Tras la caída del régimen de Bashar al Asad en Siria, Rusia pierde un gran poder estratégico en la zona. El futuro de sus bases militares en el país árabe, eran piezas claves que ahora se tambalean.
Aunque Moscú ha negado a toda costa la retirada de las tropas que tiene en el país, ahora controlado por los rebeldes, la inteligencia militar ucraniana afirma que la situación se encamina a un escape de las fuerzas del Kremlin, lo que significaría una derrota para Rusia.
Son dos las tropas militares rusas en cuestión, la de Tartus, que tiene acceso directo a un puerto en el mar Mediterráneo, convirtiéndola en un punto crucial para Rusia; y, por otro lado, está la base de Jmeimim, una base aérea desde donde el ejército ruso ha realizado múltiples operaciones aéreas importantes en la región.
Si bien, Rusia continúa negando rotundamente su retirada de estas tropas, la inteligencia ucraniana reveló imágenes satelitales de otras agencias de inteligencia que darían cuenta de que una evacuación se estaría llevando a cabo en ambas bases.
Imágenes reveladas por el Institute for the Study of War muestran buques de guerra rusos abandonando la base de Tartus y afirman que ahora se encuentran anclados a kilómetros de la costa.
Además, Ucrania insiste en que tienen evidencia de que una flota de aviones fue enviada hasta ambos puntos para evacuar al personal del ejército ruso que podría estar en riesgo.
Dimitry Peskov, el portavoz del Kremlin se pronunció ante tales afirmaciones, desmintió los hechos y, por el contrario, ratificó que Rusia está en toda la capacidad de mantener el control y brindar seguridad sobre estas células que mantiene en la región, en la que ahora cuenta con más amigos que enemigos. Aseguró, incluso, que a pesar de la transición de poder que se lleve a cabo en Siria, sus bases seguirán operando.
Aunque el Kremlin no ha confirmado la presencia de Bashar al Asad y su familia tras la huida de Siria, la cercanía que había entre el dictador y el Gobierno de Putin es innegable.
Siria ha sido usado por años como un centro de operaciones que le permite una conexión estratégica con occidente. Desde allí ha mantenido operaciones en África Subsahariana, tiene una posición relevante en Medio Oriente, además tiene otro punto de ofensiva que le permite ejercer presión sobre Europa por su acceso al mediterráneo.
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De llegar a ser cierto lo que informa Ucrania, el golpe sería contundente para Rusia, pues además de perder influencia en la región, daría cuenta de un debilitamiento político y estratégico de su parte a raíz de la guerra en Ucrania.
Si bien, aún cuenta con un aliado importante en la región, Irán, ambos se encuentran en desventaja. Irán, por su parte, con conflictos internos y el constante tire y afloje con Israel, mientras Rusia le da atención a la guerra en Ucrania, donde ha perdido cientos de miles de soldados.
Pese a las pérdidas, se cree que Rusia estaría jugando otra carta para no salir como el gran perdedor en Siria. Según fuentes del Kremlin, Moscú estaría buscando acuerdos con los rebeldes para garantizar la seguridad de sus bases durante la transición de poder.
Aunque hasta ahora no es claro que pasaría con las bases luego de que se instaure un nuevo Gobierno, esta podría ser una estrategia que le daría tiempo a Putin para redefinir su estrategia en la región.
De no lograrse un desenlace afirmativo para Rusia, la situación daría cuenta de que su poder como potencia global está siendo socavado y que las estrategias de occidente, encabezadas en parte por Turquía, están surtiendo efecto.
Cortesía de El Colombiano
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