos. Venden de todo: vinchas, toallas, juguetes, repasadores, ropa interior, gorros.
Luis Chans, veterinario jubilado y exdocente dice que vota históricamente por el Frente Amplio. Señala los puestos y agrega: “Mire acá: todo precario, es porque no hay trabajo. Hay problemas en la microeconomía”.
– ¿Esto no era así antes en La Teja?
– No, no era así, se ve más en el último tiempo. Soy jubilado y es complicado vivir con todos los medicamentos que necesitamos con mi esposa, por nuestra edad, y para los cuidados de nuestro hijo, que tiene una discapacidad.
Fórmulas para la presidencia
La fórmula Yamandú Orsi – Carolina Cosse está en los sondeos levemente por encima de la fórmula Álvaro Delgado – Valeria Ripoll. Las principales encuestas de opinión otorgan una ventaja entre medio punto y tres puntos al Frente Amplio, y según voces expertas, si todos los sondeos lo dan primero, sería poco probable que se dé al revés el resultado. Sin embargo, como existe margen de error, y además hay un porcentaje de indecisos en torno al 6 por ciento, los encuestadores anticipan una elección reñida.
De la mano del exintendente de Canelones, la coalición del Frente Amplio busca regresar al poder después de 15 años de un período de gobierno que inició Tabaré Vázquez en 2005, continuó José “Pepe” Mujica en 2010 y luego Tabaré en 2015. En ese tiempo se avanzó con una agenda de derechos, como el matrimonio igualitario y la legalización del aborto. En la primera vuelta del 27 de octubre, el FA obtuvo 44 por ciento de los votos frente al 27 por ciento de los blancos.
La candidatura de Delgado representa la continuidad de un proyecto pro-mercado. Cuenta con el apoyo de los partidos que forman parte de la coalición oficialista: Cabildo Abierto, Constitucional Ambientalista, Independiente y Colorado. Éste último quedó en tercer lugar en la primera vuelta, con un 16 por ciento de los votos. Su excandidato presidencial, Andrés Ojeda, estuvo este mes de campaña “espalda con espalda” con el exsecretario del presidente Lacalle Pou. Ojeda aseguró que no le preocupa lo que anticipan los expertos: que el triunfo de la coalición dependerá mucho de la fuga de votos del Partido Colorado.
En una pared se ve una frase recordada de Pepe Mujica: “No me voy, estoy llegando”. El expresidente es popular en La Teja, así como su correligionario ya fallecido, Tabaré Vázquez, oriundo de este barrio.
Un vendedor ambulante se manifiesta indeciso. Se llama Roberto Sánchez. “No sé todavía, lamentablemente. Antes puse el sobre nomás”, dice refiriéndose a la primera vuelta. “Con todos los gobiernos la voy llevando… Cada día cuesta llevar comida para casa”.
Pasa un cartonero empujando su carro.
Además de las dificultades cotidianas para los trabajadores informales, también existe preocupación para quienes tiene un empleo en blanco. El salario mínimo es de 25 mil pesos uruguayos (600 dólares). Hay 25 mil uruguayos en esa situación.
En cinco años del Ejecutivo de Lacalle Pou, el país ha tenido un crecimiento débil, en parte por la pandemia, y en otra, por una apertura liberal que dejó sus clásicas deudas sociales. Si se analiza el período 2013-2023, el crecimiento del PBI de Uruguay anual fue del 1,46 por ciento anual promedio, según el Banco Mundial. Lo que refleja que la economía local encuentra desafíos estructurales.
De acuerdo a los números oficiales, la pobreza alcanza al 10 por ciento de la población (era del 8,8 por ciento antes de la pandemia) y la pobreza infantil pasó de ser el 17 por ciento en 2019 al 20 por ciento en 2023. El desempleo registrado en junio pasado fue del 8,1 por ciento y el índice de Gini creció del 0,383 en 2019 a 0,394 en 2023, es decir, la sociedad es más desigual cinco años después.
Juan Rodríguez, obrero de la construcción, afirma que “los precios aumentaron en el gobierno blanco”, y que se la hace difícil pagar el alquiler y los gastos cotidianos con un ingreso de 60 mil pesos uruguayos (1500 dólares). Por ejemplo, un alquiler de un departamento de dos ambientes oscila entre 18 mil y 21 mil pesos uruguayos (500 dólares); las compras del supermercado mensuales equivalen a 21 mil pesos (500 dólares) y tarifas de luz y agua, unos 7500 pesos (180 dólares).
La inseguridad, una prioridad
El incipiente deterioro de los indicadores sociales ha acelerado otra problemática: la inseguridad que tanto preocupa a los uruguayos. Sobre todo en la periferia de Montevideo.
En el último debate, Orsi hizo hincapié en el impacto de la inseguridad en los niños, pidió no “desnaturalizar” los homicidios de menores y expresó preocupación porque “en algunos barrios las maestras deben enseñar a los niños cómo protegerse de balaceras”. También el candidato del FA subrayó la importancia de hacer foco en las oportunidades de trabajo y educación para los presos.
Ante esta perspectiva, su rival blanco criticó que en las bases programáticas de la izquierda esté planteado el concepto de “desprisionalizar”. “Abrir las puertas de las cárceles ya lo hicieron y el resultado no fue bueno y eso me da mucho temor”, dijo Delgado.
El Ejecutivo de Lacalle Pou aplicó una estrategia de mano dura: elevó las penas por los delitos e impulsó una mayor intervención policial. Su idea de allanamientos nocturnos no prosperó en la ciudadanía, que lo rechazó en un plebiscito.
“Voto por Frente Amplio porque me parece que es lo mejor para el país. Y hemos tenido malos recuerdos de los nacionales. Así que ahora vamos por un presidente que es del interior. Yo vengo de Fray Bentos, dice Yalu Escalada, ama de casa, que camina por las calles de La Teja rumbo al barrio vecino Nuevo París, donde vive actualmente.
Este domingo, los uruguayos eligirán presidente. En La Teja, ya desde el mediodía, como en cada elección, se romperá la habitual calma de sus pobladores.
Cortesía de Página 12
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