La industria automotriz global está en un punto de inflexión. Honda y Nissan, dos gigantes japoneses, comenzarán negociaciones para fusionar sus operaciones, según reportó Nikkei Asia.
La presión de Tesla y los fabricantes chinos como BYD, junto con una demanda estancada de vehículos eléctricos en Europa y Estados Unidos, obligaría a estos titanes a unirse para sobrevivir. La alianza, que ya se había dejado ver en una primera fase en agosto de 2024, buscaría reducir costos y acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías, terreno donde China lleva la delantera.
Ambas compañías, el segundo y tercer fabricante más grande de Japón, han perdido terreno en el mercado chino. Este país domina el 70% de las ventas globales de vehículos eléctricos, con más de 1.2 millones de unidades vendidas en noviembre pasado, según información de Business Standard.
Mientras BYD y otras marcas chinas expanden su dominio, por ejemplo al mundo de las motocicletas eléctricas, Honda y Nissan enfrentan una realidad complicada: sus modelos tradicionales no pueden competir en precio ni en innovación con los eléctricos chinos. Por lo que en teoría, una fusión les permitiría compartir recursos clave como baterías y sistemas eléctricos, con la intención de acelerar su capacidad de respuesta.
La capitalización de mercado de Honda ronda los 38,800 millones de dólares, mientras que Nissan se valora en 7,600 millones, apunta Reuters. Juntas, sumaron 7.4 millones de autos vendidos en 2023. Una fusión entre ambas compañías podría ser el mayor acuerdo automotriz desde la creación de Stellantis en 2021. Además, el reporte de Nikkei Asia, indica que Mitsubishi Motors podría unirse al plan, lo que fortalecería aún más la operación.
A Estados Unidos no le gusta esto
Sin embargo, cualquier acuerdo no será sencillo. La alianza enfrentaría un escrutinio político, especialmente en Estados Unidos, donde Donald Trump ha prometido aranceles a los vehículos importados.
Esta medida podría complicar la fusión y obligar a Honda y Nissan a negociar concesiones para operar en ese mercado. Aun así, los fabricantes japoneses parecen obligados a tomar esta medida radical para competir en un panorama donde China está pone de cabeza a la industria automotriz.
El objetivo de Honda y Nissan es claro: recuperar su competitividad frente a los nuevos líderes del mercado eléctrico. Con China como orquestador de las reglas del juego, la industria vive una transformación sin precedentes. La pregunta ahora es si esta fusión logrará devolver a Japón el liderazgo que durante décadas sostuvo en el mundo automotriz.
Cortesía de Xataka
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