Hay una claridad de que quién saldrá perdiendo más con la política de aranceles que pretende Donald Trump para China, México, Canadá y otros países, es el propio Estados Unidos, sus industrias y hogares pagarán los platos rotos.
Un análisis realizado el Instituto de Política Fiscal y Económica (ITEP por su sigla en inglés), un organismo no partidista de Estados Unidos, señala que los aranceles propuestos por Trump suben los impuestos a todos los grupos de ingresos, con la mayor alza para los más pobres.
Para el grupo más pobre, que supone un ingreso de menos de 29,000 dólares, los aranceles significarán un incremento de impuestos equivalente a 5.7% de sus ingresos.
Mientras que para los más ricos, con un ingreso por encima de los 914,000 dólares, el incremento de impuestos será menor en relación con sus ingresos, de solo 1.4%.
El análisis del ITEP contempla la propuesta de un arancel de 60% sobre las importaciones de China y un arancel promedio de 20% sobre las de otros países, donde entra México, y que entren en vigor en 2026.
El análisis explica que los aranceles de la escala que ha propuesto Trump afectarían enormemente a la economía. Causarían aumentos sustanciales de los precios de los bienes importados, dañarían gravemente a las industrias que dependen de las importaciones, perjudicando el empleo en esas industrias, y darían lugar a aumentos de precios de los bienes cuya producción final se realiza en Estados Unidos.
“No hay ningún análisis económico coherente que sugiera que los costos recaerían significativamente sobre los exportadores extranjeros”, destaca el ITEP.
Donald Trump anunció el 25 de noviembre que impondrá aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá hasta detener la “invasión” de drogas y “migrantes ilegales” y aplicará a China uno adicional del 10%, sobre los ya existentes a sus productos.
El presidente electo de Estados Unidos amenazó durante la campaña con aranceles de dos dígitos para proteger la industria nacional y declarar la guerra a la migración ilegal, que considera una “invasión”, y al narcotráfico.
El banco europeo ING también realizó una investigación de los aranceles que quiere Trump, resalta que estos pueden aumentar la inflación y costar a los consumidores estadounidenses hasta 2,400 dólares per cápita al año, es decir, por persona.
“Este posible aumento de los costos para el consumidor y de la inflación podría tener amplias implicaciones económicas, en particular en una economía donde el gasto de los consumidores representa el 70% de toda la actividad”, dice ING.
Para acercar esta afectación, el banco pone como ejemplo el caso de las lavadoras. En 2018, Trump les impuso un arancel de 20%, si bien no hubo un impacto inmediato durante los primeros cuatro meses, porque los minoristas vendieron su inventario existente que no estaba sujeto al arancel, los precios al consumidor aumentaron un 12% en los meses siguientes.
Hay estimaciones de que varias mercancías pueden tener aumentos de entre 2 y 13% para los consumidores estadounidenses, los más altos serían en los combustibles.
En ese aspecto, los analistas también alertan de un impacto en la inflación; con estos aranceles, el aumento puede ser de hasta un punto porcentual, este factor fue uno de los jugó en contra de los demócratas y que los llevo a perder en las urnas.
“Si Donald Trump cumple su amenaza de imponer aranceles de 25% a todos los productos procedentes de sus vecinos y socios México y Canadá, “se va a detonar una inflación que no va a poder controlar”, comenta Raquel Saed, académica del Departamento de Estudios Internacionales de la IBERO.
El Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, apuntó que Estados Unidos perdería una gran cantidad de empleos y dañaría a varias de sus principales empresas, particularmente en el sector automotriz, lo cierto es que el daño a la economía estadounidense va más allá de éste.
Cortesía de Expansión
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