Un nuevo estudio confirma la verdad detrás de la desaparición de los dinosaurios: este fue el verdadero culpable de su extinción

La extinción masiva que marcó el final de los dinosaurios hace 66 millones de años ha sido un tema fascinante y polémico entre los científicos. Durante décadas, dos teorías principales han competido por explicar este evento catastrófico: el impacto de un asteroide en la península de Yucatán y las masivas erupciones volcánicas en el actual territorio de la India. Sin embargo, un reciente estudio publicado en Science Advances parece inclinar la balanza definitivamente hacia el impacto del asteroide como la causa principal del fin de los dinosaurios, descartando al vulcanismo como el factor determinante en esta historia.

Un evento volcánico masivo pero limitado en impacto

Los colosales flujos de lava conocidos como las Traps del Decán, en India, representan una de las mayores actividades volcánicas registradas en la historia geológica del planeta. Estas erupciones, que ocurrieron en varios episodios, liberaron enormes cantidades de dióxido de carbono y azufre a la atmósfera, alterando el clima global de forma significativa.

Según el estudio, hace unos 30.000 años antes del impacto del asteroide, estas emisiones desencadenaron un enfriamiento abrupto del planeta de hasta 5 °C, debido a que las partículas de azufre reflejaron la luz solar. Este período frío, aunque breve en términos geológicos, provocó un estrés ecológico considerable en los ecosistemas.

Sin embargo, el mismo registro fósil utilizado en el estudio muestra que, unos 20.000 años antes del impacto, las temperaturas globales ya se habían estabilizado y el planeta había recuperado el equilibrio climático previo. Este dato sugiere que los efectos del vulcanismo, aunque importantes, no fueron lo suficientemente prolongados ni devastadores como para ser los responsables de la desaparición de los dinosaurios.

Descubren por qué los volcanes no fueron responsables de la extinción de los dinosaurios
Descubren por qué los volcanes no fueron responsables de la extinción de los dinosaurios. Ilustración artística. Foto: Dall-e/Christian Pérez

La catástrofe del impacto: Un desenlace inevitable

El asteroide de Chicxulub, de aproximadamente 10-15 kilómetros de diámetro, impactó cerca de lo que hoy es el Golfo de México con una fuerza inimaginable. Este evento desencadenó una serie de fenómenos catastróficos: tsunamis que devastaron las costas, incendios globales alimentados por el calor extremo, terremotos masivos y un invierno que oscureció el cielo durante meses o incluso años. Este oscuro período, provocado por el polvo y las partículas en suspensión, bloqueó la luz solar, paralizando la fotosíntesis y causando un colapso en la cadena alimentaria.

Según los científicos, este impacto fue el golpe definitivo para los dinosaurios y muchas otras formas de vida. Mientras que algunos ecosistemas ya habían mostrado señales de estrés por los cambios climáticos previos, fue la combinación de eventos inmediatos y devastadores asociados al impacto lo que finalmente los llevó a la extinción.

La tecnología como ventana al pasado

Uno de los avances más destacados del estudio es el uso de moléculas fósiles como indicadores de temperatura para reconstruir el clima del Cretácico tardío. Estas moléculas, producidas por bacterias que vivieron en ambientes antiguos, conservan una “huella” química que varía según las temperaturas del momento. Analizando estas trazas en antiguos depósitos de turba de Estados Unidos, los investigadores lograron crear un detallado registro climático que abarca los 100.000 años previos a la extinción masiva.

Los resultados muestran con precisión los ciclos de calentamiento y enfriamiento asociados a los eventos volcánicos y al impacto del asteroide, permitiendo a los científicos delinear cómo estas fuerzas afectaron al planeta de forma diferente.

Un reciente estudio arroja luz sobre los eventos climáticos y geológicos que marcaron la extinción de los dinosaurios
Un reciente estudio arroja luz sobre los eventos climáticos y geológicos que marcaron la extinción de los dinosaurios, destacando el impacto del asteroid como el factor decisivo. Foto: Istock

Una lección desde el pasado

El estudio no solo esclarece un debate científico de décadas, sino que también plantea preguntas cruciales sobre la resiliencia de los ecosistemas frente a catástrofes climáticas. Si bien las erupciones volcánicas alteraron el medioambiente durante un tiempo, el planeta logró adaptarse. Por el contrario, el asteroide desencadenó un cambio tan abrupto y extremo que incluso los animales más dominantes de la época no pudieron sobrevivir.

Para los científicos, entender cómo interactuaron estos dos eventos —el gradual y prolongado vulcanismo frente al impacto súbito y letal del asteroide— ofrece valiosas lecciones sobre las dinámicas del cambio climático. En un mundo donde las alteraciones climáticas son cada vez más rápidas y globales, los hallazgos del pasado podrían ayudar a preparar mejor nuestras respuestas.

Reescribiendo la historia de la extinción

Aunque los volcanes ciertamente jugaron un papel en preparar el escenario, el asteroide de Chicxulub se confirma como el principal protagonista en el evento que transformó el curso de la vida en la Tierra. Sin este impacto, los dinosaurios podrían haber continuado dominando el planeta por millones de años más, retrasando la evolución y el ascenso de los mamíferos, incluidos los humanos.

Esta nueva perspectiva no solo aporta claridad sobre uno de los eventos más dramáticos en la historia de la Tierra, sino que también refuerza la importancia de la colaboración interdisciplinaria. Desde la geología hasta la biología molecular, cada campo aporta piezas vitales para completar el rompecabezas de nuestra historia planetaria.

Referencias:

  • Lauren K. O’Connor, Rhodri M. Jerrett, Gregory D. Price, Tyler R. Lyson, Sabine K. Lengger, Francien Peterse, Bart E. van Dongen. Terrestrial evidence for volcanogenic sulfate-driven cooling event ~30 kyr before the Cretaceous–Paleogene mass extinction. Science Advances, 2024; 10 (51) DOI: 10.1126/sciadv.ado5478

Cortesía de Muy Interesante



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