“La caída de Roma fue una caída sin ruido, porque ya no había nada que pudiera caer”, aclara el experto Santiago Castellanos

Santiago Castellanos es un historiador especialista en Roma. Fue el tema que trató en Science Fest Madrid 2024 y tú puedes verlo aquí, también la transcripción.

Transcripción editada de la charla de Santiago Castellanos

Permítanme en primer lugar dos mensajes muy breves. El primero es de agradecimiento a Muy Interesante por organizar esta maravillosa ceremonia y por haber vuelto a contar conmigo. Es un honor estar con todos ustedes y, por ello, agradezco profundamente la labor que hacen de divulgar la ciencia.

El segundo mensaje es para los niños que están aquí. He visto muchos en el hall y en las primeras filas, y quiero decirles que merece la pena estudiar. Aunque en los próximos años entren en edades más complicadas y oigan lo contrario, estudiar es algo muy bonito. Dedico esta charla sobre el mundo romano a ellos.

Roma: de aldeas a un imperio colosal

El mundo romano, como podemos ver en esta imagen vía satélite, cubría una extensión colosal, desde el norte de Inglaterra hasta Egipto. Entender Roma requiere imaginarse en el muro de Adriano, en el frío de Britania, y pensar que esa tierra era tan romana como Siria o Egipto. Roma era un imperio de dimensiones descomunales.

Sin embargo, sus inicios no fueron grandiosos. Roma comenzó como pequeñas aldeas ubicadas en colinas cerca del río Tíber, rodeadas de zonas pantanosas. No voy a hablar de Rómulo, Remo ni de la loba capitolina, ya que son mitos construidos por las sociedades antiguas para explicar su origen. La arqueología nos dice que Roma surgió cuando estas aldeas decidieron unificarse y superar el aislamiento aldeano para convertirse en una civilización.

Reyes, república y democracia

En sus inicios, Roma fue gobernada por reyes. Como decía Tácito, “al inicio, Roma fue gobernada por reyes”. Sin embargo, a finales del siglo VI a.C., los romanos decidieron liquidar la monarquía y repartieron los poderes entre varias magistraturas. A este sistema lo llamaron República.

Aunque en la República romana se votaba, no era una democracia. Las grandes familias de la nobilitas romanacontrolaban las votaciones mediante coerción y presión. Este sistema, diseñado para un contexto más modesto, colapsó cuando Roma conquistó un territorio inmenso y no pudo gobernarlo de manera eficaz.

Julio César y el nacimiento del imperio

La República romana entró en crisis y en guerras civiles, conocidas como bellum civile. El vencedor fue Julio César, quien se proclamó dictador perpetuo. Esto marcó el fin de la República. Tras su asesinato en los idus de marzo, su sobrino e hijo adoptivo, Octavio, se convirtió en el primer emperador, bajo el nombre de Augusto. Con él nació el Imperio romano, conocido por sus calzadas, el latín y sus impresionantes ciudades.

Constantino y el cristianismo

A lo largo de los siglos, el Imperio sufrió grandes cambios. En el siglo IV, Constantino tomó una decisión crucial: apoyar el cristianismo, una religión que había sido perseguida. Esto no significó que declarara oficial el cristianismo, sino que utilizó una de sus ramas, el catolicismo, para consolidar su poder. Más tarde, Teodosio, emperador de Hispania, declaró al catolicismo como religión oficial del imperio.

Los bárbaros y el fin de Roma

El término bárbaros proviene del griego y se utilizaba para describir a aquellos cuya lengua no entendían. Roma tuvo relaciones comerciales y diplomáticas con los pueblos bárbaros durante siglos. Sin embargo, en el siglo V, el imperio comenzó a erosionarse y a retirarse de sus fronteras. Como dijo un historiador italiano, la caída de Roma fue “una caída sin ruido, porque ya no había nada que pudiera caer”.

Aunque el Imperio romano desapareció, su legado perdura. Su moneda, que rezaba “Roma eterna”, simboliza una civilización que sigue viva en nuestra lengua, nuestras ciudades y nuestra cultura.

Cortesía de Muy Interesante



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